La Frontera 001: Escondidas

LA FRONTERA
EPISODIO 1: ESCONDIDAS



CIUDAD JUÁREZ, MÉXICO

Liannet y su hermana Taliana se encuentran en un parque de la ciudad mexicana, comiéndose unas enchiladas que acaban de comprar. Ambas jóvenes van acompañadas por Jeimy, una buena amiga de ambas.  Las tres jóvenes, sentadas en un banco, bajo el calor del sol, conversan.



Liannet: Hay que esperar a la noche, chavas. No podemos arriesgarnos en cruzar en pleno día.

Taliana: Todo hubiera sido más fácil si tuviéramos la condenada visa, híjole.

Jeimy: ¿Creen que logremos cruzar al otro lado amigas? No sé, lo veo tan difícil… Deberíamos aceptar la propuesta del coyote, él nos pasaría fácil.

Liannet: ¿Y de dónde íbamos a sacar tanta lana, eh? Apenas si nos alcanza para una sola…

Taliana: Jeimy tiene razón, hermana. Juan Pablo dijo que era la mejor opción. Aún estamos a tiempo antes que arriesgarnos a cruzar a nado el río. Hay muchos que han muerto así.

Liannet: No pienso pagar a ningún coyote por algo que podemos lograr nosotras mismas. Tengo un plan chicas.

Jeimy: Te escuchamos…

Liannet: Miren, esta noche subiremos a uno de camiones de mercancías que cruzan la frontera. Con suerte nadie nos cachará.

Taliana: ¿Pero te has vuelto Liannet? No podemos hacer eso… Esos camiones van cerrados a cal y canto, no hay forma de entrar en ellos así como así.

Jeimy: Tali tiene razón, amiga. Los camioneros ya están sobre aviso y los convoyes van ya bien cerrados, mija.

Liannet: Pues algo se nos tiene que ocurrir, si hemos pasado días viajando desde Veracruz hasta acá es por algo. Tenemos que cruzar al otro lado sí o sí. ¿Entienden?

Taliana: Sigo pensando que deberíamos volver a hablar con Juan Pablo.

Liannet: Y dale con Juan Pablo… (Enojada)


EL PASO, ESTADOS UNIDOS
INT. / CABINA CONTROL FRONTERIZO USA-MÉXICO / DÍA

Al otro lado de la frontera, en una cabina de control de tráfico, justo en el borde entre ambos países, dos chicos vigilan y checan la documentación de la gente que cruza en coche hacia Estados Unidos. Ellos son Benjamin y Lucas. Ambos son gringos, aunque Lucas es de padres colombianos pero nacido en Estados Unidos.



Ben: Está tranquila la tarde, creo que esta noche habrá poco movimiento en la frontera, amigo.

Lucas: No sé, no te puedes fiar mucho… Hay veces que cuando menos esperas una oleada de ilegales asaltan los controles y se forma un caos aquí.

Ben: ¿En serio? Apenas llevo una semana y todavía no me ha pasado algo así.

Lucas: Pues ya lo irás viendo… Hasta tiros hubo una noche, no te digo más, Ben.

Ben: Uff… Espero que nunca tengamos que llegar a usar las armas.

Lucas: Yo estoy deseando que me den el traslado a Dallas. No me gusta El Paso. Hay muchos problemas, narcotráfico, inmigración ilegal…


CIUDAD JUÁREZ, MÉXICO
INT. / BAR / NOCHE

Las chicas conversan con Juan Pablo, un conocido coyote de la ciudad. Un coyote es alguien que, a cambio de dinero, organiza viajes para cruzar inmigrantes ilegales al otro lado de la frontera, a Estados Unidos.



Liannet: Esto es lo único que tenemos… 5000 dólares. Pero tenemos que cruzar las tres, Juan.

Juan: Jajaja. ¿Y con esta miseria piensan que voy a pasar a tres muñequitas como ustedes al otro lado? Sueñan… Están locas.

Jeimy: Por favor Juan… Necesitamos cruzar, tenemos que conseguir chamba allá. Aquí en México estamos ya sin más que lo puesto. Esto es todo lo que pudimos reunir entre las tres.

Liannet: Les dije que este tipo era un estafador, un ladrón… Vámonos, chavas.

Taliana: Pero hermana…

Liannet: ¡Pero nada!

Juan: ¡Está bien, está bien! Más vale pájaro en mano que ciento volando. Las cruzaré a las tres por ese dinero. Pero lo hago porque Liannet y yo fuimos novios… ¿Verdad mi chula? (Tocándole el trasero)

Liannet: ¡Suéltame, cerdo! Lo nuestro terminó hace años y lo sabes. No me vuelvas a tocar. (Enojada)

Juan: Jajaja, bueno mi reina, no te me pongas brava. Sonriente te vas mas bonita, mi chula.

Jeimy: ¿Cuándo cruzamos?

Juan: Esta misma noche. José Luis tiene que cruzar para llevar un cargamento de frutas y verduras en un camión.

Taliana: ¡Órale chavas, esa es nuestra oportunidad! Tenemos que subir a ese camión.

Juan: Un momento, un momento… Antes la lana, reinas. (Con chulería)

Liannet: Más te vale no me la juegues sucio, desgraciado porque te juro que te mato.

Juan: Confía en mi, mi amor. ¿Cuándo te he mentido yo, eh? (Sonríe burlón)

Jeimy: ¿A qué hora pasaremos?

Juan: Deben estar aquí en media hora, José Luis sale a las 12 en punto de la noche. Entre él y yo las ayudaremos a esconderse bien en el fondo del camión. Nadie sospechará que van ocultas tras las cajas de frutas.

Liannet: ¿Estas seguro? Hay muchos que les han cachado así. No me fío… (Preocupada)

Juan: Hazme caso, mi reina… A estas horas de la noche bajan los controles… cruzan menos carros y todo es mucho más fácil. Ya van a ver, muñequitas.

Taliana: Tenemos que irnos de esta manera, sí o sí, Liannet. No podemos hacer otra cosa.

Liannet: OK, está bien. Toma la lana. (Le da el dinero a Juan)

Juan: Perfecto, mi amor. Disculpen voy a llamar por teléfono a José (Sacando su celular de los jeans, marca)


GRANJA MILLER, ILLINOIS
INT. / CASA, DORMITORIO / NOCHE

A cientos de kilómetros de la frontera mexicana, en el estado de Illinois, en una granja lechera cercana a la ciudad de Chicago, Murilo y su esposa Leticia charlan en la cama.



Leticia: ¿Sabes si tus sobrinas van a venir al final? Llevamos días sin saber nada de ellas.

Murilo: No te preocupes, mi amor. Liannet me dijo que estaban ya en Ciudad Juárez, ahora les toca lo más difícil. Cruzar la frontera. Una vez lo logren, será todo más fácil, es cuestión de que no las cachen en el camino hacia aquí. En autobús llegarían en unos días.

Leticia: Espero todo salga bien, Murilo. Me da miedo que esas niñas anden por ahí solas… Y todo por un dichoso visado que les denegaron.

Murilo: Taliana y Liannet trabajarán en la granja, ordeñando las vacas y su amiga Jeimy, la colombiana, puede echarte la mano a ti en la casa.

Leticia: ¿Y si nos descubren? ¿Y si la policía viene un día y se entera que tenemos tres inmigrantes ilegales en casa? Todavía recuerdo cuando nos conocimos.

Murilo: Ya lo sé. Yo apenas era un simple inmigrante mexicano.

Leticia: Mi padre no aceptaba lo nuestro por no ser gringo y lo sabes.

Murilo: Lo sé… existe todavía mucho racismo en este país. Incluso el nombre de la granja lleva tu apellido y no el mío.

Leticia: Lo sé… y todo por capricho de mi padre. Nunca accedió a cambiarlo en vida. Ahora ya es tarde para eso.

Murilo: Confío que mis sobrinas y su amiga logren cruzar la frontera. Espero que Dios las ayude.


CIUDAD JUÁREZ, MÉXICO
INT. / CAMIÓN / NOCHE

Es medianoche, las chicas suben al camión y se esconden al fondo del todo, tras decenas de cajas. Las tres, muy asustadas y nerviosas guardan silencio. Juan cierra con candado las puertas y se despide de su socio. José Luis, sube al camión y arranca el gran tráiler. Un enorme vehículo cargado de frutas y verduras mexicanas, así como de tres chicas escondidas se dirige a los controles de la frontera entre Ciudad Juárez y el Paso. Liannet habla con sus hermanas dentro de la oscuridad del camión. Únicamente tienen una linterna para alumbrarse. Hace frío, las tres chicas tiritan abrazadas en ese pequeño hueco entre cajas de frutas diversas.



Liannet: Tranquila Taliana, toma una cobija. Arrópate. Con suerte en unas horas estaremos ya bien dentro de los USA. (Sonríe ilusionada)

Taliana: Ojalá tengas razón, mija. Estoy deseando llegar a Illinois y empezar a chambear bien duro.

Jeimy: Extraño tanto a mi familia en Colombia, chicas… (Triste)

Liannet: No llores Jeimy, pronto podrás llamarles por teléfono y decirles que estás bien y lo mejor de todo, que ya tienes chamba en los “iu es ei”. (Sonríe)

Jeimy: Sí, es verdad. (Sonríe)

El gran camión tráiler llega a los controles de la aduana fronteriza. Las vallas están bajadas. José Luis detiene el vehículo y baja el cristal de la ventanilla. En ese momento Ben y Lucas se acercan y le interrogan.



Lucas: Buenas noches, señor.

José: Buenas noches, agentes.

Ben: ¿Su nombre, por favor? Y su pasaporte y visa.

José: Aquí tiene… Me llamo José Luis Linares, y soy de Michoacán. (Le da el pasaporte y la visa)

Mientras Lucas lo revisa, Ben le sigue preguntando.

Ben: ¿Hacia donde se dirige?

José: Voy a Dallas, jefecito.

Lucas: Tome… Todo en orden. (Le da la documentación a José, de nuevo)

Ben: ¿Qué tipo de mercancía transporta?

José: Nada importante, frutas y verduras. Usted sabe, llevo un cargamento enorme de chiles habaneros. Les gustan mucho a los gringos ahora. ¿Sabe usted?

Lucas: ¿Podemos ver el interior del tráiler, por favor? Si fuera tan amable de abrir las puertas.

José: OK, señores, no se preocupen. Ahorita mismo… (Se baja del camión)

Los tres hombres van hacia la parte trasera del tráiler. José abre con unas llaves dos candados de las puertas del tráiler del camión. Lucas y Ben con sendas linternas examinan el interior.

José: ¿Todo en orden, agentes?

Lucas: Espere un momento, tenemos que revisar por dentro, es pura rutina. Lo siento.

José: No hay problema… (Nervioso)

Al fondo del tráiler del camión, las tres chicas tratan de no hacer ruido pues saben la policía está registrando el vehículo. En ese momento Jeimy tose sin poder evitarlo y Ben se da cuenta.

Ben: ¡Ey, ey! ¡Lucas! ¡Ahí detrás hay alguien!

Lucas: ¡Voy a ver…! (retirando cajas)

José: Yo no he oído nada… agente… (Intenta irse)

Ben: ¡De eso nada, tú no te mueves de aquí! (Le sujeta de un brazo, José está muy asustado)

Mientras, Lucas logra quitar dos cajas y ve a las tres chicas, aterradas, Jeimy y Taliana comienzan a dar gritos, muy asustadas y preocupadas. Liannet no, la morena salta sobre Lucas y le pega un puñetazo para poder escapar.

En medio de ese jaleo, José Luis le quita la pistola a Ben y le apunta.

José: ¡Quieto gringo! ¡Quieto o te quiebro aquí mismo! (Amenazante)

En el interior del camión, Liannet anima a las chicas a escapar.

Liannet: ¡Vamos, muchachas, tenemos que irnos, cuanto antes! ¡Apúrense!

En el suelo, entre manzanas y naranjas, Lucas recobra el conocimiento tras el golpe dado por Liannet. Las tres chicas salen corriendo del camión y cruzan a toda prisa los controles de la frontera. Liannet, Taliana y Jeimy corren, corren, muy nerviosas y muertas de miedo. Las tres chicas escapan a toda prisa y logran cruzar la frontera. Junto al camión José sigue apuntando con el arma a Ben, pero en ese momento Lucas aparece saliendo del camión y le dispara a José, desarmándolo.

Lucas: ¡Espósalo! ¡Yo voy tras las chicas!

Ben le pone las esposas a José, reduciéndolo contra un lateral del camión de carga. Lucas corre tras las jóvenes pero no les logran dar alcance.

Lucas: ¡Alto o disparo! ¡ALTOOOOOOOOO!!!! ¡POLICÍAAAA!!!!

En ese momento, Ben aparece tras su compañero, también a la carrera, con una pistola en mano.

Lucas: ¡Maldita sea! ¡Cruzaron!!! ¡Se nos va a caer el pelo, ya vas a ver!!

Ben: ¿Dónde están? No las veo por ninguna parte.

Lucas: De noche es imposible… Voy por los perros, avisa por radio a la central, necesitamos refuerzos y que alguien venga a por ese tipo, el del camión. ¡Apúrate!

Ben: ¡Voy, ya voy! (Sale corriendo)

Minutos después Lucas y Ben siguen la pista de las ilegales, acompañados de dos perros, un pastor alemán y un Rottweiler. Los animales siguen el rastro de las muchachas y ladran furiosos. Los dos agentes siguen el rastro. Los perros son muy inteligentes y logran seguir a las jóvenes inmigrantes. Ambos policías, con dos linternas, siguen rastreando los alrededores del control de frontera. Están en la ciudad de El Paso, la gemela gringa de Ciudad Juárez. Ambas separadas por una gran valla fronteriza.

EL PASO, ESTADOS UNIDOS

Liannet, Taliana y Jeimy han logrado cruzar la frontera, por fin han cumplido su sueño, o eso es lo que ellas creen…

Liannet: Nos siguen, nos van a cachar.

Taliana: ¡Tenemos que escondernos! ¡Rápido!

Jeimy: Los perros darían enseguida con nosotras, hay que seguir corriendo hacia el centro de la ciudad, no podemos arriesgar a que nos cachen, no ahora que ya estamos en Estados Unidos.

Liannet: Vamos chavas, corran, apúrense, por favor. ¡Corran!

Las tres jóvenes corren a toda prisa en mitad de la noche, bajo la luz de la luna y las pocas farolas que jalonan la calle. Apenas anda nadie a esas horas por El Paso. Pero la madrugada es una hora muy peligrosa para que tres chicas caminen solas por las calles de una ciudad fronteriza con México. Al doblar una esquina, Liannet las hace detenerse.

Liannet: ¡Esperen! ¡Miren!

Las tres chicas ven un almacén abandonado.

Taliana: ¡Rápido, escondámonos ahí! ¡Deprisa, están cerca ya!

Las jóvenes entran al almacén y logran, con mucho esfuerzo, bajar la persiana metálica. Así quedan aisladas de la calle. En ese momento, Ben y Lucas, junto con los dos perros, doblan la esquina y…

Ben: ¡Maldita sea! ¿Dónde se fueron ahora?

Lucas: ¡Dios! No puede ser… no es posible que se hayan esfumado así como así.

Ben: Tal vez hayan tomado un taxi o qué se yo…

Lucas: Deja de decir bobadas quieres… Avisaré a la central por radio. Hay que peinar esta zona y dar con ellas antes de que se haga de día. ¿Entiendes?

Ben: Por un lado me dan pena las chicas, había una muy guapa, por cierto.

Lucas: ¡Benjamin! (Enojado)

Ben: ¡Perdón, perdón, sólo decía!!!


Mientras tanto, dentro del almacén abandonado, un par de mendigos andrajosos ven a las tres jóvenes y tratan de intimidarlas. Quieren abusar de ellas. Liannet intenta proteger a su hermana y a su amiga, sacando una navaja del bolsillo del pantalón.

Liannet: !Atrás! !Atrás o les juro que les mato!


CONTINUARÁ

Pues como ya lo comenté anteriormente en el concurso, me parece un capítulo excelente, lleno de emoción, de drama, de suspenso, las tres chicas verdaderamente muy valientes enfrentando todo tipo de peligros.

Seguiré esta serie sin perder un solo detalle.   

Me gusta, es la primera parte de la serie

Muy bueno el capitulo *-* jajaja que valentia la de esa tres chicas me encanta... a leer el proximo *-*