Antique Amor // Capítulo 7 // Noche de locura

CAPÍTULO 7:
NOCHE DE LOCURA

Lisandro acabó de ver como a lo lejos, Antonio se besaba con una mujer que es Natasha. La casualidad los ha traído a la misma discoteca.





-¿Que pasa Lisandro? -Le preguntó Marina- Parece que hubieras visto un fantasma.

-Antonio también está aquí -Respondió Lisandro.

-¿Dónde? No lo veo -Dijo Marina, mientras miraba a su alrededor.

-Mira está allí -Le señaló Lisandro hacia dónde estaba Antonio con Natasha-. Está con una mujer, besuqueándose. Como... ¿Como se atreve?

-¿Cómo se atreve a qué? -Preguntó Marina desconcertada - Mira, yo la verdad no entiendo que nos importa que Antonio esté aquí con una mujer. Él siempre ha sido así de mujeriego. No debería extrañarte, fuiste su mejor amigo en Nueva York.

-Pero es que Marina. Aunque estuvieras en mi lugar jamás llegarías a entenderme -Comentó Lisandro, aún mirando a Antonio-. Pero... ¿sabes qué? ¡Que Antonio haga lo que se le venga en gana! A mí ya no me importa. Nosotros le vamos a demostrar que también tenemos vida.

-¡Así se habla Lisandro! -Exclamó Marina- ¡Ven! Vamos a tomar algo...

Entretanto, en la parte de la discoteca en la que se encontraban Antonio y Natasha, ambos continuaban besándose.



-¡Uf! -Exclamó Antonio al tiempo que dejaba de besar a Natasha- Lo siento, yo...

Pero Natasha, puso su dedo índice sensualmente en la boca de Antonio, indicándole que guardara silencio.

-No te excuses. Tú también me gustas mucho. Ese beso es normal dónde hay química.

-La verdad es que sí, estoy de acuerdo contigo -Convino Antonio- Voy por algo de tomar ¿Quieres que te traiga algo?

-Un whisky estaría perfecto -Contestó Natasha sonriente.

Antonio fue tras las bebidas, en la barra de atención pidió el whisky de Natasha y una copa de licor para él y justamente al voltear, chocó accidentalmente con Lisandro, quién hablaba distraídamente con Marina. De esta manera, Lisandro le hizo regar el whisky a Antonio sobre su camisa:



-¡Antonio! -Dijo con cinismo Lisandro- Oh lo siento muchísimo. No te vi.

-Me doy cuenta -Dijo Antonio- ¿Y qué hacen aquí? No me esperaba que asistieran a este tipo de lugares.

-Sólo queremos pasar una noche divertida y disfrutar nuestros mejores años de juventud -Respondió Lisandro con indiferencia.

-¿Y podemos saber quién es tu nueva e íntima amiga? -Le preguntó Marina, pero Lisandro la pellizcó por detrás- ¡Ay! ¡Lisandro! Eso duele -Le susurró Marina.

-No seas imprudente. Se va a dar cuenta que lo estábamos espiando -Contestó Lisandro, también susurrándole a Marina.

Luego Lisandro se dirigió a hablarle a Antonio con el tono de voz alto debido al volumen de la música.

-¿Y tú que haces aquí y llevando dos bebidas? ¿Estás con alguien más? -Preguntó Lisandro.



-¡Antonio! -Dijo Natasha quién llegó a dónde estaban todos- ¿Por qué te demoras tanto con el whisky...? ¿Y quiénes son ellos?

-Son unos amigos -Respondió Antonio forzando una sonrisa-. Cuándo iba a llevarte el whisky accidental y casualmente me tropecé con ellos.

-Oh, mucho gusto -Dijo Natasha, presentándose ante Lisandro y Marina y extendiéndoles la mano-. Me llamo Natasha Méndez.

-Yo te he visto en televisión -Recordó Marina-. Por poco ganas la corona el año pasado. Soy Marina Díaz, inspectora de una financiera subsidiaria de nuevos negocios. Es un placer conocerte.

-Gracias por el cumplido, pero me gusta más que me traten como a una persona común y corriente -Comentó Natasha-. La verdad es que ya estoy harta de que cuándo salga a la calle todo el mundo me señale, me siento rara, pero bueno. ¿Y tú precioso? ¿No piensas presentarte?-Le preguntó a Lisandro.

-Ah, lo siento -Cayó en cuenta Lisandro luego de estar distraído mirando celoso a Natasha-. Me llamo Lisandro... Lisandro Villegas. Hace como una semana llegué aquí a la capital. En este momento soy... mesero en la pastelería de Antonio.

-Oh, claro, ahora recuerdo. También te vi en el artículo del periódico -Comentó Natasha- ¡Eres bastante bonito y tierno!

-Muchísimas gracias -Agradeció Lisandro hipócritamente-. ¿Y por qué no nos cuentas como conociste a Antonio? Él no nos había hablando de ti.

-Lo acabo de conocer -Respondió Natasha-. Iba a ir a comprar el nuevo pastel que están promocionando, pero me encontré con Antonio cerrando la pastelería y como me pareció un hombre tan interesante decidí proponerle que me acompañara a tomar un trago, aunque él insistió y es quién invita. Antonio me alegra muchísimo que nos hayamos encontrado a tus amigos. Así la diversión va a ser doble ¿no crees?

-Si, me imagino que sí -Dijo Antonio algo distraído mirando a Lisandro, sospechando que éste tramaba algo- ¿Quieren tomar algo ustedes dos?

-A mí me gustaría una cerveza -Respondió Marina- ¿Pero tú piensas pagar?

-¡Claro! Quiero que todo salga bien esta noche -Respondió Antonio-. ¿Y tú Lisandro? ¿Qué quieres tomar?

-Me gustaría tomar solamente una Coca-Cola. No me gusta mucho tomar -Dijo Lisandro.

-Deja que Natasha y Marina se vayan adelante -Le dijo Antonio a Lisandro-. Me gustaría hablar algo contigo, además podrías ayudarme a llevar las bebidas.

-Ok, nosotras los esperamos allí en una mesa -Dijo Natasha-. No se tarden, eh.

Natasha y Marina se fueron juntas a ocupar una mesa, dejando solos a Antonio y Lisandro.

-Ahora vas a decirme que demonios pretendes -Dijo Antonio tomando bruscamente a Lisandro del brazo.

-¡Oye! -Se quejó Lisandro soltándose- Podrás ser mi jefe pero eso no implica que tengas derecho a tomarme de ese modo ¿Ok?

-Bien, ya que estás tan intocable no vuelvo a tomarte así -Dijo Antonio sarcástico-, pero te conozco. ¿Me estás siguiendo? ¿Viniste aquí con Marina para hacerme creer que fue un encuentro casual? ¡Responde de una buena vez!

-¿De dónde sacas semejantes ideas? -Preguntó Lisandro- Se supone que nuestra relación es estrictamente laboral y por eso no deberías tomarte estas confianzas conmigo. Si no crees en las casualidades, pues entonces te recomiendo que lo vayas haciendo. Vine aquí con Marina solo por esa idea que se le metió en la cabeza de recuperar los años que el trabajo le ha robado. Todo esto es una casualidad ¿Por qué debería estar siguiéndote?

-No lo sé -Dijo Antonio-. Mira, lo único que te pido en este momento más que nunca es que no me arruines la noche con Natasha. Tú no entiendes lo importante que es para mí estar al lado de esa mujer.

-¿Interés? ¿Verdad? -Preguntó seriamente Lisandro- Tal y como pasó con Marina cuándo llegaste a esta ciudad. Era importante para ti por que ella se mataba todos los días trabajando para sostenerte. Ahora yo te pregunto ¿Cuál es el nuevo beneficio que te trae estar cerca de una mujer famosa como Natasha Méndez? ¿Fama para ti? ¿Más dinero de lo que ganas en Antique Amor? ¿Ser envidiado por otros hombres? A veces me da tristeza que seas así Antonio. El día en que te des cuenta cuál es el verdadero valor de estar rodeado de personas que te aman ya será muy tarde.

Cuándo Lisandro se iba a ir del lado de Antonio, éste último lo retuvo diciendo:

-¡Lisandro espera! Quiero explicarte todo. Las cosas no son así como dices.

-¿A no? ¿Entonces como son Antonio? -Preguntó Lisandro ofendido- Si pretendes convencerme de lo que no es, déjame decirte que no lo vas a lograr.

-¿¡Podrías dejarme hablar!?-Dijo impaciente Antonio- Todo lo que dices no tiene el mayor sentido. Yo no quiero estar cerca de Natasha por interés a ser famoso, para nada. Me parece una mujer muy linda, simpática, dócil. No tiene nada que envidiarle a otra mujer, además de seguro debe tener mucha plata y tiene un cuerpazo que…

-¡Oye, no seas morboso! -Le cortó Lisandro- No menciones semejantes cosas frente a mí. Mejor haz lo que quieras, no me importa.

Lisandro se retiró molesto de la presencia de Antonio. Él se quedó gritándole:

-¡Vuelve aquí! Necesito que me ayudes a llevar las bebidas. ¡Lisandro!

Luego de que Antonio pidió las bebidas en la barra, llegó a la mesa que ocupaban Lisandro, Marina y Natasha. Llegó cargando complicado las bebidas.



-¡Qué lindo eres Antonio! -Exclamó Natasha- Eres muy amable al invitarnos. Hablábamos antes de que llegaras de tu pastelería.

-¿Ah sí? -Preguntó Antonio sirviendo las bebidas.

-Sí, pero la verdad yo no quiero que sigamos hablando de eso -Dijo Marina-. Estamos aquí para divertirnos y no para hablar de asuntos del trabajo. Quiero que esta noche sea estupenda.

-Comparto la misma opinión de Marina -Dijo Natasha-. Lo que necesitamos es una buena dosis de…

-¡Oye! ¡Un minuto! -Se sorprendió Lisandro al malinterpretar las palabras de Natasha- Antes que nada, yo no consumo drogas y Marina tampoco. Si en tu opinión lo que necesitamos para divertirnos es drogarnos, créeme que estás muy equivocada con Marina y conmigo. Marina nos vamos de aquí.

-¡No esperen un minuto! -Le retuvo Natasha-. No seas malpensado Lisandro. ¿Aquí quién ha hablado de drogas? Por Dios, soy una mujer muy conocida en los medios y en este país como para ponerme a consumir semejantes porquerías. Si tan solo me dejaras terminar la frase sería excelente.

-No, la única mal pensada aquí eres tú -Comentó Lisandro-. El hecho de que seas famosa y acomodada no quiere decir que puedes pisotearnos como se te dé la gana.

-Lisandro ¿qué te está pasando? -Dijo Marina asombrada- Estás siendo muy grosero con Natasha. Ella se ha comportado muy amable con nosotros desde que llegamos. Ten un poquito de cortesía.

-La que tiene que tener cortesía aquí es esta señorita -Inquirió Lisandro.

-Yo hablaré con él -Intervino Antonio, quién volvió a tomar a Lisandro del brazo bruscamente y lo llevó hacia el baño de la discoteca.



-¡Suéltame! ¡Me estás haciendo daño! -Se quejaba Lisandro- ¡Te dije que no me volvieras a tomar así!

-Daño es lo que tú me estás haciendo a mí -Dijo Antonio al tiempo que lo soltaba-. ¿Me puedes explicar que es ese show tan patético que estás haciendo frente a Natasha? Acabamos de hablar. Dijiste que solo querías olvidar este tema ¿Por qué demonios no puedes cumplir lo que prometes?

-No quiero hablar contigo -Se negó Lisandro-. Voy a irme en este mismo instante con Marina. No soporta más que esa mujer sea tan presumida.

-Ella no está siendo presumida -Dijo Antonio. Tú eres el problema y quiero que en este momento salgas de este baño y vayas a pedirle disculpas a Natasha.

-¿¡Qué!? -Se sorprendió Lisandro- No. Tú estás muy equivocado. Yo no voy a disculparme con nadie. Me conoces. Sabes que soy muy orgulloso cuando me lo propongo.

-¿Qué quieres que haga por ti para que dejes de meterte en mi vida personal? –Le preguntó Antonio- Dime Lisandro ¿Qué es lo que quieres?

-¡Está bien, está bien! -Cedió Lisandro-. Voy a disculparme con tu noviecita.

Lisandro salió primeramente del baño y Antonio fue tras él. Cuándo llegó a la mesa en la que estaban las muchachas, encontraron a Natasha llorando sobre el hombro de Marina.



-Natasha, yo... debo disculparme contigo -Dijo Lisandro-. Fui muy grosero y te dije cosas horribles.

-Okey, no te preocupes -Dijo Natasha, quién inmediatamente dejó de llorar, sonriéndole a Lisandro-. Tus disculpas son aceptadas.

-¿Estás hablando en serio? -Preguntó Lisandro- Por que es que te vi muy mal, y hace un rato estabas llorando y...

-En verdad Lisandro -Le cortó Natasha-. Además ya estoy acostumbrada a los comentarios envidiosos de los demás y no es nada raro. Yo ya sé que le tienes envidia a Antonio por que él me vio primero y es que una mujer como yo es muy admirada y sobretodo... deseada.

-Pues en eso sí te equivocas. Yo no le tengo envidia a Antonio -Comentó Lisandro-. Eres una mujer muy linda, pero no eres de mi tipo por así decirlo.

-¡Oh que Lindo! -Exclamó Natasha, levantándose de su puesto y jalando los cachetes de Lisandro- Gracias por ser tan franco y tan directo. Bueno. Ahora que ya no hay nadie que me interrumpa, lo que quería decir antes de que esta tonta discusión comenzara, era que necesitamos una buena dosis de diversión. Experimentos.

-Natasha -Intentó decir Lisandro-. Aún... me estás jalando...

-¡Oh, lo siento! ¡Te juro que no me había dado cuenta! -Exclamó Natasha al tiempo que soltaba a Lisandro- ¿Y entonces que me dicen? ¿Si quieren divertirse?

-La idea no está nada mal -Dijo Marina-. A mí me encanta y más aún si estamos tan bien acompañadas.

-Ok, Antonio, ve y trae dos cervezas bien heladas, y no te preocupes que luego te las pago -Dijo Natasha.

-¿Dos cervezas? -Preguntó Antonio desconcertado.

-Sí, dos cervezas, o mejor que sean cuatro -Dijo Natasha- y antes de que me digas que es una locura, déjame decirte que eso se llama diversión ¿O no Marina?

-Pues, yo... creo que es mucho licor para una sola noche -Comento Marina.

-¡Ay no seas aburrida! ¿Quieres regalarle toda tu vida única y exclusivamente al trabajo? -Preguntó Natasha, sin embargo Marina se quedó en silencio y Lisandro susurrándole dijo:

-Marina no te dejes convencer de Natasha. Está bien salir a divertirse, pero no de esta manera. Piensa con cabeza fría.

-¡No Lisandro! -Le dijo Marina- ¿Sabes qué? Ya estoy harta de que el trabajo me robe los mejores años de mi vida. Ya he perdido suficiente tiempo y no pienso seguir perdiéndolo. Hoy en esta noche, el destino me puso a Natasha Méndez para demostrarme que hay momentos que no pueden dejarse desapercibidos.

-Marina, yo te entiendo y te entiendo más de lo que crees -Dijo Lisandro-, pero no puedes sentarte a embriagarte como una salvaje con Natasha Méndez ¡Hazme caso, por favor! Hay mejores formas de divertirse sin llegar a estos extremos.

-Ya te dije Lisandro, no quiero seguir siendo una desgraciada -Contestó Marina-. ¡Natasha! Ya me decidí ve y trae seis cervezas si es posible.

-¡Me alegra muchísimo que pienses así! -Exclamó Natasha- Antonio ya escuchaste a Marina. ¡Que sean seis!

Luego de que Antonio trajo el licor, Natasha tomó una de las botellas y antes de destaparla dijo a todos:

-Bien. Yo seré quién de apertura a esta noche, una noche que no olvidaremos nunca, una noche que cambiará nuestras vidas.

-Natasha -Le dijo Lisandro-, antes de que abras esa botella ¿podrías tomarte un minuto para que reflexiones sobre las malas influencias que estás ejerciendo sobre Marina?

-¡Lisandro! Nadie me está mal influenciando -Intervino Marina-. Todo lo contrario, si en verdad me consideras como una amiga deberías estar agradecido con Natasha que amablemente me está abriendo la mente en vez de dañármela.

-¡Antonio detén por favor a tu noviecita! -Le susurró Lisandro a Antonio- No sé como lo hace, pero está sacando de quicio y supongo que tú debes saber como soy cuándo eso pasa.

-No seas aguafiestas -Le correspondió Antonio el comentario también en susurro-. Si ellas quieren divertirse que lo hagan, están en todo su derecho ¿o me lo vas a negar?

-Yo sé eso, pero es que no soporto como presume su estilo de vida -Dijo Lisandro.

-Mira, primero cálmate y segundo disfruta de la noche que aún es joven -Dijo Antonio-. Olvídate de una vez por todas de Natasha y únete a la diversión.

-¿De qué están hablando ustedes dos? -Preguntó Natasha.

-Eh, estábamos... ideando una sorpresa para ustedes dos apenas salgamos de aquí -Respondió Antonio.

-¡Ah! ¡Que lindos! -Exclamó Natasha- Pero con lo que vamos a hacer aquí es suficiente diversión, así que... doy inicio a esta ¡Noche de Locura!

Y Natasha destapó la botella; quitó el tapón y comenzó a beber seguidamente, sin despegarse del pico de la botella. Todos allí estaban impresionados de la capacidad de beber tan rápido de Natasha y cuándo faltaba la mitad del licor paró, limpió su boca y puso la botella en la mesa. Al parecer ya estaba algo ebria.

-Natasha ¿estás bien? -Le preguntó Antonio.

-¡Claro que estoy bien! -Exclamó Natasha. Su voz delataba que sin duda estaba ebria.

-¡Por Dios Antonio! -Dijo Lisandro- ¿Cómo puede estar bien si acaba de beberse la mitad de esa botella? Mira ya como está.

-Un minuto muchachito -Le dijo Natasha a Lisandro-. Yo estoy más sobria que nunca. Tengo aún mucha conciencia de lo que hago y digo. Marina sigues tú.

-¿Sigo yo? -Se extrañó Marina- ¿Debo beber de ese modo?

-Si tú quieres -Respondió Natasha en medio de un hipo-. Claro que si tú no quieres yo puedo beberme lo que falta. ¡Vamos!

-Está bien -Cedió Marina, quién tomó la botella de la que Natasha había bebido antes y al igual que ella bebió seguidamente sin despegarse del pico, acabando de manera más rápida el resto de licor que quedaba.

Cuándo ya no quedó ni una gota, descargó la botella sobre la mesa. Se quedó estupefacta por unos segundos, pero luego se levantó de la silla con unas tremendas ganas de vomitar y cubrió su boca.

-¿Marina te sientes bien? -Le preguntó Lisandro preocupado, pero Marina lo único que dijo fue:

-Debo ir al baño un momento -Y salió corriendo de allí hacia al baño. Natasha la miró y comentó:

-¡Ay que delicada para beberse una copa! Parece que en su vida jamás ha probado un traguito.

-¿Una copa? -Le replicó Lisandro- ¿Cómo es posible que seas tan descarada? Fue la mitad de esa botella que le obligaste a beber. Marina no está acostumbrada a beber de esa manera y a ti no te importó y la obligaste.

-¡Ay! ¡Haber! ¡Un momentito! -Dijo impaciente Natasha- Marina bebió por que quiso, no por que yo la haya obligado. Antonio, yo...

E inmediatamente Natasha se paró de la silla y salió disparada al baño, también con ganas de vomitar.

-Tenía un mal presentimiento a cerca de esta salida -Comentó Lisandro-. Mira los resultados, dos mujeres borrachas ¡Qué vergüenza! Y la forma en bebieron es aún más vergonzoso.

-Solo querían divertirse un poco -Excusó Antonio-. Mira a Natasha, debe tener una agenda muy ocupada todos los días. De seguro no le queda tiempo para ella y en cuánto a Marina, ella es muy dedicada a su trabajo, tú la conoces. Es rara vez en que sale a divertirse.

-¿Sabes qué? Yo me largo de aquí -Dijo Lisandro molesto, y justo cuándo se iba ir, volvió a la mesa y agregó:

-Pero antes de irme necesito un buen trago -Y destapando una de las botellas, se sirvió el licor en una copita y lo tomó en un solo sorbo y agregó nuevamente-, o bueno, que sean dos tragos -Y volvió a servirse en la misma copita y tomó el licor en un sorbo.

-Ya sé que vas a decir -Dijo Antonio-. Necesitas tres tragos en una noche como esta.

-Bueno, tú lo has dicho -Convino Lisandro- ¿No te gustaría acompañarme?

Y Antonio sólo suspiró. Lisandro tomó una de las cervezas y la sirvió en dos copas, una de ellas se la entregó a Antonio, pero justo cuándo iba a tomarse la suya se quedó un rato pensativo y dijo:

-¿Sabes qué? Si las mujeres que se supone son los seres más dulces del universo pueden tomar de la manera en que Natasha y Marina bebieron, pues yo mismo me otorgo el derecho de tomar igual que ellas.

Lisandro tomó la cerveza que ya estaba destapada y bebió de la misma manera en que sus amigas tomaron.

-¡Lisandro ¿Qué estás haciendo?! -Le detuvo Antonio.

-Con eso fue suficiente -Comentó Lisandro quién paró de tomar-. Dile a Marina que la espero afuera de este antro. Adiós Antonio.

Mientras Lisandro caminaba a la salida de la discoteca, ya estaba algo borracho y se sostenía de las mesas y sillas. Fue en ese momento en que accidentalmente tropezó con un hombre que bailaba con una hermosa joven y de paso haciéndole regar la bebida alicorada que tenía en la mano. Aquél hombre era el dueño de la discoteca e iracundo de lo que Lisandro le había dicho, lo estrujó al tiempo que le decía:

-¡Oye! ¡Esta era mi camisa nueva! ¿Quién demonios te has creído para venir a avergonzarme delante de una mujer?

-Ay, señor mil disculpas -Lamentó Lisandro-. Yo no sabía por dónde iba, se lo juro. No fue mi intención arruinarle el momento...

-¡Cállate! -Le gritó el dueño- Este error... lo que acabas de hacerme, te va a costar muy caro.

-¡Señor! Ya le pedí disculpas -Dijo Lisandro ofendido de la forma en que lo trataba el dueño de la discoteca- ¿O es que tengo que hablar en otro idioma para que entienda? P-E-R-D-O-N.

-Tú a mi discoteca no vienes a hablarme de ese manera -Dijo indignado el dueño, quién golpeó fuertemente a Lisandro en el rostro. Toda la gente asistente en la discoteca dejó de bailar y todos se centraron en el problema que estaba a punto de formarse.

-¡Lisandro! -Intervino Antonio- ¡Oiga! El hecho de que usted sea dueño de este antro no quiere decir que puede aprovecharse de sus clientes. ¿Quién le dio ese permiso abusivo?

-Antonio, por favor no te metas en esto -Le susurró Lisandro -. Este hombre es muy peligroso, puede hacerte daño. Mejor vámonos y dejemos las cosas como están.

-¡Pues no! -Se negó Antonio- Yo no dejo las cosas así y menos con un abusivo como éste.

Antonio, Lisandro y el dueño de la discoteca respiraban agitados y se miraban entre sí, en especial Antonio quién miraba indignado al dueño.

CONTINUARÁ...

En el próximo capítulo de Antique Amor, se revelarán las verdaderas intenciones de Natasha. ¿Qué oculta una hermosa y súper conocida modelo como ésta detrás de su simpatía y belleza? Los celos de Lisandro no se harán esperar al ver los coqueteos de Natasha con Antonio.

No te pierdas Antique Amor sólo por Fiction TV. Empezarán a desarrollarse intrigas.

luego te leo

Claro Joana, cuando puedas, sin presiones

Mm me da que Lisandro está celoso de Antonio que besa a Natasha…

Parece que Antonio también está celoso que Lisandro está con Marina…

Esperamos el próximo

Hola Joana!

Muchas gracias por pasar a leer . Pues no sabemos con exactitud si Antonio está celoso de Lisandro porque él sale con Marina . Lo cierto es que Lisandro sí está celoso de Antonio por estar con Natasha.

Gracias! Pronto el capítulo 8.

Jajaj tremendo lío que se ha formado!!!

Antonio está defendiendo a Lisandro de el dueño de el lugar, genial!!!

Solo espero que no vayan a ir a parar a la cárcel todos juntos jaja

Y Lisandro super celoso jaja

En espera del siguiente capítulo para ver que pasa  

Hola Gloris...

Muchas gracias por pasarte a leer y comentar . Pues sí, un tremendo lío se ha armado a causa de esa noche de locura que pretendieron vivir nuestros personajes. Lo increíble de todo, es que Antonio resultara defendiendo a Lisandro. Ya verás si irán a parar en la cárcel.

Y sí, Lisandro no disfrutó por estar celoso todo el tiempo de Natasha.

Pronto el capítulo 8, en el que empezará una nueva etapa de la historia.

Bien lo esperamos Alejita  

Gracias Gloris! Ya pronto lo publico

Wow, excelente capítulo Aleja . Antonio ha cambiado un poco intentando defender a Lisandro pero lo que se ganará será una buena paliza .

Jajajajaja, se unieron Marina y Natasha a tomar pero me da que la Natasha esa no tiene buenas intenciones . Hasta ha hecho que Lisandro esté celoso.

Voy al próximo  .

Muchas gracias Danni por pasarte a leer y comentar . Pues a Antonio no le gustó que aquel tipo de la discoteca se aprovechara de Lisandro y lo maltratara, pues él sabe que Lisandro no tendría como defenderse y lo defendió en su lugar.

Así es, Natasha y Marina se cayeron bien y bebieron juntas. En los siguientes capítulos se irá viendo si Lisandro sospecha bien de Natasha y ella tiene malas intenciones con Antonio.

jaja los celos de Lisandro no se hicieron esperar, es tenaz salir a una fiesta y q una zorra se apodere de tu chico.

Jajajajaja. Gracias por comentar Andrés y por leer también .

Tus comentarios siempre me hacen reír . Pues sí, ha de ser tenaz algo así y ya viste que a Lisandro no le cayó bien Natasha pporque se apoderó de Antonio.