Capitulo 26: Estrella descubre la verdad

En el barrio.
Casa de Diana.
SOFIA : Voy a ver a Saúl, mamá!
(En ese momento suena el telefóno.)
SOFIA: ¡Yo contesto! Bueno?! … ¿Cómo? … Pero ¿cómo pasó? (bota unas lágrimas) ¡Voy para allá! (cuelga)
DIANA: ¿Qué te pasó, hermana? ¿Quién llamó?
SOFIA : Fue Marcos. Saúl está en el hospital. Al parecer lo quierían matar en la cárcel.
DIANA : ¡Te acompaño!
SOFIA: ¡Vamos! (a su madre que estaba en la cocina) ¡Vamos al hospital, ma’! Regresamos en la noche!
DOÑA PROVI : Está bien, mijas. Se me cuidan.
DIANA : Sí, ma’!
(Diana y Sofía se van.)

* * *
En el hospital.
Sale el doctor bastante abatido. Se quita los guantes de cirujano.
MARCOS : ¿Qué pasó, doctor? ¿Murió mi hermano?
DOCTOR : ¡Deja el pesimismo, muchacho! No puedo negar que hubo un momento en el cual creí que lo ibamos a perder definitivamente, pero ¡noo! Todo lo contrario! Se aferró a la vida y pudo vencer a la muerte!
MARCOS : ¡Siiii! (abraza a Estrella) Perdón… (se aleja)
ESTRELLA : No pasa nada… (sonríe y le da un abrazo)
DOCTOR : Pero no se alegren tanto. Aún lo tenemos bajo observación. Ha perdido mucha sangre. Necesita un grupo bastante rara… tiene AB negativo…
ESTRELLA: ¿AB negativo? ¡Yo tengo esa grupa!
DOCTOR: ¡Acompañeme, señora!
(Estrella se va con el doctor, pero ni logra dar unos pasos que aparece César y la detiene.)
CÉSAR : ¿Adónde crees que vas?
ESTRELLA : Voy a donar sangre al hermano de Marcos!
DOCTOR : Sí, el muchacho perdió mucha sangre y puede morir…
(Vienen Diana y Sofía. Se acercan a Marcos.)
SOFIA: ¡Proceda, doctor!
DOCTOR: Por supuesto. (a Estrella) ¡Acompañeme, señora!
CÉSAR : ¡Ella no va a ninguna parte! ¡No es quien para meterse en nuestras vidas! Y más… acercarse a MI hijo.
MARCOS : ¡Ya, papá, no es ni el momento ni el lugar para las discusiones! Estrella solo quiere salvar a mi hermano. Con cada segundo que pasa mi hermano puede morir.
CÉSAR : (suspira) Está bien… (a Estrella; la agarra del brazo) Cuando termines quiero hablar contigo en la cafeteria!
(César la suelta y se va. Estrella no le replica, solo lo mira con odio. Después va con el médico.)



* * *
Dentro de unos minutos.
En la cafeteria del hospital.
César esperaba a Estrella. Llega Estrella. Éra una mujer segura de sí misma.
CÉSAR : (la agarra del brazo) ¿A qué regresas, loca? Y más, acercandote a mis hijos!
ESTRELLA : (lo mira con aire de superioridad) ¡Sueltame! (se suelta de él) Ya no soy la misma idiota enamorada que cae en tus trampas! Vine a recuperar a mi hijo! Marcos me necesita.
CÉSAR: jajaja (rísas) ¡que estúpida eres! Marcos no es tu hijo, loca!
ESTRELLA: ¿De qué hablas? ¿Cómo que Marcos no es mi hijo?
CÉSAR : ¡Así es! Marcos no es tu hijo. Yo sí sé dónde está tu hijo, pero jamás… ¡oyelo bien! Jamás te lo voy a decir!
(Aparece Marcos.)
MARCOS : ¿Qué pasa aquí? (al lado de Estrella)
ESTRELLA : Nada, hijo… no pasa nada… hace mucho que quiería enfrentarme a este desgraciado que me robó a mi hijo!
CÉSAR : ¡Ya te dije! En mi vida te diré el nombre de tu hijo!
MARCOS : ¿Cómo que le robaste el hijo a Estrella, papá? No será que… ¡cláro! No será que mi hermano Saúl es… (despacio) el hijo de Estrella?
ESTRELLA: ¿¿Qué?? (mira a Marcos) Y yo que pensaba que tú debes ser mi hijo… un muchacho estudioso, con clase, un gran abogado…
CÉSAR : ¡Ya basta! (suspira) Está bien. (a Estrella) Vamonos y te cuento toda la verdad sobre tu hijo!
MARCOS : ¡No papá! Lo harás, pero aquí mismo!
CÉSAR: (suspira) Tú hijo no es ningun orgullo.
MARCOS : (se la corta) Para cualquier madre su hijo es un orgullo! Y creeme que haré hasta lo imposible para que Estrella esté con su hijo. (a Estrella) Sí, Estrella! Tu hijo, el que te lo arrebataron de los brazos, es mi hermano Saúl.
ESTRELLA : ¡Gracías, hijo! Tenía mis presentimientos! (abraza a Marcos)
MARCOS: Perdóname, papá, pero no podía ser complice de esa atrocidad que hiciste! Por lo menos que mi hermano esté con su madre, si yo no tuve la suerte de estar con la mía. Y ni se te ocurra vengarte y matar a Estrella como lo hiciste con mi mamá! (siente un mareo y se toca la cabeza)
(Marcos se apoya en la pared sintiendose débil.)
CÉSAR : Hm… ¿y qué va a decir tu hijo cuando sabrá dónde trabajaste antes de estar en el manicomio? Qué dirá cuando sepa que trabajaste de… ¿prostituta? ¡Mírate! Ya eres un despojo humano!
ESTRELLA : (le grita) Tú me convertiste en lo que soy!
CÉSAR : No podía dejar que un hijo mío crezca en semejante medio! No éra digno para un Suarez-Gonzalez!
MARCOS : Y convertirlo en tu perro fiel y hacerte las cosas sucias sí éra digno? No hables de dignidad, papá, que tienes la moral por los suelos!
(Marcos nuevamente se altera, se siente mareado y esta vez se desmalla.)
ESTRELLA : ¡Marcos! (se agacha a abrazarlo) ¡Auxilio! ¡Un doctor! (a César) ¡Ve por el médico no te quedes allí parado!
(César va por el médico.)



* * *
En el salón de Saúl.
Entra Sofía. Lo ve y bota unas lágrimas. Se le acerca. Coje su mano en la suya.
SOFIA : ¡Lucha por tu vida, mi amor! Aún tenemos muchas cosas que hacer! Te acuerdas? Planeamos tener dos hijos… un niño, que sea igual de lindo que su papá… y una niña, una princesita… (las lágrimas inundan su rostro y ya no puede hablar más; cierra los ojos)
(Cuando ella tenía los ojos cerrados, Saúl abre los ojos y la mira borroso.)
SAUL : (despasito) Una princesita… como su mamá… (sonríe)
(Sofía lo escucha, lo vuelve a mirar y se pone felíz.)
SOFIA : ¡Mi amor! Mi amor… reaccionaste! (sonríe; no sabía si reír o llorar de felicidad)
SAUL: Sé que mi muerte está cerca… (respira)
SOFIA : (llora) ¡No hables de muerte! Tú no te vas a morir! Aún tenemos muchas cosas que hacer juntos, mi amor… (llora)
SAUL: Sé que mis horas están contadas…
SOFIA : ¡Descansa, mi amor! ¡No hagas esfuerzos! ¡Descansa! Yo voy a velar tu sueño!
(Saúl sonríe y le acarisia la mano. Sofía se queda a su lado.)



* * *
Salón de Marcos.
Marcos despierta poco a poco. Estrella está a su lado.
MARCOS : ¿Dónde estoy? (trata de levantarse)
ESTRELLA : (lo detiene y lo acuesta nuevamente) ¡Descansa! Te desmallaste en los pasillos del hospital y te trajeron para acá.
MARCOS : Seguramente es porqué no comí nada…
ESTRELLA : Voy a traerte algo de la cafetería. Ya vuelvo, mi hijo!
(Estrella sale. Dentro de un rato entra el doctor.)
MARCOS : ¡Doctor! ¿Cómo sigue mi hermano?
DOCTOR : (serio) (lo mira y suspira) Tu hermano está bien, está fuera del peligro y se está recuperando! Pero…
MARCOS : Pero ¿qué doctor? ¡Hable ya!
DOCTOR : Deberías preocuparte más por tu salud! Tú si estás grave. (Marcos lo mira.) No me gusta para nada el resultado de tus analisís. Tus analisís muestran que… (suspira)
MARCOS : (asustado) ¿Qué tengo doctor?
DOCTOR: Desgraciadamente, te queda solo poco tiempo de vida. Te voy a recetar unas medicinas para prolongar más el plazo final, pero igual y tu enfermedad avanza rápido.
MARCOS : (bota unas lágrimas) ¿Cuánto me queda exáctamente de vida, doctor?
DOCTOR : Exáctamente no te puedo decir. Pueden ser unas semanas, unos meses, unos años… en el caso más afortunado.
(Marcos bota unas lágrimas, pero se aguanta. No éra fácil recibir semejante noticia.)
MARCOS : (suspira) Doctor, porfavor, no se lo cuente a nadie! Ni a mi papá, ni a mi hermano, ni a Estrella, ni a nadie! Porfavor!
DOCTOR : Está bien. Puede contar con mi silencio.
(El doctor sale.)
MARCOS : Poco tiempo de vida… (bota unas lágrimas)

* * *
Días después.
Marcos está en la biblioteca de la mansión. Se echa agua de un jarrón a un vaso. Abre el frasco de medicinas y toma unas.
MARCOS : ¡Dios! ¿Con cuánto prolongarán mi vida? (bota unas lágrimas) Ojalá la muerte me de tiempo de sacar a mi hermano de la cárcel. (coje el telefóno y hace una llamada)

* * *
En el hospital.
En el salón de Saúl.
Estrella y Sofía están con él. Dos policías están afuera del salón. Entra el doctor.
DOCTOR : ¡Felicidades! Ya estás dado de alta. Se puede ir ya mismo, pero… tendrás que regresar a la cárcel. Allí afuera hay unos policías.
SOFIA : ¡No, mi amor! Tú no puedes regresar a la cárcel! (se abraza a él)
SAUL : (la abraza y la besa) ¡No te preocupes! Mi hermano va a demostrar mi inocencia, mi amor. Pronto voy a salir.
SOFIA : ¡Prometeme que te vas a cuidar, mi amor! No soportaría perderte!
SAUL: Está bien, mi amor. ¡Te lo juro!
(Estrella los mira y sonríe.)
ESTRELLA : {Pensamiento : Hijo, aún no te puedo decir la verdad! Pero por lo menos te encontré, mi amor!}
(Entra el comisario Ortega.)
COMISARIO : Bueno… si todo está listo, le ruego que me acompañe, porfavor! (le ponen las esposas)
SAUL : No, porfavor! No es necesario. (rechaza las esposas) No me voy a escapar.
COMISARIO: ¡Vamos!
(Los guardías lo agarran. Saúl se va con la policía. Sofía se abraza a Estrella llorando. Estrella la consuela.)
ESTRELLA : ¡No te preocupes, hija! Marcos es un buen abogado. Mejor vamos para que descanses, hija!
(Estrella y Sofía se van.)

* * *
En una casita vieja, pobre, en el barrio de Diana.
Al margen de la ciudad, en una casita vieja, pobre, cerca del barrio de Diana. Un hombre convertido en un despojo humano, está sentado en unos cartones, con una botella medio vacía en la mano. Está tomado, pero aún recuerda lo que pasó aquella noche. (Roberto Mateos)
RECUERDO :
El borracho ve a Agustín agarrando el arma con ambas maos, apuntando a Saúl.
AGUSTIN: ¡Llegó la hora de morirte, desgraciado!
De lejos, el borracho ve que se acerca un coche con dos personas, un hombre y una mujer. Ve que una mano sale por la ventana del coche y le dispara a Agustín. Éste cae lentamente al suelo, todo ensangretado.
FIN DEL RECUERDO.
HOMBRE : ¡No, no, no! No puedo decir nada. La policía me va a agarrar. Tengo miedo.