CAPÍTULO N° 14: LOS FANTASMAS DE ALEJANDRO
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CAPÍTULO N° 14: LOS FANTASMAS DE ALEJANDRO
CAPÍTULO Nº 14: LOS FANTASMAS DE ALEJANDRO
ENTRADA:
Alejandro se encontraba impresionado, seguía mirando de manera sobresaltada a Jacinto, quien sonreía descaradamente, en ese instante el villano salió corriendo, sorprendido, despavorido y con los ojos rojos, como aguantando un llanto inexplicable. Don Martín queda sorprendido, mientras que Jacinto empieza a reír grotescamente.
Jacinto: Así que el tal Alejandro era muy valiente, miren como salió corriendo, como toda una mujercita – Volvió a reír –
Don Martín: Ten mucho cuidado, no sé por qué Alejandro habrá reaccionado de esa manera, pero debe haber alguna razón, así que te recomiendo que salgas de esta oficina – Dijo, muy alterado –
Jacinto: Pues hasta que no me den mi oficina no me pienso ir de aquí, ¿Cómo lo ve? – La paciencia de Don Martín parecía estar acabando –
Don Martín: Estás jugando con fuego, tu papá era igual que tú, por eso esta muerto – Ahora fue Don Martín quien sonrío, mientras que Jacinto estaba serio, sin poder decir nada –
Jacinto: ¿Que está tratando de decir…? – Susurró, algo impresionado – ¿Qué alguien de aquí mató a mi padre?
Don Martín: No lo sé, puede que alguien de aquí lo haya matado, al igual como te pueden matar a ti – Soltó una carcajada, Jacinto trató de sonreír –
Jacinto: Pues yo no cometeré los mismos errores que mi padre, yo seré más fuerte y más inteligente – Don Martín empezó a reír –
Don Martín: Tal vez seas más fuerte, pero más inteligente, pues no lo creo. Mira, mi querido Jacinto, tu padre era una persona muy inteligente, pero le faltó la fuerza que tú tienes, ahora tú eres al revés, tienes la fuerza, pero no heredaste la gran inteligencia de tu padre – Ambos se miraban desafiantes –
Jacinto: Mire, no pienso estar escuchando sus estupideces así que salga de mi oficina – Dijo, ahora él, alterado –
Don Martín: No me hagas reír Jacinto, él que se va a ir de esta oficina serás tú, y si no lo haces llamaré a la policía, tú aquí no eres nadie, ¡Yo soy el jefe! ¡Yo! - Le dijo, tratando de hacerle entender -
Jacinto: Mire viejito esto no se va a quedar así, va a ver que soy tan o más inteligente que mi padre, ¡Ya lo verá! – Gritó, sumamente exasperado –
Don Martín: ¿Si? Pues por ahora te vas de esta oficina, ¡Vamos! – Le gritó –, ¡Fuera!
Jacinto: Por ahora ganó, pero ya verá después – Fue hacía la puerta –, ah, y si mañana no está mi oficina tendré que usar la fuerza, que mi padre no tenía, contra Usted – Jacinto sale muy furioso de la oficina –
Don Martín (pensamiento): Yo ya no te puedo matar porque ya estoy muy viejo, pero Alejandro si lo puede hacer, él te puede sacar de mi camino – Sonríe –
Casa de Don Martín:
Nicole y Daniela miraban sumamente sorprendidas a Marco, quien no dejaba de mirar a la mayor de las hermanas Mendoza, a Daniela, la mujer que él tanto deseaba.
Nicole: Bueno muchachos, será mejor que yo me vaya porque salgo sobrando, que les vaya bien, me voy a mi cuarto – Nicole se va, riendo un poco, y Marco se acerca a Daniela –
Marco: Te extrañé mucho, no sabes cuanto, ¿Tú me extrañaste? – Le preguntó, muy amoroso, Daniela sonrío –
Daniela: Si, claro que te extrañé, como no te voy a extrañar si siempre fuiste mi mejor amigo, desde que éramos unas pulguitas en el colegio – Ambos rieron –
Marco: Pero tú sabes que yo siempre quise ser algo más que tu amigo – Daniela se incomoda y se aleja un poco de Marco –, pero lamentablemente tú nunca me lo permitiste, ¿Por qué Daniela? ¿Por qué no me dejaste estar a tu lado? – Daniela miró con algo de pena –
Daniela: Ay Marco, por favor, tú sabes que yo siempre te vi como un amigo, como mi mejor amigo, tienes que comprenderlo, hay cosas que simplemente se dan y entre nosotros no se pudo – Marco tomó la mano de Daniela –
Marco: Mira, antes tu papá no me aceptaba como enamorado tuyo, ni siquiera como tu amigo, pero ahora tengo plata, ahora ya soy un empresario con éxito y estoy seguro que tu padre aceptará nuestro noviazgo – Sonrío –
Daniela: Por favor Marco, no puedo, no puedo aceptarte, si antes no lo hice, ahora menos – Marco miró fijamente a los ojos de su amada –
Marco: No me digas que te enamoraste del idiota de Ángel – Daniela hizo un gesto de repulsión –
Daniela: No, tú sabes que mi papá siempre me lo impuso y lo sigue haciendo, pero de él no me he enamorado, me he enamorado de otra persona – Marco se sorprende inmensamente –
Marco: ¿De otra persona? ¿De quién? – Daniela cierra sus ojos –, ¡No puede ser! ¡Siempre me ganan! – Suspiró –
Daniela: Estoy enamorada de Antonio, no lo conoces, pero es mi primo – Marco se sorprende y mira con sus ojos muy abiertos a Daniela –
Marco: ¿Enamorada de tu primo? ¿Pero cómo? – Daniela sonrío, sus ojos brillaron al recordar a Antonio –
Daniela: Si, tú sabes que el corazón no escoge, porque si el corazón escogiera en aquella ocasión yo te hubiera aceptado – Ambos sonríen –
Marco: ¿Entonces te vas a casar con tu primo? – Daniela soltó una carcajada –
Daniela: Sería bueno, pero no, lamentablemente no – Daniela se pone algo triste, se le humedecen los ojos, Marco le acaricia el rostro –, mi papá quiere que me case con Ángel y yo lo haré – Marco se toca el cabello –
Marco: ¿Pero por qué? ¿Cómo vas a casarte con Ángel si no lo amas? – Preguntó, muy inquieto –
Daniela: Es que en realidad quiero descansar, ya me cansé de luchar por algo que de verdad no tiene futuro, con mi padre interponiéndose, con mi mejor amiga enamorada de Antonio, con Ángel a mis espaldas... Yo quisiera poder estar con él, porque de verdad lo amo, pero no quiero luchar con las personas que quiero y estoy hablando de mi papá y de Vanesa – Marco mira enternecido –
Marco: Bueno, es razonable, pero no hay nada qué hacer, parece que vine en vano, me has vuelto a rechazar – Marco da unos pasos –, me voy a tener que ir…
Daniela: No, no te vayas – Daniela va hacía él –, necesito un amigo, eso necesito, ¿Me puedes brindar tu amistad nuevamente? – Ambos empiezan a reír –
Marco: Por supuesto Daniela, por supuesto, mi querida amiga – Ambos se abrazan, en ese instante entra Ángel, quien los miraba indignado –
Ángel: ¡DANIELA! – Daniela y Marco se dejan de abrazar, voltean y ven a Ángel – ¿Marco? ¿Tú que haces aquí?
Hospital:
Antonio se encontraba muy preocupado, daba vueltas de un lado a otro y Pablo lo seguía para tratar de tranquilizarlo, pero sus intentos eran inútiles, Antonio se encontraba con un doloroso nudo en la garganta, con una tormenta en el espíritu.
Pablo: Antonio, ¡Por favor! ¡Ya deja de dar vueltas! ¡Tranquilízate! – Antonio sujetó la camisa de Pablo, quien se asustó en ese instante –
Antonio: ¿Cómo maldita seas me pides que me tranquilice? Mi padre ha muerto, ¿Acaso no entiendes la gravedad? – Preguntó, sumamente alterado –
Pablo: Claro que lo entiendo, claro, pero debes al menos tratar de guardar la calma, no puedes estar así porque te harás un daño – Antonio se sentó y cerró sus ojos –
Antonio: Pero lo peor de todo es que el idiota del doctor me ha dicho que se demorarán meses en decirnos qué le pudo haber pasado a mi papá – Sus ojos se llenaron de lágrimas –
Pablo: Mira, ahí viene – El doctor se dirige hacía ellos –, ¿Bueno doctor, que ha pasado?
Antonio: Si, Doctor, ¿Qué nos dice? Sé que no me puede dar datos exactos ahora, pero algo ha de saber... – El doctor agachó su cabeza, al parecer no quería responder –
Doctor: Pues ha ocurrido algo muy extraño, algo… inexplicable – Dijo, muy nervioso –
Antonio: ¿Inexplicable? ¿Qué es lo que ha pasado? - El doctor no respondía -, ¡Ya déjese de dramas! ¡Hable de una buena vez! – Pablo le toco el hombro a su amigo –
Pablo: Tranquilo Antonio, tranquilo – El doctor suspiró –
Doctor: Lo siento mucho Señor Antonio, como le dije la autopsia demoraría mucho tiempo todavía, pero algo es cierto y esto es innegable, si bien su padre sufrió un accidente automovilístico, él había muerto desde ya antes - Antonio y Pablo no podían creer lo que estaban escuchando, estaban casi temblando -, al parecer su padre fue envenenado – Esa última palabra se escuchó como un eco en los oídos de Antonio –
Antonio: ¿Mi padre envenenado? ¿Mi padre? – Sus ojos se llenan de lágrimas, las cuales empiezan a caer rápidamente de sus ojos hasta llegar a su mejilla, Pablo queda totalmente perplejo también –
Pablo: ¿Está seguro de lo que dice? ¿No será alguna equivocación? – Preguntó, muy inquieto e indignado –
Doctor: Yo quisiera que sea una equivocación, pero no lo es, incluso le hice dos análisis simples más para no equivocarme y ambos arrojaron a un envenenamiento – Antonio se alejó de Pablo y miró hacía la pared –
Antonio: ¡Hijos de perra! Mataron a mi padre, ¡Lo mataron! – Seguía llorando –, ¡Esto es mi culpa! Si no hubiéramos llegado a esa empresa nunca hubiera pasado esto – Golpeó la pared –
Pablo: Hermano, si todo esto es cierto, el culpable nos la pagará, te juro que nos las pagará – Ambos se miraron a la cara –
Antonio: Y yo te juro que lo mataré, mataré al que haya envenenado a mi padre, te juro que lo haré, lo partiré como a un gusano – Apretó sus puños, el doctor los miró, algo asustado –
Doctor: Lamentablemente yo no puedo saber quien fue la persona que le dio de beber el veneno a su padre – Los ojos de Antonio reflejaban una gran furia –
Antonio: ¡Ya lárguese! ¡No necesito su ayuda! - El doctor se va caminando con rapidez -, además yo sé quién fue el mal nacido que envenenó a mi padre, ¡Yo lo se! – Antonio y Pablo se miraron fijamente a los ojos –
Pablo: ¿Estás hablando de alguien de la empresa? – Antonio aprieta aún más fuerte sus manos –
Antonio: Así es, es alguien que nosotros conocemos muy bien y ese alguien morirá, ¡Ya verás que morirá! – El rostro de Antonio reflejaba ansias de venganza –
Calle:
Alejandro se encontraba a las afueras de la empresa, camina lentamente hasta su carro, se encontraba algo agitado y cansado, todo se tornaba oscuro, la cabeza le daba vueltas y él simplemente no sabía qué hacer ante un acontecimiento como este.
Alejandro (pensamiento): ¡No puede ser! – Entra al carro y se toca la cabeza –, ¡No puede ser que sea Jacinto Dipoilea! No puede ser que sea el mismo Dipoilea, el mismo de hace tantos años – Se decía así mismo, con los ojos llenos de lágrimas y cuando la desesperación estaba creciendo más, suena su celular, lo busca, contesta, algo alterado y cansado a la vez –, ¿Qué quieres, Vanesa?
Vanesa: ¡Ay tranquilo! Me parece que estás un poquito sulfurado – Alejandro se encontraba en un momento crítico, no tenía ganas de hablar con nadie –
Alejandro: Mira, ahora no tengo ganas de hablar, de veraz que no tengo ganas, mira me llamas más tarde – Vanesa lo interrumpe –
Vanesa: ¿Oye, pero que te pasa? Cuéntame, vamos, mi amor – Dice, muy provocativa –
Alejandro: Mira, mejor porque no me ayudas en algo – Dijo, ya más tranquilo –
Vanesa: Pero por supuesto, recuerda que tú y yo ahora estamos unidos, dime, yo hago lo que quieras, absolutamente todo lo que quieras – Se mordió los labios –
Alejandro: Pues bien, lo que necesito es que vayas a la dirección que te voy a enviar por mensaje en unos minutos, ahí te encontrarás con un amigo y él te dirá que hacer, después de que me ayudes con esto yo te ayudaré con Antonio, ¿Está bien? – Dijo, mientras encendía el carro –
Vanesa: ¿Me lo prometes? Mira que si no me ayudas le cuento a todos la clase de persona que eres – Dijo, muy amenazante –
Alejandro: Te lo prometo, ¡Hombre! Pues tú sólo hazme ese favor, ahora ya no me llames, me siento mal, en unos minutos te envió el mensaje y vas a ese lugar, adiós – Alejandro cuelga y suspira –, ¡Maldita la hora en que invité a Almendra a la casa en el bosque! Ahora tendré que ir hasta allá – Empieza a manejar, algo disgustado –
Casa de Don Martín:
Ángel se encontraba muy sorprendido, miraba con cierta preocupación el acercamiento entre Marco y, su minita de oro, Daniela.
Ángel: ¿Marco? ¿Acaso tú no te habías ido a Estados Unidos? – Marco le sonríe –
Marco: Por supuesto, estuve en Estados Unidos por varios años, pero ya volví, volví para conquistar el amor de Daniela – La agarra de la cintura –
Ángel: ¡Hey! ¡Hey! No agarre la cintura de mi Daniela, esa cinturita sólo es mía – Daniela suelta una carcajada –
Daniela: Esta cintura – Se aleja de Marco – es mía, sólo mía, no es de ninguno de los dos ni de nadie – Ángel la toma del brazo –
Ángel: De seguro del imbécil de Antonio si – Ambos se miran fijamente a los ojos –
Daniela: Ya deja de decir tantas tonterías, sólo sirves para eso, para hablar estupideces – Ángel empezó a reír –
Ángel: Ah, claro, no puedo hablar tonterías de Antonio porque hoy su papito se murió – Daniela no podía creer tal insolencia de Ángel –
Marco: ¿Se murió el papá de tu primo? – Le preguntó Marco a Daniela –, eso no lo sabía, ¿Me lo cuentan? – Preguntó, muy intrigado –
Ángel: Pues yo te cuento, al parecer el viejo estaba totalmente ebrio y se puso a manejar en ese estado, entonces chocó con un carro y estos con el impacto se fueron hacía un poste de luz y explotaron, se hicieron cenizas – Marco se encontraba inmensamente sorprendido –
Marco: Oye que pena, pobre Señor, pero es que manejar ebrio es todo un peligro – Daniela veía a los dos con gran amargura, no soportaba escuchar lo que estaban hablando –
Ángel: Si, pues – Se sienta en uno de los muebles –, pero bueno, no hay que hablar mucho de muertos, no vaya a ser que los despertemos de su tumba - Ángel y Marco empiezan a reír, muy burlones -
Marco: Así es, dejemos que los muertitos descansen en paz – Marco se sienta a su lado –
Ángel: Daniela, mi amor, anda tráenos unas copitas de whisky – Daniela se asombró –
Daniela: Yo no soy tu sirvienta – Ángel soltó una carcajada, se levantó y la miró a la cara –
Ángel: Pero vas a ser mi esposa, que es casi lo mismo – Ella se asombra –, ve por las copas, ¿Vas por las buenas? – Daniela va rápidamente y Ángel sonríe –, ¿Así que quieres quitarme a mi mujer? – Marco mira a Ángel y también se levanta, ambos desafiantes –
Marco: Pues si, amo a Daniela y vengo a quedarme con ella para siempre – Ángel sonríe –, ¿Qué piensas hacer?
Ángel: Nada, yo nada, pero te vas a tener que enfrentar a Don Martín y eso no se lo deseo ni a mi peor enemigo – Empezó a reír escandalosamente, Marco quedó preocupado, sin saber que responder –
Empresa:
Almendra va hacía la oficina de Don Martín, había inventado una excusa para poder ir a la casa en el Bosque de Alejandro, toca la puerta y este autoriza su entrada…
Almendra: Disculpe Don Martín, pero quería pedirle algo… – Don Martín se encontraba sumamente sonriente –
Don Martín: Si, dime Almendrita, ¡Lo que quieras! ¡Hoy lo que quieras! – Empieza a reír –
Almendra: Es que mi mamita se ha enfermado y necesito ir a verla – Almendra miente para ir a la casa en el bosque junto a Alejandro –
Don Martín: Mira, me has agarrado con buen humor, así que si, ¡Anda! ¡Ve y has lo que quieras! - El viejo empezó a reír de manera un tanto alocada -
Almendra: Ay, muchas gracias Don Martincito – Almendra se acerca a Don Martín y lo abraza –
Don Martín: Ya, mira, vete antes de que me arrepienta y no te deje ir a ningún lado, vete de una buena vez – Almendra deja de abrazar a Don Martín y abre la puerta de la oficina para irse -, ay, ¿Cómo no voy a estar feliz? - Se dice a sí mismo -, si la muerte de mi hermano me ha caído como anillo al dedo - En ese instante Don Martín se encuentra con una gran sorpresa, Antonio y Pablo ingresan a la oficina, estaban parados atrás de la puerta, escuchando todo –
Antonio: ¿Así que la muerte de mí padre le ha caído como anillo al dedo? – Antonio y Don Martín se miraron a la cara, Antonio con gran ira y Don Martín con una irónica sonrisa –
Don Martín: Antonio, sobrino, en verdad siento mucho lo de tu padre, de verdad mí más sentido pésame, yo quise mucho a Javier – Dijo, con una falsedad que se notaba a leguas –
Antonio: Pues no le creo nada, usted acaba de decir que está de buen humor porque mi padre ha muerto – Don Martín se hizo el sorprendido –
Don Martín: Mira, tal vez escuchaste mal, ehhh, lo que yo dije es que estaba de MAL, de MAL HUMOR por la muerte de mi querido hermano – Suspiró –, una gran pena…
Pablo: Pues, discúlpeme Don Martín, pero yo también escuche que usted dijo que estaba feliz – Dijo, algo atemorizado –
Don Martín: ¿Y a usted Pablo quién lo invitó a esta conversación? ¡Fuera de mi oficina! – Gritó, muy enfadado –
Antonio: Mi amigo no se va a ningún lugar, él se queda, mas bien, toma asiento Pablo – Pablo se sienta – ¿Sabe algo? Ya sabemos que envenenaron a mi padre, mi padre no estaba ebrio, alguien lo envenenó… – Don Martín quedó pensativo, como dándose cuenta de algo –
Don Martín (Pensamiento): Alejandro, ese fue Alejandro – Pensó el malévolo anciano –, pues no lo puedo creer – Le dijo a Antonio –, pero quién hizo eso, ¿Ya saben quién es el culpable?
Antonio: Claro que lo sé, Usted, Usted es el único culpable, Usted odió a mi padre desde que llegó, Usted lo mató – Don Martín miró sumamente enfadado y sorprendido –
Don Martín: Mira, muchachito, debes estar hablando por el dolor de haber perdido a tu padre, por eso no voy a tomar en cuenta tus comentarios… – Antonio soltó una carcajada –
Antonio: Pues tómelos en cuenta porque yo sacaré a la luz la verdad y si Usted fue el que le hizo esto a mi padre, ¡USTED LA PAGARÁ! ¡LA PAGARÁ CON LA CÁRCEL! – Antonio y Pablo salen de la oficina, Don Martín aún seguía pensando –
Don Martín (pensamiento): Si mi hermano murió envenenado, entonces de seguro el que lo envenenó fue Alejandro, es el único después de mí que quería matar a ese idiota…
Casa de Saúl:
Andrés estaba muy disgustado, sentado en una silla, en ese instante se levanta, muy furioso y mira a Saúl, quien se encontraba echado en un mueble comiendo comida chatarra y viendo televisión…
Andrés: Maldita sea Saúl, no entiendo porque me has traído aquí, mira estoy muy aburrido, llevo horas esperando a la mujer que el Jefe dijo que iba a venir – Dijo, desesperado y removiéndose los cabellos –
Saúl: Mira Andrés, debes aprender a controlarte, después de esto nuestro Jefe nos dará buen dinerito, sólo debemos esperar a que llegue la mujer – Sacó un cigarrillo y lo encendió –
Andrés: Al menos dime qué es lo que vamos a hacer – Dijo, algo preocupado –
Saúl: No te preocupes, cuando la estúpida esa venga, ya te contaré mejor – Botaba humo de la boca –
Andrés: Pero hasta que hora vamos estar esperando a esa idiota, mira yo también tengo necesidades, dame un sobrecito de coca, sólo un sobrecito – Imploró –
Saúl: No te pienso dar nada, ya ves lo que pasó la otra vez, te atropellaron y ese sujeto estuvo apunto de secuestrarte – Dijo, haciéndose el dramático –
Andrés: Yo creo más bien que me quiso salvar y tú lo impediste, lo impediste porque me necesitas, ¿Cierto? – Preguntó, muy sonriente –
Saúl: Mi jefe te necesita, yo no… – En ese instante tocan la puerta –, esa debe ser la mujer que estábamos esperando – Saúl va, abre la puerta y contempla la gran belleza de Vanesa, se queda muy sorprendido, aunque intenta evitar que se note la impresión que generó la malvada, quien ingresó y miró con desprecio –
Vanesa: Ag, que asco, no entiendo como Alejandro me pudo mandar a este cuchitril, ¿Tú eres su amigo? – Le preguntó a Saúl –
Saúl: Por supuesto muñeca y si quieres también puedo ser tu amigo – Le sonrío –
Vanesa: No, gracias, no quisiera tener un amigo tan cochino como tú, por qué no te haces amigo de ese otro cochino – Señala a Andrés –
Andrés: Yo no quiero ser amigo de nadie – Dijo Andrés –, sólo quiero mi coca, ¡Quiero mi coca! – Gritó, muy alterado –
Vanesa: Ay, este muchacho está loco, mira no se para qué me ha traído Alejandro aquí, pero será mejor que yo me vaya – Saúl la tomó del brazo –
Saúl: No lindura, una vez adentro ya no sales y, pues, si sales, sales, pero muerta – Saúl empieza a reír escandalosamente, mientras que Vanesa miraba algo asustada –
Casa en el Bosque:
Alejandro estaciona su carro, sale a paso lento, parecía sentirse mal, parecía sentir que algo malo estaba apunto de suceder a su alrededor, entra a la casa y suspira. Al parecer ya nada sería igual para este villano, se encontraba totalmente destrozado por dentro.
Alejandro (pensamiento): No tenía ganas de venir y parece que la estúpida de Almendra todavía no llega, tomaré un descanso, lo necesito – Alejandro se echa en un mueble y aprieta fuerte su mano, sus ojos se llenan de lágrimas, se levanta del mueble y empieza a hablar solo –, maldito Jacinto Dipoilea, ¡Maldito! – En ese instante escucha una voz que parecía provenir de la puerta trasera, era la voz de Amelia –, ¿Quién es? – Volteó y miró a Amelia, ambos se miraron fijamente a la cara –
Amelia: Jacinto no es peor que tú, ¡Inmundicia! – Alejandro cierra los ojos con la esperanza de que todo sea una simple alucinación, sin embargo al abrirlos vuelve a ver a Amelia –, ¿Por qué me mataste? ¿POR QUÉ?
Alejandro: ¡No puede ser! ¿Por qué te escucho? ¿Por qué te veo? ¿Por qué? Si yo te maté, ¡YO TE MATÉ! ¡YO! – Empieza a llorar –, ¡Tranquilo! ¡Esto no puede ser cierto! Necesito un trago – Amelia empezó a reír escandalosamente –
Amelia: Me das risa, eres un pobre idiota, no sirves para nada, ni en la cama eras bueno – Volvió a reír, Alejandro empezó a acalorarse, el sudor recorría su rostro –
Alejandro: ¡YAAAA! ¡YA POR FAVOR! ¡YA DEJA DE TORTURARME! ¡ME VAS A VOLVER LOCO! ¡LOCOOOOOOO! – Gritaba, en ese instante el rostro de Amelia se deformó, parecía como si los gusanos le hubieran estado comiendo lentamente el rostro, Alejandro empieza a tener nauseas – ¡Voy a vomitar! – Corre hacía el baño, las ganas de vomitar habían pasado, se echó algo de agua en la cara, se miró al espejo y esta vez vio a Don Javier –, ¡Mierda! Pero usted también está muerto, yo me encargué de matarlo – El anciano empieza a reír escandalosamente –
Don Javier: Para todos estamos muertos – Eran las voces del anciano y de Amelia, entremezcladas –, pero para ti estamos vivos, venos bailar – Ambas voces entremezcladas empiezan a reír de manera bufona y altanera –
Alejandro: ¡NOOOO! ¡NOOO! ¡No puede ser! – Toma con sus manos el espejo y lo tira hacía el piso –, ¡Mueran! ¡Mueran!
Se empieza a agarrar la cabeza, cierra los ojos, se agacha hacía el piso y empieza a respirar con dificultad, al abrir los ojos ya ninguno de los dos, ni Amelia ni Don Javier, se encontraban ahí, todo había terminado.
Alejandro (pensamiento): Todo es producto de mi imaginación, eso es, producto de mi imaginación, los muertos, muertos están, no pueden revivir, ¡No pueden! – Empezó a reír –, mi imaginación, claro, mi imaginación…
Casa de Almendra:
Almendra se encontraba sacando mucha ropa y poniéndola en un maletín para pasarla bien en la casa que Alejandro tiene en el bosque, se sentía ilusionada con esa invitación.
Almendra (pensamiento): Me parece extraño que Alejandro haya salido corriendo de esa manera de la oficina, pero bueno, hoy la pasaré muy bien con él, hoy será un gran día – Almendra mira el reloj, eran las 4:00 PM –, carambas, ya es muy tarde, tengo que apresurarme porque sino Alejandro se pondrá furioso – Toma el maletín y sale, apresurada, del cuarto –
Empresa:
Antonio y Pablo se encontraban en los pasillos de la empresa, cerca de la salida, el primero de estos se encontraba triste, meditabundo, su cabeza daba diversas vueltas, parecía que su alma se había dañado y estaba llena de desolación e incluso de maldad y ganas de venganza. Pablo trataba de consolarlo, pero ya nada era igual para Antonio, todo había cambiado.
Pablo: Hermano, de verdad lo lamento mucho – Antonio suspiró y miró hacía el techo –
Antonio: No, no te preocupes, así es la vida, pero lo que más rabia me da es que Dios no dispuso esa muerte, él que la dispuso fue alguno de los buitres de esa empresa – Dijo, muy furioso –
Pablo: ¿Y sigues sospechando de tu tío Martín? – Ambos se miraron a la cara –
Antonio: Por supuesto, es mi primer sospechoso, él pudo haber matado a mi padre – Sus ojos se ponen rojos –
Pablo: Ya hermano, tranquilo, tranquilo… – Se abrazan –
Antonio: No puedo estar tranquilo, no puedo, de veraz que no puedo - Decía, con gran impotencia -, mi padre se fue peleado conmigo y eso es lo que más me duele, que nos peleamos y que no pudimos despedirnos y yo me peleé con él por Daniela, por ella – Suspiró –, pero ella no es capaz de luchar por mí, ¡No!
Pablo: No le eches la culpa a ella, estas son las cosas que pasan en la vida – Le toca el hombro –
Antonio: Si, lo sé, pero entonces la vida es muy injusta, muy, pero muy injusta y yo nunca he hecho nada malo para que la vida se porte de esa manera conmigo – Agachó la cabeza –
Pablo: Tal vez Dios te tiene un gran premio al final de todo esto – Le dijo, muy sonriente –
Antonio: Pues ojalá, porque ya estoy empezando a creer que Dios no existe, que fue sólo un mito, una leyenda – Dijo, muy enfadado –
Pablo: No vuelvas a decir eso, tu padre haya arriba debe estar muy, pero muy triste por lo que dices – Dijo, algo decepcionado –
Antonio: Mi padre debe estar más triste porque aún no se hace justicia con el mal parido que lo asesinó, pero si Dios no hace justicia, pues yo la haré – Dijo, muy enfadado y con las lágrimas apunto de salir –
Pablo: ¡Ay hermano! – Ambos se abrazan, en ese instante aparece Jacinto Dipoilea, quien empieza a reír en demasía –
Jacinto: ¡Uy, mírenlos! ¿Desde cuándo son novios? – Empezó a reír nuevamente –, que tierna escena…
Antonio: ¿Qué te pasa imbécil? - Preguntó Antonio, sumamente alterado -, ¡Ten cuidado de cómo me hablas! – Ambos se miraron fijamente a la cara –
Jacinto: A mí no me pasa nada, más bien a ustedes que les pasa, ¿Les gusta hacer esa clase de escenitas en público? – Vuelve a reír, en ese instante Antonio le tira un puñete y este cae al piso –, ¡Esta me la pagas! – Gritó y se abalanzó hacía Antonio, ambos empezaron con los puñetes, en una pequeña batalla en medio de la empresa –
Casa de Saúl:
Vanesa y Andrés se encontraban sentados en uno de los muebles, Saúl estaba parado en frente de ellos, al parecer les iba a dar indicaciones precisas de lo que tienen que hacer.
Saúl: Muy bien, pues lo que tenemos que hacer es muy simple, mira tú, lindura – Le dice a Vanesa –, te disfrazarás de monja y entrarás a la prisión - Vanesa miró un tanto inquieta -, no te preocupes, ahí ya tenemos a algunos policías comprados, la persona que tenemos que sacar se llama Pantera…
Vanesa: Un momento y si los policías no me creen, y si me atrapan, no yo ni loca me meto en esa estupidez que piensan hacer – Dijo, algo alterada –
Saúl: Ya te dije que los policías principales ya están pagados, los demás son unos idiotas, así que no te preocupes - Vanesa se encontraba asustada, no sabía en qué se había metido -. En cuanto a ti, cachorro, pues tú esperarás afuera en un carro que te pienso prestar – Andrés soltó una carcajada –
Andrés: Mira Saúl, todo está excelente, ¿Pero tú que piensas hacer? – Saúl empezó a toser –
Saúl: Pues yo los acompaño al carro y luego estaré vigilándolos desde aquí – Dijo, con una sonrisa falsa –
Vanesa: Está bien, pero si pasa algo le diré a la policía de todos las fechorías a las que están acostumbrados a hacer – Le sonrío, muy amenazadora –
Saúl: No te preocupes, todo saldrá bien – Dijo, muy confiado –
Vanesa: Un momento, ¿Y el traje de monja? – Preguntó, algo exasperada –
Saúl: Está en el carro, haya te cambias – Dijo, muy pícaro –
Vanesa: ¿En el carro? ¿En frente de ustedes? – Se encontraba sumamente sorprendida e indignada –
Saúl: Mira, mejores cuerpos he visto, así que vamos – Saúl y Andrés salen y Vanesa se queda inmovilizada por unos momentos –
Casa de Don Martín:
Nicole se encontraba en su cuarto, muy preocupada, llamaba a Pablo y este no contestaba, ella ya no aguantaba un minuto más sin saber de su piojoso.
Nicole (pensamiento): Ojalá que no le haya pasado nada malo, te extraño mucho Pablo, de veras que te extraño muchísimo, ¡Te necesito! – Nicole cerró los ojos y no pudo evitar que las lágrimas vayan cayendo lentamente –
Ángel y Marco se encontraban discutiendo, sentados en uno de los muebles. Daniela, parada en una esquina, pensando en Antonio, sumamente preocupada, su padre había muerto y ella no podía consolarlo, lo único que quisiera es estar a su lado en estos momentos y sin embargo nada de esto puede hacer.
Daniela (pensamiento): ¿Cómo estarás Antonio? Me siento un poco culpable de todo lo que te está pasando, por mí culpa tú te peleaste con tu papá, sólo espero que no me odies, no lo soportaría – Suspiró –
Ángel: Daniela me ama, Marco, ella me adora, nunca me traicionaría con alguien como tú – Daniela miró a Ángel –
Daniela: Miren muchachos – Se acercó a ambos –, en realidad no tengo ganas de escuchar tonterías, me voy a mi cuarto, necesito descansar, disculpen – Daniela se va rápidamente, dejando a ambos con la palabra en la boca –
Ángel: Ves, ya la hiciste enfadar – Marco se sorprende –
Marco: ¿Yo? Pero si eres tú el que se está comportando como un niño – Dijo, algo alterado –
Ángel: Pero tú seguiste, por favor Marco, no evadas tu culpa – Ángel se hizo el ofendido –
Marco: No, no puede ser, además Daniela nunca te amaría, eres muy poca cosa, en cambio yo soy diferente, yo soy el hombre ideal para cualquier mujer – Sonrío, muy vanaglorioso –
Ángel: Mira no quiero discutir sobre el amor que siente Daniela por mí, será mejor que me vaya – Ángel sale de la casa dejando solo a Marco, quien quedó algo preocupado –
Marco (Pensamiento): Lo que más me preocupa es el amor que Daniela siente por su primo – Camina hacía la puerta –, nadie me puede quitar a Daniela – Sale de la casa con una mirada llena de incertidumbre –
Empresa:
Jacinto y Antonio se encontraban peleando, ambos tirándose innumerables puñetes. Pablo intentó calmar tan tenso escenario, pero al parecer era imposible.
Pablo: ¡Ya dejen de golpearse los dos! – Jacinto y Antonio dejaron los golpes por un momento –
Jacinto: Estoy harto de la gente de esta empresa, todos son unos asquerosos – Antonio soltó una carcajada –
Antonio: Yo también pienso lo mismo, todos en esta empresa son unos buitres dispuestos a devorar al primero que caiga – Jacinto empezó a reír –
Pablo: Muchachos les recomiendo no pelear, miren la pelea no lleva a nada bueno, mejor conversemos como personas mayores – Jacinto y Antonio se seguían mirando fijamente a los ojos –
Antonio: Yo ya no pienso pelear, el asesinato de mi padre me ha dejado agotado – Jacinto se sorprende por un instante –
Jacinto: ¿Asesinato de tu padre? – Jacinto agachó la mirada –, mira, sólo hago esto porque se lo que es perder a un padre, se lo que se siente, mi padre murió asesinado y por eso vine a esta empresa, para encontrar al culpable, porque se que el culpable esta aquí – Antonio y Pablo se miraron entre si –
Antonio: ¿Y por qué crees eso? – Preguntó, algo sorprendido –
Jacinto: No pienso darte explicaciones, adiós – Jacinto caminó hacía la recepción de la empresa –
Antonio: ¿Quién es ese tal Jacinto? ¿Qué hace aquí? – Le preguntó a Pablo –
Pablo: Pues es accionista de la empresa, su padre murió hace años y el vino a cobrar su herencia, la cual era nada más y nada menos que las acciones de su padre – Antonio suspiró –
Antonio: Ese tal Dipoilea también puede ser un peligro, debemos cuidarnos de él, Pablo, debemos cuidarnos – En ese instante Ricky se acerca a ellos –
Ricky: Disculpen muchachos, pero vi todo lo que pasó, y si Antonio, tienes razón, Jacinto es de cuidado, de mucho cuidado, ¡Ah! Y mi más sentido pésame, de verdad, siento mucho la muerte de Don Javier – Ricky le pone una mano en el hombro –
Antonio: Muchas gracias Ricky, pero bueno, Pablo, como te seguía diciendo, mi principal sospechoso es mi tío Martín – Ricky miró intrigado –
Ricky: Ehhh, disculpa nuevamente, ¿Pero sospechoso de qué o qué? – Preguntó –
Antonio: Mi padre murió envenenado – Ricky se sorprende – y estoy casi seguro que el que lo envenenó fue mi tío Martín – Ricky miró a la nada –, ¿Te pasa algo?
Ricky: Pues yo creo que también pudo ser Alejandro, ese sujeto es capaz de todo, se los aseguro, Alejandro pudo haber envenenado a tu padre – Antonio y Pablo se miraron, estaban anonadados –
Casa en el Bosque:
Alejandro se encontraba con Almendra en una cama, en uno de los cuartos de la casa, ambos se besaban, estaban desnudos, al parecer gozando de un placer inexplicable. Sin embargo Alejandro no podía lograr hacerle el amor a Almendra, no podía, ambos se miraron a la cara, Almendra algo decepcionada y Alejandro con una gran indignación.
Almendra: ¿Qué te pasa? Debes estar estresado, tranquilo – Le empezó a masajear la espalda –
Alejandro: No sé porque me pasó esto, simplemente no pude, creo que no tengo ganas – Dijo, muy avergonzado –
Almendra: Ay, mi amor, mira debes estar más relajado – Alejandro tomó del cuello a Almendra –
Alejandro: ¡No me digas mi amor! ¡Y tampoco puedo estar relajado! Este día ha sido infernal para mí – Le dijo, muy alterado, luego soltó a Almendra y empezó a respirar con gran fuerza –
Almendra: Si, ya me di cuenta, ¿Por qué saliste de esa forma de la oficina? ¿Le tenías miedo a Jacinto? – Preguntó, algo adolorida –
Alejandro: ¡NO! Yo no le tengo miedo a ese, mas bien, el que me debe tener miedo es él, porque pienso deshacerme de él, lo pienso hacer – Empezó a reír –
Almendra: ¿Así como te desasiste de tu esposa y de Don Javier? – Preguntó, muy altanera, Alejandro, sorprendido y alterado, no podía creer lo que estaba escuchando –
Alejandro: Siempre que hacemos el amor te pones insoportable, mira mejor lárgate, no tengo ganas de escucharte – Almendra empezó a reír escandalosamente –
Almendra: Lamento decirte que esta vez no pudimos hacer el amor, mejor dicho, no pudiste hacerme el amor – Alejandro le tira una cachetada y la empuja de la cama –
Alejandro: ¡SAL DEL CUARTO PERRA! – Ambos se miraron a la cara –, ¡QUE SALGAS TE DIGO! – Almendra tenía los ojos llorosos –
Almendra: No me vuelvas a empujar Alejandro, no lo vuelvas a hacer, porque tengo algo muy importante que contarte, algo que hará que ya nunca más me vuelvas a golpear – En ese instante el celular de Alejandro empieza a sonar –
Alejandro: Después me cuentas, ahora tengo que contestar el celular, sal del cuarto – Agarra el celular, Almendra sale, sumamente indignada –, ¿Aló? – Era Nicole –, Nicole, te notó triste, ¿Te pasa algo? – Almendra se encontraba escuchando desde la puerta, sorprendida al escuchar a Alejandro hablar con Nicole –
Nicole: Si, en verdad si estoy muy triste, lo que pasa es que Pablo no me responde el celular – Suspiró –
Alejandro: Mira, tú sabes que murió el padre de Antonio, Pablo es su mejor amigo, debe ser por eso que no contesta, mira dentro de media hora vuélvelo a llamar y si no te contesta pues yo intentaré buscarlo – Dijo, muy sonriente –
Nicole: ¿Ay de veras? ¡Muchas gracias Alejandro! ¿Oye tú crees que nos podamos ver ahora? – Preguntó, muy tierna –
Alejandro: Lo siento mucho Nicole, pero ahora no puedo, es que estoy en un lugar algo lejos, y además estoy algo ocupado, pero si es urgente, lo dejo todo y me voy a tu casa – Soltó una carcajada –
Nicole: No te preocupes, yo estoy bien, sólo estaba algo preocupada por Pablo, muchas gracias por escucharme Alejandro, te quiero – Ambos sonríen –
Alejandro: Yo también te quiero mucho, hija, te quiero mucho – Suspiró y sus ojos se llenaron de lágrimas –
Nicole: Cuídate mucho, nos vemos, bye…
Cárcel:
Una monjita llega a la cárcel, camina lentamente hacía la celda del Pantera acompañada de un policía.
El Pantera: Mire madre, no quiero escuchar sermones sobre Dios, así que será mejor que se vaya – Dijo, sumamente malcriado, el policía se va dejando a la monja al lado del criminal –
Vanesa: ¡No seas estúpido! – El Pantera se asombró –
El Pantera: ¿Pero madre? ¿Cómo se atreve a hablarme así? – Vanesa se acercó a él y le tiró una cachetada –
Vanesa: Sin duda alguna eres un imbécil, soy una enviada de Alejandro, así que toma esto – Le da una bolsa negra en donde había una pistola –
El Pantera: ¡Alucinante! Contrataron una monja para salvarme – Dijo, el muy estúpido –
Vanesa: Idiota, eres un idiota, ¡No soy una monja! Me visto de monja para engañar a los policías, ¡Baboso! – El Pantera soltó una carcajada –
El Pantera: ¡Ah! Era eso, bueno, muy bien, ¿Pero ahora cómo escapamos? – Preguntó, sumamente intrigado –
Vanesa: Yo llamaré al policía y tú le apuntas con la pistola, luego te pones su ropa y nos vamos por una salida trasera que ya está abierta – El Pantera empezó a reír de felicidad –, estate listo eh, porque si algo sale mal, no es mi problema – Ambos se miran a la cara –, ¿Listo? – El Pantera afirma con la cabeza –, ¡POLICÍA! ¡AUXILIO! ¡POLICÍA! – Gritó Vanesa –
Uno de los policías viene corriendo, en ese instante El Pantera le apunta y le tira un golpe en la cabeza con la pistola.
Vanesa: Idiota, apúrate ponte la ropa del policía, ¡APÚRATE! – El Pantera se empieza a vestir, deja al policía sin ropa, Vanesa en la entrada, vigilando que todo vaya bien –
El Pantera: Estoy listo, ya podemos irnos preciosa – Vanesa y El Pantera salen, en ese instante un policía los ve –
Policía: Compañero – Se dirige al Pantera, a quien confundió con un policía al verlo vestido de esa manera –, soy nuevo aquí en la comandancia de policía y no sé qué hacer…
El Pantera: Ehhh, pues porque no entras, entra a esta celda – Dijo, algo nervioso –
Policía: ¿Y para qué voy a entrar a esta celda? – El Pantera sacó su arma –
El Pantera: ¡QUE ENTRES TE DIGO! – Lo apunta con su pistola –
Vanesa: Jesús, María y José, este tal Pantera es un idiota – El Pantera mete al policía a la celda y le tira un golpe con la pistola en la cabeza y al igual que el otro policía se queda tirado, desmayado –
El Pantera: Ahora si preciosa, ya vámonos, porque esta vez tuvimos suerte, este sujeto es nuevo en la policía – En ese instante un grupo de policías lo ve y apunta contra el delincuente –
Policía: ¡OIGA USTED! – El policía saca una pistola, El Pantera agarra del cuello a Vanesa –
El Pantera: ¡NO SE MUEVAN O MATO A LA MONJITA! – Apuntó con el arma hacía la cabeza de Vanesa –
Empresa:
Pablo y Antonio movieron su cabeza negativamente, no podían creer que Ricky siga diciendo tantas tonterías sobre Alejandro, sin embargo ellos no sabían que lo que Ricky decía era verdad.
Pablo: ¡Ay Ricky! Tú siempre eres un exagerado, no creo que Alejandro sea tan cruel como tú dices, es mas, la otra vez me ayudó cuando me encontró besándome con Nicole – Dijo, muy sonriente –
Ricky: Miren, es verdad que Alejandro se ha estado portando de una manera amable en estos días, y no se por qué estará portándose así, pero él no es de fiar, es una mala persona, se los aseguro, deben creerme – Antonio y Ricky se miraron a la cara –
Antonio: Pues mira Ricky, no creo que Alejandro haya hecho algo en contra de mi padre, simplemente no lo creo, ambos se llevaban más que bien, mira no se si él haya tomado en serio la amistad con mi padre, pero a él no le convenía matarlo – Ricky soltó una carcajada –
Ricky: A la víbora de Alejandro le conviene matar a toda persona, a todo aquel que le estorbe – Jacinto escuchaba a lo lejos, sorprendido por todo lo que Ricky decía de Alejandro –
Antonio: Yo creo que exageras, Ricky, mira tú me caes muy bien, pero si sigues hablando de esa manera, será mejor que ya nunca más me vuelvas a dirigir la palabra, porque acusar a una persona de todo lo que tú dices es un delito – Ambos se miraron a la cara –
Ricky: ¿Delito? Entonces ahora el delincuente soy yo, este mundo esta perdido, yo que soy el que les advierte soy el delincuente y ese maldito es la santa paloma – Empezó a reír –
Pablo: Ricky, es que Antonio tiene razón, mira tal vez Alejandro alguna vez te trató mal y por eso siempre tratas de hacer creer que es una mala persona, pero yo no creo que lo sea, ya te lo dije él me ayudó – Ricky suspiró –
Ricky: Pero muchachos, escúchenme, por favor, es la realidad, ¡Es la única realidad!
Antonio: Discúlpanos Ricky, pero nos tenemos que ir, así que hasta luego – Antonio y Pablo salen de la empresa, Jacinto se acerca a Ricky –
Jacinto: A mí si me gustaría saber más de ese tal Alejandro, ¿Me puedes contar? – Ricky se sorprende –
Casa en el Bosque:
Almendra se encontraba cambiándose, Alejandro también, ambos no hablaban, estaban serios, sin decir nada. Almendra termina de cambiarse, sale del cuarto y empieza a bajar por las escaleras, Alejandro la detiene, ambos estaban en la mitad de la escalera…
Alejandro: Dime lo que me tenías que decir hace un momento – Dijo, muy serio –
Almendra: Pues no recuerdo lo que te iba a decir… – Agachó la mirada –
Alejandro: Mira estúpida – La tomó de las mejillas –, antes de que me llame Nicole tú dijiste que me ibas a decir algo, así que me lo vas a decir – Ambos se miraban a la cara –
Almendra: Está bien, lo que sucede es que hace tiempo que no me viene mi… mi… ¡Ay! – Alejandro soltó una carcajada –
Alejandro: Hace tiempo que no te viene que cosa, sabes no entiendo porque las mujeres se hacen líos por cosas simples – Empezó a reír –, suéltalo de una buena vez…
Almendra: Esto no es algo simple, Alejandro, no se si esta noticia te guste o te disguste, pero la debes saber – Alejandro se exaspero –
Alejandro: Ya déjate de dramas y habla de una buena vez – Los ojos de Almendra se llenaron de lágrimas –, ¿Qué pasa?
Almendra: Estoy embarazada – Alejandro se sorprende –, estoy embarazada de ti, llevo un mes – Ambos se miraban a la cara, se hizo un gran silencio –
Alejandro: ¡NO PUEDE SER! – Gritó Alejandro –, no, no puede ser, embarazada de mí… – En ese instante el rostro de Almendra se va convirtiendo poco a poco en el rostro de Amelia – ¡TÚ DE NUEVO! ¡TÚ! ¡AMELIA, POR FAVOR DEJA DE TORTURARME!
Almendra: ¿De qué hablas? ¿Que te pasa Alejandro? Yo no soy Amelia, soy Almendra – Alejandro veía a Amelia en vez de ver a Almendra –
Alejandro: Así como te mate una vez te puedo matar otra vez – Alejandro la empuja de las escaleras creyendo que Amelia es Almendra. La empuja y esta se cae rodando, luego Alejandro mira a Almendra tirada y se da cuenta de que no era Amelia – ¡NO PUEDE SER! MATÉ A ALMENDRA… ¡LA MATÉ!
CONTINUARÁ…
En el próximo capítulo… No se pierdan la Niñez de Alejandro…
SALIDA:
ENTRADA:
Alejandro se encontraba impresionado, seguía mirando de manera sobresaltada a Jacinto, quien sonreía descaradamente, en ese instante el villano salió corriendo, sorprendido, despavorido y con los ojos rojos, como aguantando un llanto inexplicable. Don Martín queda sorprendido, mientras que Jacinto empieza a reír grotescamente.
Jacinto: Así que el tal Alejandro era muy valiente, miren como salió corriendo, como toda una mujercita – Volvió a reír –
Don Martín: Ten mucho cuidado, no sé por qué Alejandro habrá reaccionado de esa manera, pero debe haber alguna razón, así que te recomiendo que salgas de esta oficina – Dijo, muy alterado –
Jacinto: Pues hasta que no me den mi oficina no me pienso ir de aquí, ¿Cómo lo ve? – La paciencia de Don Martín parecía estar acabando –
Don Martín: Estás jugando con fuego, tu papá era igual que tú, por eso esta muerto – Ahora fue Don Martín quien sonrío, mientras que Jacinto estaba serio, sin poder decir nada –
Jacinto: ¿Que está tratando de decir…? – Susurró, algo impresionado – ¿Qué alguien de aquí mató a mi padre?
Don Martín: No lo sé, puede que alguien de aquí lo haya matado, al igual como te pueden matar a ti – Soltó una carcajada, Jacinto trató de sonreír –
Jacinto: Pues yo no cometeré los mismos errores que mi padre, yo seré más fuerte y más inteligente – Don Martín empezó a reír –
Don Martín: Tal vez seas más fuerte, pero más inteligente, pues no lo creo. Mira, mi querido Jacinto, tu padre era una persona muy inteligente, pero le faltó la fuerza que tú tienes, ahora tú eres al revés, tienes la fuerza, pero no heredaste la gran inteligencia de tu padre – Ambos se miraban desafiantes –
Jacinto: Mire, no pienso estar escuchando sus estupideces así que salga de mi oficina – Dijo, ahora él, alterado –
Don Martín: No me hagas reír Jacinto, él que se va a ir de esta oficina serás tú, y si no lo haces llamaré a la policía, tú aquí no eres nadie, ¡Yo soy el jefe! ¡Yo! - Le dijo, tratando de hacerle entender -
Jacinto: Mire viejito esto no se va a quedar así, va a ver que soy tan o más inteligente que mi padre, ¡Ya lo verá! – Gritó, sumamente exasperado –
Don Martín: ¿Si? Pues por ahora te vas de esta oficina, ¡Vamos! – Le gritó –, ¡Fuera!
Jacinto: Por ahora ganó, pero ya verá después – Fue hacía la puerta –, ah, y si mañana no está mi oficina tendré que usar la fuerza, que mi padre no tenía, contra Usted – Jacinto sale muy furioso de la oficina –
Don Martín (pensamiento): Yo ya no te puedo matar porque ya estoy muy viejo, pero Alejandro si lo puede hacer, él te puede sacar de mi camino – Sonríe –
Casa de Don Martín:
Nicole y Daniela miraban sumamente sorprendidas a Marco, quien no dejaba de mirar a la mayor de las hermanas Mendoza, a Daniela, la mujer que él tanto deseaba.
Nicole: Bueno muchachos, será mejor que yo me vaya porque salgo sobrando, que les vaya bien, me voy a mi cuarto – Nicole se va, riendo un poco, y Marco se acerca a Daniela –
Marco: Te extrañé mucho, no sabes cuanto, ¿Tú me extrañaste? – Le preguntó, muy amoroso, Daniela sonrío –
Daniela: Si, claro que te extrañé, como no te voy a extrañar si siempre fuiste mi mejor amigo, desde que éramos unas pulguitas en el colegio – Ambos rieron –
Marco: Pero tú sabes que yo siempre quise ser algo más que tu amigo – Daniela se incomoda y se aleja un poco de Marco –, pero lamentablemente tú nunca me lo permitiste, ¿Por qué Daniela? ¿Por qué no me dejaste estar a tu lado? – Daniela miró con algo de pena –
Daniela: Ay Marco, por favor, tú sabes que yo siempre te vi como un amigo, como mi mejor amigo, tienes que comprenderlo, hay cosas que simplemente se dan y entre nosotros no se pudo – Marco tomó la mano de Daniela –
Marco: Mira, antes tu papá no me aceptaba como enamorado tuyo, ni siquiera como tu amigo, pero ahora tengo plata, ahora ya soy un empresario con éxito y estoy seguro que tu padre aceptará nuestro noviazgo – Sonrío –
Daniela: Por favor Marco, no puedo, no puedo aceptarte, si antes no lo hice, ahora menos – Marco miró fijamente a los ojos de su amada –
Marco: No me digas que te enamoraste del idiota de Ángel – Daniela hizo un gesto de repulsión –
Daniela: No, tú sabes que mi papá siempre me lo impuso y lo sigue haciendo, pero de él no me he enamorado, me he enamorado de otra persona – Marco se sorprende inmensamente –
Marco: ¿De otra persona? ¿De quién? – Daniela cierra sus ojos –, ¡No puede ser! ¡Siempre me ganan! – Suspiró –
Daniela: Estoy enamorada de Antonio, no lo conoces, pero es mi primo – Marco se sorprende y mira con sus ojos muy abiertos a Daniela –
Marco: ¿Enamorada de tu primo? ¿Pero cómo? – Daniela sonrío, sus ojos brillaron al recordar a Antonio –
Daniela: Si, tú sabes que el corazón no escoge, porque si el corazón escogiera en aquella ocasión yo te hubiera aceptado – Ambos sonríen –
Marco: ¿Entonces te vas a casar con tu primo? – Daniela soltó una carcajada –
Daniela: Sería bueno, pero no, lamentablemente no – Daniela se pone algo triste, se le humedecen los ojos, Marco le acaricia el rostro –, mi papá quiere que me case con Ángel y yo lo haré – Marco se toca el cabello –
Marco: ¿Pero por qué? ¿Cómo vas a casarte con Ángel si no lo amas? – Preguntó, muy inquieto –
Daniela: Es que en realidad quiero descansar, ya me cansé de luchar por algo que de verdad no tiene futuro, con mi padre interponiéndose, con mi mejor amiga enamorada de Antonio, con Ángel a mis espaldas... Yo quisiera poder estar con él, porque de verdad lo amo, pero no quiero luchar con las personas que quiero y estoy hablando de mi papá y de Vanesa – Marco mira enternecido –
Marco: Bueno, es razonable, pero no hay nada qué hacer, parece que vine en vano, me has vuelto a rechazar – Marco da unos pasos –, me voy a tener que ir…
Daniela: No, no te vayas – Daniela va hacía él –, necesito un amigo, eso necesito, ¿Me puedes brindar tu amistad nuevamente? – Ambos empiezan a reír –
Marco: Por supuesto Daniela, por supuesto, mi querida amiga – Ambos se abrazan, en ese instante entra Ángel, quien los miraba indignado –
Ángel: ¡DANIELA! – Daniela y Marco se dejan de abrazar, voltean y ven a Ángel – ¿Marco? ¿Tú que haces aquí?
Hospital:
Antonio se encontraba muy preocupado, daba vueltas de un lado a otro y Pablo lo seguía para tratar de tranquilizarlo, pero sus intentos eran inútiles, Antonio se encontraba con un doloroso nudo en la garganta, con una tormenta en el espíritu.
Pablo: Antonio, ¡Por favor! ¡Ya deja de dar vueltas! ¡Tranquilízate! – Antonio sujetó la camisa de Pablo, quien se asustó en ese instante –
Antonio: ¿Cómo maldita seas me pides que me tranquilice? Mi padre ha muerto, ¿Acaso no entiendes la gravedad? – Preguntó, sumamente alterado –
Pablo: Claro que lo entiendo, claro, pero debes al menos tratar de guardar la calma, no puedes estar así porque te harás un daño – Antonio se sentó y cerró sus ojos –
Antonio: Pero lo peor de todo es que el idiota del doctor me ha dicho que se demorarán meses en decirnos qué le pudo haber pasado a mi papá – Sus ojos se llenaron de lágrimas –
Pablo: Mira, ahí viene – El doctor se dirige hacía ellos –, ¿Bueno doctor, que ha pasado?
Antonio: Si, Doctor, ¿Qué nos dice? Sé que no me puede dar datos exactos ahora, pero algo ha de saber... – El doctor agachó su cabeza, al parecer no quería responder –
Doctor: Pues ha ocurrido algo muy extraño, algo… inexplicable – Dijo, muy nervioso –
Antonio: ¿Inexplicable? ¿Qué es lo que ha pasado? - El doctor no respondía -, ¡Ya déjese de dramas! ¡Hable de una buena vez! – Pablo le toco el hombro a su amigo –
Pablo: Tranquilo Antonio, tranquilo – El doctor suspiró –
Doctor: Lo siento mucho Señor Antonio, como le dije la autopsia demoraría mucho tiempo todavía, pero algo es cierto y esto es innegable, si bien su padre sufrió un accidente automovilístico, él había muerto desde ya antes - Antonio y Pablo no podían creer lo que estaban escuchando, estaban casi temblando -, al parecer su padre fue envenenado – Esa última palabra se escuchó como un eco en los oídos de Antonio –
Antonio: ¿Mi padre envenenado? ¿Mi padre? – Sus ojos se llenan de lágrimas, las cuales empiezan a caer rápidamente de sus ojos hasta llegar a su mejilla, Pablo queda totalmente perplejo también –
Pablo: ¿Está seguro de lo que dice? ¿No será alguna equivocación? – Preguntó, muy inquieto e indignado –
Doctor: Yo quisiera que sea una equivocación, pero no lo es, incluso le hice dos análisis simples más para no equivocarme y ambos arrojaron a un envenenamiento – Antonio se alejó de Pablo y miró hacía la pared –
Antonio: ¡Hijos de perra! Mataron a mi padre, ¡Lo mataron! – Seguía llorando –, ¡Esto es mi culpa! Si no hubiéramos llegado a esa empresa nunca hubiera pasado esto – Golpeó la pared –
Pablo: Hermano, si todo esto es cierto, el culpable nos la pagará, te juro que nos las pagará – Ambos se miraron a la cara –
Antonio: Y yo te juro que lo mataré, mataré al que haya envenenado a mi padre, te juro que lo haré, lo partiré como a un gusano – Apretó sus puños, el doctor los miró, algo asustado –
Doctor: Lamentablemente yo no puedo saber quien fue la persona que le dio de beber el veneno a su padre – Los ojos de Antonio reflejaban una gran furia –
Antonio: ¡Ya lárguese! ¡No necesito su ayuda! - El doctor se va caminando con rapidez -, además yo sé quién fue el mal nacido que envenenó a mi padre, ¡Yo lo se! – Antonio y Pablo se miraron fijamente a los ojos –
Pablo: ¿Estás hablando de alguien de la empresa? – Antonio aprieta aún más fuerte sus manos –
Antonio: Así es, es alguien que nosotros conocemos muy bien y ese alguien morirá, ¡Ya verás que morirá! – El rostro de Antonio reflejaba ansias de venganza –
Calle:
Alejandro se encontraba a las afueras de la empresa, camina lentamente hasta su carro, se encontraba algo agitado y cansado, todo se tornaba oscuro, la cabeza le daba vueltas y él simplemente no sabía qué hacer ante un acontecimiento como este.
Alejandro (pensamiento): ¡No puede ser! – Entra al carro y se toca la cabeza –, ¡No puede ser que sea Jacinto Dipoilea! No puede ser que sea el mismo Dipoilea, el mismo de hace tantos años – Se decía así mismo, con los ojos llenos de lágrimas y cuando la desesperación estaba creciendo más, suena su celular, lo busca, contesta, algo alterado y cansado a la vez –, ¿Qué quieres, Vanesa?
Vanesa: ¡Ay tranquilo! Me parece que estás un poquito sulfurado – Alejandro se encontraba en un momento crítico, no tenía ganas de hablar con nadie –
Alejandro: Mira, ahora no tengo ganas de hablar, de veraz que no tengo ganas, mira me llamas más tarde – Vanesa lo interrumpe –
Vanesa: ¿Oye, pero que te pasa? Cuéntame, vamos, mi amor – Dice, muy provocativa –
Alejandro: Mira, mejor porque no me ayudas en algo – Dijo, ya más tranquilo –
Vanesa: Pero por supuesto, recuerda que tú y yo ahora estamos unidos, dime, yo hago lo que quieras, absolutamente todo lo que quieras – Se mordió los labios –
Alejandro: Pues bien, lo que necesito es que vayas a la dirección que te voy a enviar por mensaje en unos minutos, ahí te encontrarás con un amigo y él te dirá que hacer, después de que me ayudes con esto yo te ayudaré con Antonio, ¿Está bien? – Dijo, mientras encendía el carro –
Vanesa: ¿Me lo prometes? Mira que si no me ayudas le cuento a todos la clase de persona que eres – Dijo, muy amenazante –
Alejandro: Te lo prometo, ¡Hombre! Pues tú sólo hazme ese favor, ahora ya no me llames, me siento mal, en unos minutos te envió el mensaje y vas a ese lugar, adiós – Alejandro cuelga y suspira –, ¡Maldita la hora en que invité a Almendra a la casa en el bosque! Ahora tendré que ir hasta allá – Empieza a manejar, algo disgustado –
Casa de Don Martín:
Ángel se encontraba muy sorprendido, miraba con cierta preocupación el acercamiento entre Marco y, su minita de oro, Daniela.
Ángel: ¿Marco? ¿Acaso tú no te habías ido a Estados Unidos? – Marco le sonríe –
Marco: Por supuesto, estuve en Estados Unidos por varios años, pero ya volví, volví para conquistar el amor de Daniela – La agarra de la cintura –
Ángel: ¡Hey! ¡Hey! No agarre la cintura de mi Daniela, esa cinturita sólo es mía – Daniela suelta una carcajada –
Daniela: Esta cintura – Se aleja de Marco – es mía, sólo mía, no es de ninguno de los dos ni de nadie – Ángel la toma del brazo –
Ángel: De seguro del imbécil de Antonio si – Ambos se miran fijamente a los ojos –
Daniela: Ya deja de decir tantas tonterías, sólo sirves para eso, para hablar estupideces – Ángel empezó a reír –
Ángel: Ah, claro, no puedo hablar tonterías de Antonio porque hoy su papito se murió – Daniela no podía creer tal insolencia de Ángel –
Marco: ¿Se murió el papá de tu primo? – Le preguntó Marco a Daniela –, eso no lo sabía, ¿Me lo cuentan? – Preguntó, muy intrigado –
Ángel: Pues yo te cuento, al parecer el viejo estaba totalmente ebrio y se puso a manejar en ese estado, entonces chocó con un carro y estos con el impacto se fueron hacía un poste de luz y explotaron, se hicieron cenizas – Marco se encontraba inmensamente sorprendido –
Marco: Oye que pena, pobre Señor, pero es que manejar ebrio es todo un peligro – Daniela veía a los dos con gran amargura, no soportaba escuchar lo que estaban hablando –
Ángel: Si, pues – Se sienta en uno de los muebles –, pero bueno, no hay que hablar mucho de muertos, no vaya a ser que los despertemos de su tumba - Ángel y Marco empiezan a reír, muy burlones -
Marco: Así es, dejemos que los muertitos descansen en paz – Marco se sienta a su lado –
Ángel: Daniela, mi amor, anda tráenos unas copitas de whisky – Daniela se asombró –
Daniela: Yo no soy tu sirvienta – Ángel soltó una carcajada, se levantó y la miró a la cara –
Ángel: Pero vas a ser mi esposa, que es casi lo mismo – Ella se asombra –, ve por las copas, ¿Vas por las buenas? – Daniela va rápidamente y Ángel sonríe –, ¿Así que quieres quitarme a mi mujer? – Marco mira a Ángel y también se levanta, ambos desafiantes –
Marco: Pues si, amo a Daniela y vengo a quedarme con ella para siempre – Ángel sonríe –, ¿Qué piensas hacer?
Ángel: Nada, yo nada, pero te vas a tener que enfrentar a Don Martín y eso no se lo deseo ni a mi peor enemigo – Empezó a reír escandalosamente, Marco quedó preocupado, sin saber que responder –
Empresa:
Almendra va hacía la oficina de Don Martín, había inventado una excusa para poder ir a la casa en el Bosque de Alejandro, toca la puerta y este autoriza su entrada…
Almendra: Disculpe Don Martín, pero quería pedirle algo… – Don Martín se encontraba sumamente sonriente –
Don Martín: Si, dime Almendrita, ¡Lo que quieras! ¡Hoy lo que quieras! – Empieza a reír –
Almendra: Es que mi mamita se ha enfermado y necesito ir a verla – Almendra miente para ir a la casa en el bosque junto a Alejandro –
Don Martín: Mira, me has agarrado con buen humor, así que si, ¡Anda! ¡Ve y has lo que quieras! - El viejo empezó a reír de manera un tanto alocada -
Almendra: Ay, muchas gracias Don Martincito – Almendra se acerca a Don Martín y lo abraza –
Don Martín: Ya, mira, vete antes de que me arrepienta y no te deje ir a ningún lado, vete de una buena vez – Almendra deja de abrazar a Don Martín y abre la puerta de la oficina para irse -, ay, ¿Cómo no voy a estar feliz? - Se dice a sí mismo -, si la muerte de mi hermano me ha caído como anillo al dedo - En ese instante Don Martín se encuentra con una gran sorpresa, Antonio y Pablo ingresan a la oficina, estaban parados atrás de la puerta, escuchando todo –
Antonio: ¿Así que la muerte de mí padre le ha caído como anillo al dedo? – Antonio y Don Martín se miraron a la cara, Antonio con gran ira y Don Martín con una irónica sonrisa –
Don Martín: Antonio, sobrino, en verdad siento mucho lo de tu padre, de verdad mí más sentido pésame, yo quise mucho a Javier – Dijo, con una falsedad que se notaba a leguas –
Antonio: Pues no le creo nada, usted acaba de decir que está de buen humor porque mi padre ha muerto – Don Martín se hizo el sorprendido –
Don Martín: Mira, tal vez escuchaste mal, ehhh, lo que yo dije es que estaba de MAL, de MAL HUMOR por la muerte de mi querido hermano – Suspiró –, una gran pena…
Pablo: Pues, discúlpeme Don Martín, pero yo también escuche que usted dijo que estaba feliz – Dijo, algo atemorizado –
Don Martín: ¿Y a usted Pablo quién lo invitó a esta conversación? ¡Fuera de mi oficina! – Gritó, muy enfadado –
Antonio: Mi amigo no se va a ningún lugar, él se queda, mas bien, toma asiento Pablo – Pablo se sienta – ¿Sabe algo? Ya sabemos que envenenaron a mi padre, mi padre no estaba ebrio, alguien lo envenenó… – Don Martín quedó pensativo, como dándose cuenta de algo –
Don Martín (Pensamiento): Alejandro, ese fue Alejandro – Pensó el malévolo anciano –, pues no lo puedo creer – Le dijo a Antonio –, pero quién hizo eso, ¿Ya saben quién es el culpable?
Antonio: Claro que lo sé, Usted, Usted es el único culpable, Usted odió a mi padre desde que llegó, Usted lo mató – Don Martín miró sumamente enfadado y sorprendido –
Don Martín: Mira, muchachito, debes estar hablando por el dolor de haber perdido a tu padre, por eso no voy a tomar en cuenta tus comentarios… – Antonio soltó una carcajada –
Antonio: Pues tómelos en cuenta porque yo sacaré a la luz la verdad y si Usted fue el que le hizo esto a mi padre, ¡USTED LA PAGARÁ! ¡LA PAGARÁ CON LA CÁRCEL! – Antonio y Pablo salen de la oficina, Don Martín aún seguía pensando –
Don Martín (pensamiento): Si mi hermano murió envenenado, entonces de seguro el que lo envenenó fue Alejandro, es el único después de mí que quería matar a ese idiota…
Casa de Saúl:
Andrés estaba muy disgustado, sentado en una silla, en ese instante se levanta, muy furioso y mira a Saúl, quien se encontraba echado en un mueble comiendo comida chatarra y viendo televisión…
Andrés: Maldita sea Saúl, no entiendo porque me has traído aquí, mira estoy muy aburrido, llevo horas esperando a la mujer que el Jefe dijo que iba a venir – Dijo, desesperado y removiéndose los cabellos –
Saúl: Mira Andrés, debes aprender a controlarte, después de esto nuestro Jefe nos dará buen dinerito, sólo debemos esperar a que llegue la mujer – Sacó un cigarrillo y lo encendió –
Andrés: Al menos dime qué es lo que vamos a hacer – Dijo, algo preocupado –
Saúl: No te preocupes, cuando la estúpida esa venga, ya te contaré mejor – Botaba humo de la boca –
Andrés: Pero hasta que hora vamos estar esperando a esa idiota, mira yo también tengo necesidades, dame un sobrecito de coca, sólo un sobrecito – Imploró –
Saúl: No te pienso dar nada, ya ves lo que pasó la otra vez, te atropellaron y ese sujeto estuvo apunto de secuestrarte – Dijo, haciéndose el dramático –
Andrés: Yo creo más bien que me quiso salvar y tú lo impediste, lo impediste porque me necesitas, ¿Cierto? – Preguntó, muy sonriente –
Saúl: Mi jefe te necesita, yo no… – En ese instante tocan la puerta –, esa debe ser la mujer que estábamos esperando – Saúl va, abre la puerta y contempla la gran belleza de Vanesa, se queda muy sorprendido, aunque intenta evitar que se note la impresión que generó la malvada, quien ingresó y miró con desprecio –
Vanesa: Ag, que asco, no entiendo como Alejandro me pudo mandar a este cuchitril, ¿Tú eres su amigo? – Le preguntó a Saúl –
Saúl: Por supuesto muñeca y si quieres también puedo ser tu amigo – Le sonrío –
Vanesa: No, gracias, no quisiera tener un amigo tan cochino como tú, por qué no te haces amigo de ese otro cochino – Señala a Andrés –
Andrés: Yo no quiero ser amigo de nadie – Dijo Andrés –, sólo quiero mi coca, ¡Quiero mi coca! – Gritó, muy alterado –
Vanesa: Ay, este muchacho está loco, mira no se para qué me ha traído Alejandro aquí, pero será mejor que yo me vaya – Saúl la tomó del brazo –
Saúl: No lindura, una vez adentro ya no sales y, pues, si sales, sales, pero muerta – Saúl empieza a reír escandalosamente, mientras que Vanesa miraba algo asustada –
Casa en el Bosque:
Alejandro estaciona su carro, sale a paso lento, parecía sentirse mal, parecía sentir que algo malo estaba apunto de suceder a su alrededor, entra a la casa y suspira. Al parecer ya nada sería igual para este villano, se encontraba totalmente destrozado por dentro.
Alejandro (pensamiento): No tenía ganas de venir y parece que la estúpida de Almendra todavía no llega, tomaré un descanso, lo necesito – Alejandro se echa en un mueble y aprieta fuerte su mano, sus ojos se llenan de lágrimas, se levanta del mueble y empieza a hablar solo –, maldito Jacinto Dipoilea, ¡Maldito! – En ese instante escucha una voz que parecía provenir de la puerta trasera, era la voz de Amelia –, ¿Quién es? – Volteó y miró a Amelia, ambos se miraron fijamente a la cara –
Amelia: Jacinto no es peor que tú, ¡Inmundicia! – Alejandro cierra los ojos con la esperanza de que todo sea una simple alucinación, sin embargo al abrirlos vuelve a ver a Amelia –, ¿Por qué me mataste? ¿POR QUÉ?
Alejandro: ¡No puede ser! ¿Por qué te escucho? ¿Por qué te veo? ¿Por qué? Si yo te maté, ¡YO TE MATÉ! ¡YO! – Empieza a llorar –, ¡Tranquilo! ¡Esto no puede ser cierto! Necesito un trago – Amelia empezó a reír escandalosamente –
Amelia: Me das risa, eres un pobre idiota, no sirves para nada, ni en la cama eras bueno – Volvió a reír, Alejandro empezó a acalorarse, el sudor recorría su rostro –
Alejandro: ¡YAAAA! ¡YA POR FAVOR! ¡YA DEJA DE TORTURARME! ¡ME VAS A VOLVER LOCO! ¡LOCOOOOOOO! – Gritaba, en ese instante el rostro de Amelia se deformó, parecía como si los gusanos le hubieran estado comiendo lentamente el rostro, Alejandro empieza a tener nauseas – ¡Voy a vomitar! – Corre hacía el baño, las ganas de vomitar habían pasado, se echó algo de agua en la cara, se miró al espejo y esta vez vio a Don Javier –, ¡Mierda! Pero usted también está muerto, yo me encargué de matarlo – El anciano empieza a reír escandalosamente –
Don Javier: Para todos estamos muertos – Eran las voces del anciano y de Amelia, entremezcladas –, pero para ti estamos vivos, venos bailar – Ambas voces entremezcladas empiezan a reír de manera bufona y altanera –
Alejandro: ¡NOOOO! ¡NOOO! ¡No puede ser! – Toma con sus manos el espejo y lo tira hacía el piso –, ¡Mueran! ¡Mueran!
Se empieza a agarrar la cabeza, cierra los ojos, se agacha hacía el piso y empieza a respirar con dificultad, al abrir los ojos ya ninguno de los dos, ni Amelia ni Don Javier, se encontraban ahí, todo había terminado.
Alejandro (pensamiento): Todo es producto de mi imaginación, eso es, producto de mi imaginación, los muertos, muertos están, no pueden revivir, ¡No pueden! – Empezó a reír –, mi imaginación, claro, mi imaginación…
Casa de Almendra:
Almendra se encontraba sacando mucha ropa y poniéndola en un maletín para pasarla bien en la casa que Alejandro tiene en el bosque, se sentía ilusionada con esa invitación.
Almendra (pensamiento): Me parece extraño que Alejandro haya salido corriendo de esa manera de la oficina, pero bueno, hoy la pasaré muy bien con él, hoy será un gran día – Almendra mira el reloj, eran las 4:00 PM –, carambas, ya es muy tarde, tengo que apresurarme porque sino Alejandro se pondrá furioso – Toma el maletín y sale, apresurada, del cuarto –
Empresa:
Antonio y Pablo se encontraban en los pasillos de la empresa, cerca de la salida, el primero de estos se encontraba triste, meditabundo, su cabeza daba diversas vueltas, parecía que su alma se había dañado y estaba llena de desolación e incluso de maldad y ganas de venganza. Pablo trataba de consolarlo, pero ya nada era igual para Antonio, todo había cambiado.
Pablo: Hermano, de verdad lo lamento mucho – Antonio suspiró y miró hacía el techo –
Antonio: No, no te preocupes, así es la vida, pero lo que más rabia me da es que Dios no dispuso esa muerte, él que la dispuso fue alguno de los buitres de esa empresa – Dijo, muy furioso –
Pablo: ¿Y sigues sospechando de tu tío Martín? – Ambos se miraron a la cara –
Antonio: Por supuesto, es mi primer sospechoso, él pudo haber matado a mi padre – Sus ojos se ponen rojos –
Pablo: Ya hermano, tranquilo, tranquilo… – Se abrazan –
Antonio: No puedo estar tranquilo, no puedo, de veraz que no puedo - Decía, con gran impotencia -, mi padre se fue peleado conmigo y eso es lo que más me duele, que nos peleamos y que no pudimos despedirnos y yo me peleé con él por Daniela, por ella – Suspiró –, pero ella no es capaz de luchar por mí, ¡No!
Pablo: No le eches la culpa a ella, estas son las cosas que pasan en la vida – Le toca el hombro –
Antonio: Si, lo sé, pero entonces la vida es muy injusta, muy, pero muy injusta y yo nunca he hecho nada malo para que la vida se porte de esa manera conmigo – Agachó la cabeza –
Pablo: Tal vez Dios te tiene un gran premio al final de todo esto – Le dijo, muy sonriente –
Antonio: Pues ojalá, porque ya estoy empezando a creer que Dios no existe, que fue sólo un mito, una leyenda – Dijo, muy enfadado –
Pablo: No vuelvas a decir eso, tu padre haya arriba debe estar muy, pero muy triste por lo que dices – Dijo, algo decepcionado –
Antonio: Mi padre debe estar más triste porque aún no se hace justicia con el mal parido que lo asesinó, pero si Dios no hace justicia, pues yo la haré – Dijo, muy enfadado y con las lágrimas apunto de salir –
Pablo: ¡Ay hermano! – Ambos se abrazan, en ese instante aparece Jacinto Dipoilea, quien empieza a reír en demasía –
Jacinto: ¡Uy, mírenlos! ¿Desde cuándo son novios? – Empezó a reír nuevamente –, que tierna escena…
Antonio: ¿Qué te pasa imbécil? - Preguntó Antonio, sumamente alterado -, ¡Ten cuidado de cómo me hablas! – Ambos se miraron fijamente a la cara –
Jacinto: A mí no me pasa nada, más bien a ustedes que les pasa, ¿Les gusta hacer esa clase de escenitas en público? – Vuelve a reír, en ese instante Antonio le tira un puñete y este cae al piso –, ¡Esta me la pagas! – Gritó y se abalanzó hacía Antonio, ambos empezaron con los puñetes, en una pequeña batalla en medio de la empresa –
Casa de Saúl:
Vanesa y Andrés se encontraban sentados en uno de los muebles, Saúl estaba parado en frente de ellos, al parecer les iba a dar indicaciones precisas de lo que tienen que hacer.
Saúl: Muy bien, pues lo que tenemos que hacer es muy simple, mira tú, lindura – Le dice a Vanesa –, te disfrazarás de monja y entrarás a la prisión - Vanesa miró un tanto inquieta -, no te preocupes, ahí ya tenemos a algunos policías comprados, la persona que tenemos que sacar se llama Pantera…
Vanesa: Un momento y si los policías no me creen, y si me atrapan, no yo ni loca me meto en esa estupidez que piensan hacer – Dijo, algo alterada –
Saúl: Ya te dije que los policías principales ya están pagados, los demás son unos idiotas, así que no te preocupes - Vanesa se encontraba asustada, no sabía en qué se había metido -. En cuanto a ti, cachorro, pues tú esperarás afuera en un carro que te pienso prestar – Andrés soltó una carcajada –
Andrés: Mira Saúl, todo está excelente, ¿Pero tú que piensas hacer? – Saúl empezó a toser –
Saúl: Pues yo los acompaño al carro y luego estaré vigilándolos desde aquí – Dijo, con una sonrisa falsa –
Vanesa: Está bien, pero si pasa algo le diré a la policía de todos las fechorías a las que están acostumbrados a hacer – Le sonrío, muy amenazadora –
Saúl: No te preocupes, todo saldrá bien – Dijo, muy confiado –
Vanesa: Un momento, ¿Y el traje de monja? – Preguntó, algo exasperada –
Saúl: Está en el carro, haya te cambias – Dijo, muy pícaro –
Vanesa: ¿En el carro? ¿En frente de ustedes? – Se encontraba sumamente sorprendida e indignada –
Saúl: Mira, mejores cuerpos he visto, así que vamos – Saúl y Andrés salen y Vanesa se queda inmovilizada por unos momentos –
Casa de Don Martín:
Nicole se encontraba en su cuarto, muy preocupada, llamaba a Pablo y este no contestaba, ella ya no aguantaba un minuto más sin saber de su piojoso.
Nicole (pensamiento): Ojalá que no le haya pasado nada malo, te extraño mucho Pablo, de veras que te extraño muchísimo, ¡Te necesito! – Nicole cerró los ojos y no pudo evitar que las lágrimas vayan cayendo lentamente –
Ángel y Marco se encontraban discutiendo, sentados en uno de los muebles. Daniela, parada en una esquina, pensando en Antonio, sumamente preocupada, su padre había muerto y ella no podía consolarlo, lo único que quisiera es estar a su lado en estos momentos y sin embargo nada de esto puede hacer.
Daniela (pensamiento): ¿Cómo estarás Antonio? Me siento un poco culpable de todo lo que te está pasando, por mí culpa tú te peleaste con tu papá, sólo espero que no me odies, no lo soportaría – Suspiró –
Ángel: Daniela me ama, Marco, ella me adora, nunca me traicionaría con alguien como tú – Daniela miró a Ángel –
Daniela: Miren muchachos – Se acercó a ambos –, en realidad no tengo ganas de escuchar tonterías, me voy a mi cuarto, necesito descansar, disculpen – Daniela se va rápidamente, dejando a ambos con la palabra en la boca –
Ángel: Ves, ya la hiciste enfadar – Marco se sorprende –
Marco: ¿Yo? Pero si eres tú el que se está comportando como un niño – Dijo, algo alterado –
Ángel: Pero tú seguiste, por favor Marco, no evadas tu culpa – Ángel se hizo el ofendido –
Marco: No, no puede ser, además Daniela nunca te amaría, eres muy poca cosa, en cambio yo soy diferente, yo soy el hombre ideal para cualquier mujer – Sonrío, muy vanaglorioso –
Ángel: Mira no quiero discutir sobre el amor que siente Daniela por mí, será mejor que me vaya – Ángel sale de la casa dejando solo a Marco, quien quedó algo preocupado –
Marco (Pensamiento): Lo que más me preocupa es el amor que Daniela siente por su primo – Camina hacía la puerta –, nadie me puede quitar a Daniela – Sale de la casa con una mirada llena de incertidumbre –
Empresa:
Jacinto y Antonio se encontraban peleando, ambos tirándose innumerables puñetes. Pablo intentó calmar tan tenso escenario, pero al parecer era imposible.
Pablo: ¡Ya dejen de golpearse los dos! – Jacinto y Antonio dejaron los golpes por un momento –
Jacinto: Estoy harto de la gente de esta empresa, todos son unos asquerosos – Antonio soltó una carcajada –
Antonio: Yo también pienso lo mismo, todos en esta empresa son unos buitres dispuestos a devorar al primero que caiga – Jacinto empezó a reír –
Pablo: Muchachos les recomiendo no pelear, miren la pelea no lleva a nada bueno, mejor conversemos como personas mayores – Jacinto y Antonio se seguían mirando fijamente a los ojos –
Antonio: Yo ya no pienso pelear, el asesinato de mi padre me ha dejado agotado – Jacinto se sorprende por un instante –
Jacinto: ¿Asesinato de tu padre? – Jacinto agachó la mirada –, mira, sólo hago esto porque se lo que es perder a un padre, se lo que se siente, mi padre murió asesinado y por eso vine a esta empresa, para encontrar al culpable, porque se que el culpable esta aquí – Antonio y Pablo se miraron entre si –
Antonio: ¿Y por qué crees eso? – Preguntó, algo sorprendido –
Jacinto: No pienso darte explicaciones, adiós – Jacinto caminó hacía la recepción de la empresa –
Antonio: ¿Quién es ese tal Jacinto? ¿Qué hace aquí? – Le preguntó a Pablo –
Pablo: Pues es accionista de la empresa, su padre murió hace años y el vino a cobrar su herencia, la cual era nada más y nada menos que las acciones de su padre – Antonio suspiró –
Antonio: Ese tal Dipoilea también puede ser un peligro, debemos cuidarnos de él, Pablo, debemos cuidarnos – En ese instante Ricky se acerca a ellos –
Ricky: Disculpen muchachos, pero vi todo lo que pasó, y si Antonio, tienes razón, Jacinto es de cuidado, de mucho cuidado, ¡Ah! Y mi más sentido pésame, de verdad, siento mucho la muerte de Don Javier – Ricky le pone una mano en el hombro –
Antonio: Muchas gracias Ricky, pero bueno, Pablo, como te seguía diciendo, mi principal sospechoso es mi tío Martín – Ricky miró intrigado –
Ricky: Ehhh, disculpa nuevamente, ¿Pero sospechoso de qué o qué? – Preguntó –
Antonio: Mi padre murió envenenado – Ricky se sorprende – y estoy casi seguro que el que lo envenenó fue mi tío Martín – Ricky miró a la nada –, ¿Te pasa algo?
Ricky: Pues yo creo que también pudo ser Alejandro, ese sujeto es capaz de todo, se los aseguro, Alejandro pudo haber envenenado a tu padre – Antonio y Pablo se miraron, estaban anonadados –
Casa en el Bosque:
Alejandro se encontraba con Almendra en una cama, en uno de los cuartos de la casa, ambos se besaban, estaban desnudos, al parecer gozando de un placer inexplicable. Sin embargo Alejandro no podía lograr hacerle el amor a Almendra, no podía, ambos se miraron a la cara, Almendra algo decepcionada y Alejandro con una gran indignación.
Almendra: ¿Qué te pasa? Debes estar estresado, tranquilo – Le empezó a masajear la espalda –
Alejandro: No sé porque me pasó esto, simplemente no pude, creo que no tengo ganas – Dijo, muy avergonzado –
Almendra: Ay, mi amor, mira debes estar más relajado – Alejandro tomó del cuello a Almendra –
Alejandro: ¡No me digas mi amor! ¡Y tampoco puedo estar relajado! Este día ha sido infernal para mí – Le dijo, muy alterado, luego soltó a Almendra y empezó a respirar con gran fuerza –
Almendra: Si, ya me di cuenta, ¿Por qué saliste de esa forma de la oficina? ¿Le tenías miedo a Jacinto? – Preguntó, algo adolorida –
Alejandro: ¡NO! Yo no le tengo miedo a ese, mas bien, el que me debe tener miedo es él, porque pienso deshacerme de él, lo pienso hacer – Empezó a reír –
Almendra: ¿Así como te desasiste de tu esposa y de Don Javier? – Preguntó, muy altanera, Alejandro, sorprendido y alterado, no podía creer lo que estaba escuchando –
Alejandro: Siempre que hacemos el amor te pones insoportable, mira mejor lárgate, no tengo ganas de escucharte – Almendra empezó a reír escandalosamente –
Almendra: Lamento decirte que esta vez no pudimos hacer el amor, mejor dicho, no pudiste hacerme el amor – Alejandro le tira una cachetada y la empuja de la cama –
Alejandro: ¡SAL DEL CUARTO PERRA! – Ambos se miraron a la cara –, ¡QUE SALGAS TE DIGO! – Almendra tenía los ojos llorosos –
Almendra: No me vuelvas a empujar Alejandro, no lo vuelvas a hacer, porque tengo algo muy importante que contarte, algo que hará que ya nunca más me vuelvas a golpear – En ese instante el celular de Alejandro empieza a sonar –
Alejandro: Después me cuentas, ahora tengo que contestar el celular, sal del cuarto – Agarra el celular, Almendra sale, sumamente indignada –, ¿Aló? – Era Nicole –, Nicole, te notó triste, ¿Te pasa algo? – Almendra se encontraba escuchando desde la puerta, sorprendida al escuchar a Alejandro hablar con Nicole –
Nicole: Si, en verdad si estoy muy triste, lo que pasa es que Pablo no me responde el celular – Suspiró –
Alejandro: Mira, tú sabes que murió el padre de Antonio, Pablo es su mejor amigo, debe ser por eso que no contesta, mira dentro de media hora vuélvelo a llamar y si no te contesta pues yo intentaré buscarlo – Dijo, muy sonriente –
Nicole: ¿Ay de veras? ¡Muchas gracias Alejandro! ¿Oye tú crees que nos podamos ver ahora? – Preguntó, muy tierna –
Alejandro: Lo siento mucho Nicole, pero ahora no puedo, es que estoy en un lugar algo lejos, y además estoy algo ocupado, pero si es urgente, lo dejo todo y me voy a tu casa – Soltó una carcajada –
Nicole: No te preocupes, yo estoy bien, sólo estaba algo preocupada por Pablo, muchas gracias por escucharme Alejandro, te quiero – Ambos sonríen –
Alejandro: Yo también te quiero mucho, hija, te quiero mucho – Suspiró y sus ojos se llenaron de lágrimas –
Nicole: Cuídate mucho, nos vemos, bye…
Cárcel:
Una monjita llega a la cárcel, camina lentamente hacía la celda del Pantera acompañada de un policía.
El Pantera: Mire madre, no quiero escuchar sermones sobre Dios, así que será mejor que se vaya – Dijo, sumamente malcriado, el policía se va dejando a la monja al lado del criminal –
Vanesa: ¡No seas estúpido! – El Pantera se asombró –
El Pantera: ¿Pero madre? ¿Cómo se atreve a hablarme así? – Vanesa se acercó a él y le tiró una cachetada –
Vanesa: Sin duda alguna eres un imbécil, soy una enviada de Alejandro, así que toma esto – Le da una bolsa negra en donde había una pistola –
El Pantera: ¡Alucinante! Contrataron una monja para salvarme – Dijo, el muy estúpido –
Vanesa: Idiota, eres un idiota, ¡No soy una monja! Me visto de monja para engañar a los policías, ¡Baboso! – El Pantera soltó una carcajada –
El Pantera: ¡Ah! Era eso, bueno, muy bien, ¿Pero ahora cómo escapamos? – Preguntó, sumamente intrigado –
Vanesa: Yo llamaré al policía y tú le apuntas con la pistola, luego te pones su ropa y nos vamos por una salida trasera que ya está abierta – El Pantera empezó a reír de felicidad –, estate listo eh, porque si algo sale mal, no es mi problema – Ambos se miran a la cara –, ¿Listo? – El Pantera afirma con la cabeza –, ¡POLICÍA! ¡AUXILIO! ¡POLICÍA! – Gritó Vanesa –
Uno de los policías viene corriendo, en ese instante El Pantera le apunta y le tira un golpe en la cabeza con la pistola.
Vanesa: Idiota, apúrate ponte la ropa del policía, ¡APÚRATE! – El Pantera se empieza a vestir, deja al policía sin ropa, Vanesa en la entrada, vigilando que todo vaya bien –
El Pantera: Estoy listo, ya podemos irnos preciosa – Vanesa y El Pantera salen, en ese instante un policía los ve –
Policía: Compañero – Se dirige al Pantera, a quien confundió con un policía al verlo vestido de esa manera –, soy nuevo aquí en la comandancia de policía y no sé qué hacer…
El Pantera: Ehhh, pues porque no entras, entra a esta celda – Dijo, algo nervioso –
Policía: ¿Y para qué voy a entrar a esta celda? – El Pantera sacó su arma –
El Pantera: ¡QUE ENTRES TE DIGO! – Lo apunta con su pistola –
Vanesa: Jesús, María y José, este tal Pantera es un idiota – El Pantera mete al policía a la celda y le tira un golpe con la pistola en la cabeza y al igual que el otro policía se queda tirado, desmayado –
El Pantera: Ahora si preciosa, ya vámonos, porque esta vez tuvimos suerte, este sujeto es nuevo en la policía – En ese instante un grupo de policías lo ve y apunta contra el delincuente –
Policía: ¡OIGA USTED! – El policía saca una pistola, El Pantera agarra del cuello a Vanesa –
El Pantera: ¡NO SE MUEVAN O MATO A LA MONJITA! – Apuntó con el arma hacía la cabeza de Vanesa –
Empresa:
Pablo y Antonio movieron su cabeza negativamente, no podían creer que Ricky siga diciendo tantas tonterías sobre Alejandro, sin embargo ellos no sabían que lo que Ricky decía era verdad.
Pablo: ¡Ay Ricky! Tú siempre eres un exagerado, no creo que Alejandro sea tan cruel como tú dices, es mas, la otra vez me ayudó cuando me encontró besándome con Nicole – Dijo, muy sonriente –
Ricky: Miren, es verdad que Alejandro se ha estado portando de una manera amable en estos días, y no se por qué estará portándose así, pero él no es de fiar, es una mala persona, se los aseguro, deben creerme – Antonio y Ricky se miraron a la cara –
Antonio: Pues mira Ricky, no creo que Alejandro haya hecho algo en contra de mi padre, simplemente no lo creo, ambos se llevaban más que bien, mira no se si él haya tomado en serio la amistad con mi padre, pero a él no le convenía matarlo – Ricky soltó una carcajada –
Ricky: A la víbora de Alejandro le conviene matar a toda persona, a todo aquel que le estorbe – Jacinto escuchaba a lo lejos, sorprendido por todo lo que Ricky decía de Alejandro –
Antonio: Yo creo que exageras, Ricky, mira tú me caes muy bien, pero si sigues hablando de esa manera, será mejor que ya nunca más me vuelvas a dirigir la palabra, porque acusar a una persona de todo lo que tú dices es un delito – Ambos se miraron a la cara –
Ricky: ¿Delito? Entonces ahora el delincuente soy yo, este mundo esta perdido, yo que soy el que les advierte soy el delincuente y ese maldito es la santa paloma – Empezó a reír –
Pablo: Ricky, es que Antonio tiene razón, mira tal vez Alejandro alguna vez te trató mal y por eso siempre tratas de hacer creer que es una mala persona, pero yo no creo que lo sea, ya te lo dije él me ayudó – Ricky suspiró –
Ricky: Pero muchachos, escúchenme, por favor, es la realidad, ¡Es la única realidad!
Antonio: Discúlpanos Ricky, pero nos tenemos que ir, así que hasta luego – Antonio y Pablo salen de la empresa, Jacinto se acerca a Ricky –
Jacinto: A mí si me gustaría saber más de ese tal Alejandro, ¿Me puedes contar? – Ricky se sorprende –
Casa en el Bosque:
Almendra se encontraba cambiándose, Alejandro también, ambos no hablaban, estaban serios, sin decir nada. Almendra termina de cambiarse, sale del cuarto y empieza a bajar por las escaleras, Alejandro la detiene, ambos estaban en la mitad de la escalera…
Alejandro: Dime lo que me tenías que decir hace un momento – Dijo, muy serio –
Almendra: Pues no recuerdo lo que te iba a decir… – Agachó la mirada –
Alejandro: Mira estúpida – La tomó de las mejillas –, antes de que me llame Nicole tú dijiste que me ibas a decir algo, así que me lo vas a decir – Ambos se miraban a la cara –
Almendra: Está bien, lo que sucede es que hace tiempo que no me viene mi… mi… ¡Ay! – Alejandro soltó una carcajada –
Alejandro: Hace tiempo que no te viene que cosa, sabes no entiendo porque las mujeres se hacen líos por cosas simples – Empezó a reír –, suéltalo de una buena vez…
Almendra: Esto no es algo simple, Alejandro, no se si esta noticia te guste o te disguste, pero la debes saber – Alejandro se exaspero –
Alejandro: Ya déjate de dramas y habla de una buena vez – Los ojos de Almendra se llenaron de lágrimas –, ¿Qué pasa?
Almendra: Estoy embarazada – Alejandro se sorprende –, estoy embarazada de ti, llevo un mes – Ambos se miraban a la cara, se hizo un gran silencio –
Alejandro: ¡NO PUEDE SER! – Gritó Alejandro –, no, no puede ser, embarazada de mí… – En ese instante el rostro de Almendra se va convirtiendo poco a poco en el rostro de Amelia – ¡TÚ DE NUEVO! ¡TÚ! ¡AMELIA, POR FAVOR DEJA DE TORTURARME!
Almendra: ¿De qué hablas? ¿Que te pasa Alejandro? Yo no soy Amelia, soy Almendra – Alejandro veía a Amelia en vez de ver a Almendra –
Alejandro: Así como te mate una vez te puedo matar otra vez – Alejandro la empuja de las escaleras creyendo que Amelia es Almendra. La empuja y esta se cae rodando, luego Alejandro mira a Almendra tirada y se da cuenta de que no era Amelia – ¡NO PUEDE SER! MATÉ A ALMENDRA… ¡LA MATÉ!
CONTINUARÁ…
En el próximo capítulo… No se pierdan la Niñez de Alejandro…
SALIDA:
Re: CAPÍTULO N° 14: LOS FANTASMAS DE ALEJANDRO
Qué fuerte!! Al ratito vengo a terminar de leer y comentar
Gloria- Mensajes : 11369
Fecha de inscripción : 18/07/2011
Localización : MEXICO
Re: CAPÍTULO N° 14: LOS FANTASMAS DE ALEJANDRO
Paso a decir que mañana me dedico a leerla enterita de donde la dejé hasta aqui o hasta lo que puedo jijijiji
Re: CAPÍTULO N° 14: LOS FANTASMAS DE ALEJANDRO
Pobre Almendra o mejor dicho pobre del bebé que iba a tener, a Alejandro no lo dejarán en paz nunca los fantasmas, su conciencia, hasta que algún día confiese todo lo que ha hecho.
Qué tonto es Antonio pensé que se haría amigo de Jacinto, unidos se harían más fuertes para investigar las muertes de sus respectivos padres y luego lo peor Ricky que se expone a contarles y Antonio que no le cree.
El nuevo amigo de Daniela creí que vendría a salvarla de Angel pero parece ser que es un idiota igual que Angel, definitivamente Antonio es el único hombre para ella.
Vanesa buen susto que está pasando con el pantera, se lo merece.
Qué tonto es Antonio pensé que se haría amigo de Jacinto, unidos se harían más fuertes para investigar las muertes de sus respectivos padres y luego lo peor Ricky que se expone a contarles y Antonio que no le cree.
El nuevo amigo de Daniela creí que vendría a salvarla de Angel pero parece ser que es un idiota igual que Angel, definitivamente Antonio es el único hombre para ella.
Vanesa buen susto que está pasando con el pantera, se lo merece.
Gloria- Mensajes : 11369
Fecha de inscripción : 18/07/2011
Localización : MEXICO
Re: CAPÍTULO N° 14: LOS FANTASMAS DE ALEJANDRO
Harun Arslanli escribió:Paso a decir que mañana me dedico a leerla enterita de donde la dejé hasta aqui o hasta lo que puedo jijijiji
Pues acá te esperaré Joana, gracias por no olvidar mi historia
Un abrazo.
Re: CAPÍTULO N° 14: LOS FANTASMAS DE ALEJANDRO
Gloria escribió:Pobre Almendra o mejor dicho pobre del bebé que iba a tener, a Alejandro no lo dejarán en paz nunca los fantasmas, su conciencia, hasta que algún día confiese todo lo que ha hecho.
Qué tonto es Antonio pensé que se haría amigo de Jacinto, unidos se harían más fuertes para investigar las muertes de sus respectivos padres y luego lo peor Ricky que se expone a contarles y Antonio que no le cree.
El nuevo amigo de Daniela creí que vendría a salvarla de Angel pero parece ser que es un idiota igual que Angel, definitivamente Antonio es el único hombre para ella.
Vanesa buen susto que está pasando con el pantera, se lo merece.
Si, Daniela está alrededor de puros buitres, ni el mismo Marco se salva, que aunque es más inofensivo y un poco bobo por dentro es tan insolente como Ángel.
Mientras que Alejandro, tienes razón, el cargo de conciencia lo está matando... aunque no creo que sea sólo eso, ellos no son los primeros que han muerto entre sus manos, yo creo que este sujeto está enloqueciendo cada día más. Sin duda alguna tiene un problema psicológico sumamente grave.
Un abrazo.
Re: CAPÍTULO N° 14: LOS FANTASMAS DE ALEJANDRO
Sí Alejandro es un psicópata
Gloria- Mensajes : 11369
Fecha de inscripción : 18/07/2011
Localización : MEXICO
Re: CAPÍTULO N° 14: LOS FANTASMAS DE ALEJANDRO
wajajaja ya estan comenzando a atormentar a Alejandro las fantasmas de quienes mató
tut tut tut tu
tut tut tut tu
Invitado- Invitado
Re: CAPÍTULO N° 14: LOS FANTASMAS DE ALEJANDRO
Spirit escribió:wajajaja ya estan comenzando a atormentar a Alejandro las fantasmas de quienes mató
tut tut tut tu
Sólo faltas tú, Spirit
Re: CAPÍTULO N° 14: LOS FANTASMAS DE ALEJANDRO
Oh, pero este capítulo me ha dejado en shock Han pasado cosas muy sorprendentes!!! Entre esas cosas, lo del embarazo de Almendra... ¡Lo que faltaba! Alejandro confundió a Almendra con Amelia y la tiró por las escaleras justo cuando está embarazada, pobre mujer Ojalá no haya muerto, por que la tiró solo por la mitad de las escaleras Al menos de que las escaleras sean muy largas... En caso de que Almendra no haya muerto, Alejandro cree que está muerta y él mismo la entierra estando viva Pero... Eso no se puede por que los de la empresa van a decir que donde está Almendra, ah, Alejandro es hasta capaz d decir que se la encontró y le dijo que se iba a ir de viaje... ¡Como será el susto de Alejandro donde pasen largos meses y Almendra regrese! ajajajajajaja Aún estoy con la duda de por qué Alejandro salió corriendo de la empresa al saber que el Jacinto es Jacinto DIPOLEA Oh, Antonio y Pablo no le quieren creer a Ricky la clase de persona que es Alejandro Y hablando de Antonio, que tristeza me dio al haberse dado cuenta que su padre Don Javier murió envenenado Pobresito y recordando a Don Javier, Alejandro estaba teniendo alusionaciones con él y con Amelia ajajajajajjaja
Verdad que Angel y Marco ya van a empezar a pelear por Daniela ajajajajaja Vamos a ver quien gana Aunque obviamente ninguno va a ganar, Daniela a ninguno quiere Cada vez me adelanto mas con esta historia, pronto, en unos días ya me pondré a la corriente, muy pronto Estoy que llego al capítulo de un título algo como "EL MATRIMONIO DE DANIELA Y ANGEL"
Saludos
Verdad que Angel y Marco ya van a empezar a pelear por Daniela ajajajajaja Vamos a ver quien gana Aunque obviamente ninguno va a ganar, Daniela a ninguno quiere Cada vez me adelanto mas con esta historia, pronto, en unos días ya me pondré a la corriente, muy pronto Estoy que llego al capítulo de un título algo como "EL MATRIMONIO DE DANIELA Y ANGEL"
Saludos
Danni- Mensajes : 5092
Fecha de inscripción : 26/04/2012
Localización : Colombia
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