Capitulo 34: La funeral

SAUL : ¡Perdoname, papá! Esta basura (mira a Aníbal) no tiene nada que hacer en esta casa!
CÉSAR : ¡Perdoname tú a mí! Pero esta basura, como tú lo llamas, es mi hijo y tiene tanto derecho como tú de estar en esta casa!
SAUL : Bueno, perfecto, considero que ya escogiste! Si este asésino se muda a esta casa yo me voy!
(Saúl entra al salón dónde estaba Estrella.)
CÉSAR : (a Aníbal y a Victoria) ¡Pasen! (a la sirvienta) Trae alcohol para mi hijo porfavor!
SIRVIENTA : Sí, señor.
(La sirvienta se va por el alcohol. Aníbal va tras ella.)

* * *
En el salón.
Saúl va con Estrella.
SAUL : ¡Estrella! (la abraza fuertemente; bota unas lágrimas) ¡Mamá!
ESTRELLA : (lo abraza) ¡Mi amor! Sé por lo que estás pasando…
SAUL : Mamá, vamonos lejos! Después de enterar a mi hermano, vamonos lejos!
(Estrella ve entrar a Doña Victoria y a César.)
ESTRELLA : (despasito) ¿Te refieres a esa señora, hijo?
SAUL : (despasito) No… ojalá y fuera solo ella, pero no.
(Por la puerta entra Aníbal, quien tenía el ojo morado.)
ESTRELLA : ¡Hijo! (lo mira a la cara y nota que también tenía un moretón) ¿Y eso? No me digas que se golpearon…
SAUL : Sí, mamá! Ese imbécil es la causa. Ese imbécil se piensa mudar con su madre a esta casa. Y si eso pasa, te juro que yo me voy de esta casa.
ESTRELLA : Entonces yo voy contigo, mi amor!
SAUL : Como tú quieras, mamá. Yo no te quiero obligar. Solo sé que no puedo vivir en la misma casa con un asésino!
ESTRELLA : ¿De qué hablas, hijo?
SAUL : La verdad, mamá! Ese imbécil que vez allí (enseña a Aníbal) es el que mató a Agustín. Y el muy imbécil no lo declaró con la policía, sino me dejó que yo quedára encerrado en la cárcel. Cláro… le convenía que hubo un inocente pagando su culpa. Te juro que no lo agarro a golpes por la memoria de mi hermano. Pero ya me dan ganas de romperle todo lo que tiene.
ESTRELLA : (lo agarra) ¡Tranquilo, hijo! Hay maneras más inteligentes de hacerlo pagar. No los golpes!
(Aníbal miraba a Saúl y sonreía felíz. Saúl estaba que tenía ganas de romperle esa boca para que no sonría jamás y borrarle esa sonrisa estúpida de su cara.)
* * *
(Al entierro también vienen Irma y Rodolfo. Ambos vestían de luto. Marcos fue un muy buen amigo, aunque Rodolfo tenía celos de él, pero al final sí fueron buenos amigos.)
(Los dos se acercan a César.)
IRMA: Lo sentimos mucho!
(Saúl se queda viendo a Irma y a Rodolfo. Se asombra al ver a Rodolfo quien es igualito a Aníbal.)
SAUL : (despasito) ¿Ese desgraciado tiene un hermano gemelo?
ESTRELLA : (despasito) Así parece.
RODOLFO : Lo siento mucho, papá! (le da un abrazo)
CÉSAR : (le corresponde) ¡Gracías! Sé que eres sincero!
SAUL : (se acerca a ellos) Perdón… también eres mi hermano por lo que veo.
RODOLFO : Ps… ni idea tenía que tuviera más hermanos que Aníbal. Hace poco que mi madre me contó de su novio de juventud (enseña a César).
SAUL : Tú sí pareces buena onda.
RODOLFO : Gracías. Por lo que veo tú también.
(Los dos simpatizan.)
RODOLFO : Rodolfo Díaz-Castro.
SAUL: Saúl Robles.
(Los dos se dan las manos.)
RODOLFO : Y ella es mi esposa Irma Pérez de Díaz-Castro jeje.
SAUL : Un gusto, señora! Y siento conocernos en estas circunstancias!
(Saúl le besa la mano.)
IRMA : El gusto es mío!



* * *
Casa de Diana.
Diana no estaba en la casa. Doña Providencia estaba cocinando. Sofía la ayudaba.
DOÑA PROVI : ¿Qué pasa, hija? Te veo tan inquieta…
SOFIA : No lo sé, mamá. Pasaron unos días y no me vino la regla. Ojalá no me pase a mí como a mi hermana. Aunque quedar embarrazada de Saúl sería lo mejor que me pasaría.
DOÑA PROVI : Y hablando de Saúl, mi hija… ¿qué le pasó? Hace tiempo que no pasó por aquí. Cuando tu padre estaba enamorado de mí no se cansaba de venir a verme.
SOFIA : No lo sé, mamá… quizás tendrá algún problema. Ojalá y no me engañe con otra mujer, porqué allí sí, yo no lo perdonaré jamás. No soy como mi hermana.
DOÑA PROVI: Ay, mi amor, no pienses cosas malas!
SOFIA: Está bien, ma’.
(Las dos se abrazan. Sofía sigue ayudando a su madre.)



* * *
En la noche.
Mansión Suarez.
En el velorio de Marcos. Es de noche y aún viene la gente. Ahorita vienen Reynaldo y su novia, Cristal. Entran en el salón a darles el pésame a Don César. Saúl se queda viendo a Reynaldo. Pero se calla. Reynaldo venía acompañado por Cristal, quien lo tenía agarrado del brazo. Rafael se aburrió de tanto estar encerrado en su chalet y entró en la mansión. Se quedó apoyado en la entrada, chupando una paleta. Cristal lo fijó con la mirada y se agarró más a Reynaldo.

REYNALDO : ¡Lo sentimos mucho!
CÉSAR: ¡Gracías!
(Y así pasó una noche entera, todos en el salón principal al lado del ataúd de Marcos. Las velas aún ardían.)



* * *
Segundo día.
En el cementerio.
Todos los conocidos y los familiares de Marcos lo acompañaron al cementerio, en su último camino. El sacerdote hacía la misa. Don César estaba al lado del ataúd, a su lado estaba Doña Victoria. César vestía de negro completamente y tenía unas gafas de sol también negras. Saúl también estaba a su lado, acompañado por Estrella. Prácticamente estaban sentados estrategicamente. Saúl al lado de Estrella, y Aníbal al lado de Victoria. Saúl también vestía de negro y con gafas de sol oscuras.
Despasio, unos hombres dejan el ataúd en el hoyo y empiezan echar tierra al hoyo. Mientras ellos echan tierra al hoyo, César tira unas flores blancas sobre el ataúd. El mismo gesto lo hacen Saúl y Estrella. Es normal que todo el mundo esté triste. Termina el funeral y todo el mundo se vuelve a ir del cementerio. Atmosfera bastante tensa entre Saúl y Estrella y Aníbal y Victoria.

* * *
Mansión Suarez.
Todos entran por la puerta principal. Aníbal y Victoria también entran. Saúl los mira.
SAUL : ¿Y ustedes? No me digan que hablaron enserio y se piensan mudar para acá?
VICTORIA : Y si eso fuera ¿qué? ¿Con qué te molesta a ti?
(Interviene César para evitar un pleito.)
CÉSAR : ¡Ya basta! Como ya dije ayer, Aníbal tiene el mismo derecho que tú de vivir en esta casa, la casa de su padre. Y Victoria, (pasa al lado de Victoria y le da un beso) es mi futura esposa así que tiene todo el derecho de vivir en esta casa!
SAUL : Bueno, ps entonces considero que ya escogiste y yo ya no tengo nada que hacer en esta casa, así que me voy!
CÉSAR : ¡No seas necio! La casa es grande y caben todos mis hijos!
SAUL : ¡No, papá! No pienso vivir bajo el mismo techo con ese asésino!
(Saúl sube las escaleras a su cuarto.)
ESTRELLA : Y yo me pienso ir con mi hijo, así que ni se te ocurra impedirmelo!
(Estrella sube detras de Saúl.)
CÉSAR : (le grita a Estrella quien ya subió) ¡Tú no te vas a llevar a mi hijo, desgraciada!
(Victoria lo calma.)
VICTORIA : ¡Tranquilo, mi amor!
ANIBAL : ¡Ya, papá!

Habitación de Saúl.
Saúl recogía sus cosas, cuando entra Estrella.
SAUL : Mamá, tú no es necesario que me acompañes!
ESTRELLA: No pienso perderte nuevamente ahora que te recupere. Como tampoco quiero que me odies, mi amor!
SAUL : (la mira) Yo no te puedo odiar, mamá! (la abraza) Sé lo mucho que sufriste.
ESTRELLA : (lo abraza también; bota unas lágrimas) Gracías, mi amor! Me siento en deuda contigo… te tengo que dar muchas explicaciones, mi amor!
SAUL : ¡No, mamá, tú no me tienes que dar ninguna explicación! Sé que tú no me dejaste. Marcos me contó todo antes de morir. Como también le prometí que te iba a querer sin preguntarte nada y sin cuestionarte. Te lo mereces, mamá! ¡Te adoro! Siempre quise tener una mamá conmigo y ya la tengo. Tarde, pero ya la tengo!
ESTRELLA : Gracías, mi amor!
(Los dos se abrazan. Ambos lloran de la emoción.)
ESTRELLA : Así que no se hable más! Te acompaño!

SAUL : Está bien. Ps ya nos vamos, mamá! Podemos vivir sin la ayuda de mi papá.
ESTRELLA : Si quieres, me puedo poner a trabajar!
SAUL : ¡No, de ninguna manera, mamá! Tú no vas a trabajar, mamá! Jeje
ESTRELLA: Como tú digas, mi amor!
SAUL : Bueno, vamos a recoger nuestras cosas que quiero irme cuanto antes de esta casa!
ESTRELLA : Voy a recoger mis cosas, mi amor!
SAUL : Te espero, mamá!



* * *
En una tienda de electrónicos.
Susana entra en una tienda de electrónicos y cosas liadas con la fotografia.
VENDEDOR : ¡Buenos días!
SUSANA : ¡Buenos días! (le da la cámara fotografica) Quisiera tener listas estas fotos para hoy mismo en la tarde!
VENDEDOR : (coge la cámara) No se preocupe, señora, así será! Pero le va a costar más precio de lo normal.
SUSANA : No importa el precio!
VENDEDOR: Está bien. Cuente con ello!
SUSANA : Gracías! ¿Cuándo puedo venir a recogerlo?
VENDEDOR: En dos horas.
SUSANA : ¿Dos horas? Y en una hora no se puede? Repito, pago lo que sea!
VENDEDOR: Está bien, entonces. Una hora.
SUSANA : Gracías!

* * *
En la tarde.
En la casa de Diana.
Sofía estaba en la casa. Su madre está cocinando. Alguien toca el timbre.
SOFIA : ¡Voy a abrir, mamá!
(Sofía va a abrir. Recibe un sobre, firma por ello, y vuelve a cerrar.)
DOÑA PROVI : ¿Quién es, mi hija?
SOFIA : No sé, mamá, ahora voy a ver. Llegó un sobre, no tiene identificación ni nada.
DOÑA PROVI : Ps a ver que será, mi hija!
(Sofía abre el sobre. Doña Providencia llegó a su lado con una cuchara ya que se encontraba cocinando. Sofía mira el contenido del sobre y de repente se pone pálida.)
SOFIA : ¡Dios mío, noo! ¡No puede ser cierto! ¡Noo!
(Sofía empieza a llorar, mientras veía el contenido del sobre.)