No me Olvides Capítulo 4: Odio desmedido

INT. / HOSPITAL, HABITACIÓN DE OLIVER / NOCHE

Hanna se ha quedado sin palabras frente a la inesperada confesión de Oliver. Él la mira fijamente, más sin embargo Hanna le rehúye la mirada.



Hanna (nerviosa): Oliver… Hablamos después. Me tengo que ir. Mi mamá puede darse cuenta que no estoy y me prohibió terminantemente que saliera.

Hanna va a irse, pero Oliver la retiene tomándola de una mano.

Oliver: ¿Por qué me quieres evitar? ¿Tan insignificante te parece lo que siento por ti, ah? (Se queja por los golpes). Esto que siento no lo había sentido antes por ninguna otra persona.

Hanna (avergonzada): Oliver, por favor, no sigas…

Oliver: Lo siento, pero no lo puedo evitar. Tú eres tan linda (Le acaricia con delicadeza una de las mejillas a Hanna). Has sido la única persona que me ha brindado calor en los momentos fríos, en los que mi corazón se congela. Tú llegas con tu ternura y un ardor me consume por dentro.

Los dos juntan sus rostros, sintiendo cada uno su respiración. Hanna comienza a sentirse agitada.

Oliver: Tú eres mi alma, de quien nunca me quiero apartar Hanna. Cuando te veo siento unas incontrolables ganas de abrazarte fuertemente, muy fuerte, no separarme de ti y decirte lo mucho que te amo.

Hanna: Esto no puede ser Oliver. Somos hermanos. Yo te veo como mi hermano (Hablando con la voz llorosa).

Oliver: Pero no lo somos. Yo te quiero como algo mucho más que una hermana. ¿No lo entiendes? Te amo de la manera en que un hombre podría amar a una mujer. Ya no sigas con esto… (Susurrando) Permíteme entrar en tu corazón y amarte.

Finalmente, Oliver besa a Hanna. Ella le corresponde algo temerosa. Los dos cierran los ojos, pero Hanna no puede evitar derramar un par de lágrimas. Luego de unos breves segundos, Hanna se aparta y trata de irse, pero de nuevo Oliver la toma de un brazo, la gira a él y la besa con más pasión. Ella también lo besa. Sus labios se funden en el acto. En un momento dado, Hanna reacciona y sale corriendo del cuarto.

INT. / MANSIÓN JANSEN, CUARTO DE MARÍA TERESA / NOCHE

Blanca entra con cierto temor a la habitación de María Teresa. Ésta última la espera sentada en un sillón muy seria.



Blanca: Ya estoy aquí señora. ¿Cuál es el motivo por el que me necesita?

María Teresa: Ya me enteré que tu ahijado fue el causante de lo que le pasó a Oliver. Y también me enteré que tu ahijado intentó violar a Hanna. Fue por eso que Oliver intervino y resultó golpeado. ¿Me equivoco?

Blanca (nerviosa): No señora María Teresa. Tal cual como lo acaba de decir usted, así pasó todo (Agacha la cabeza avergonzada). Lo siento mucho. Le pido que perdone el comportamiento tan indebido e ingrato de Daniel, después de que usted confió en él y le dio otra oportunidad de trabajo a pesar de lo sucedido hace tiempo.

María Teresa: ¡Eso es justo lo que más me enfurece! Que yo como una tonta me atreví a abrirle de nuevo las puertas de mi casa y después de lo que hace, escapa.

Blanca: Por eso le pido perdón en su nombre.

María Teresa: ¡Bueno, ya! Tampoco es que me importe que golpeara al imbécil de Oliver. Lo que más molesta es que me hizo quedar mal con Andrew. ¿Qué pudo haber pensando él sobre la clase de empleados que tengo en mi casa? Cambiando de tema, tú debes saber donde vive Daniel. ¿No es así?

Blanca: No señora. Él nunca me ha hablado de su vida, con quién se relaciona o qué hace. Lo único que sé es que tiene un apartamento en mal estado en uno de los suburbios exteriores del norte.

María Teresa (impaciente): ¿En qué suburbio específicamente?

Blanca: No lo recuerdo bien. Me parece que en Klampenborg. Tengo la dirección por si de algo le sirve. Disculpe señora. ¿Cuál es el motivo por el que quiere saber esto?

María Teresa: Por nada importante. Llegué a pensar que tal vez Daniel esté escondiéndose en ese apartamento que dices que tiene en Klampenborg (pensativa). De todos modos, dame la dirección. Puede que me sea útil más adelante.

Blanca: Ya se la traigo. Con permiso.

Blanca se retira del cuarto de María Teresa. Ésta se queda sentada, pensativa.

INT. / APARTAMENTO DE ANDREW / NOCHE

Andrew llega a su apartamento. Prende las luces y se tira en el sofá, mientras suelta un largo suspiro.



Andrew: Hanna, Hanna... No sé por qué, pero con solo haberte visto un par de veces, ya no logro sacarte de mi cabeza. ¿Qué tienes para atraerme tanto?

En eso, tocan el timbre. Andrew se extraña y se levanta a abrir. Una vez lo hace, ve que es Morticia Leblanc, despeinada, con el maquillaje corrido y arrastrando una maleta.



Andrew (sorprendida): ¿Morticia? ¿Qué haces aquí?

Morticia: ¡Ay mi Andrew! (Apenada). Me ha ocurrido una terrible desgracia. Incendiaron mi casa. Quedó reducida a cenizas y ya no tengo dónde quedarme (Rompe a llorar).

Andrew: Eso sí que es algo que no me esperaba. Ven, pasa.

Morticia entra con su maleta al apartamento. Andrew cierra la puerta y ayuda a Morticia a sentarse en un sofá.

Andrew: Ya te traigo una aromática para que te sientas mejor.

Morticia: Gracias hijo. Vine aquí porque no tenía a donde más recurrir. Estoy sola en el mundo, desvalida, sin hogar. Me siento desbastada.

Andrew: Tú no estás sola Morticia, me tienes a mí. Mi apartamento no es muy grande, de hecho es para que viva una sola persona, pero tratándose de ti, aquí eres bien recibida (le sonríe mientras la toma de las manos para darle ánimo).

Morticia: Eres un ángel Andrew. Tu madre se sentiría orgullosa de ti, porque eres un gran muchacho. ¿Me permites darte un abrazo?

Andrew: Claro que sí Morticia.

Morticia se abraza fuertemente al cuerpo de Andrew. Detrás de él, Morticia sonríe con todo gusto.

Morticia (pensando: ¡Ay Andrew, mi amor! Ahora sí que vas a ser mío papacito. Tú eres mi ángel, pero yo seré tu diabla).

INT. / MANSIÓN JANSEN, PASILLOS / HORAS DESPUÉS

Hanna acaba de llegar del hospital. Mientras se dirige a su cuarto, choca con Melisa, que ya está lista para su cita con Andrew. La ambiciosa chica lleva puesto un vestido corto, que resalta su figura corporal, está muy bien peinada y sostiene en el brazo izquierdo un abrigo y su cartera.



Melisa (molesta): ¿Por qué no te fijas por dónde caminas?

Pero Hanna no dice nada y se retira.

Melisa: ¡Estúpida! Mi mamá debería echarla a la calle como lo que es: una miserable, inútil.

Melisa también sigue su camino. Una vez Hanna llega a su cuarto, cierra la puerta y se desliza sobre ella. Está consternada y se acaricia con delicadeza los labios.

INT. / MANSIÓN JANSEN, SALA / NOCHE

Melisa está despidiéndose de su madre María Teresa.



Melisa: Ya me voy para mi cita con Andrew mamá. Está esperándome afuera. Deséame suerte (sonríe hipócrita).

María Teresa: Tú no necesitas suerte, mi amor. La suerte no le llega a nadie, no existe. El triunfo o el fracaso es lo que cada persona se forja en su vida.

Melisa: Lo tendré en cuenta.

Madre e hija se despiden con un beso en la mejilla. Melisa sale de la mansión y se limpia fastidiada los labios, pues siente repulsión por María Teresa. Andrew la espera afuera del auto y como todo un caballero, le abre la puerta del copiloto a Melisa.



Andrew: ¡Estás preciosa Meli! (Sonríe).

Melisa: Gracias Andrew. Tú también estás muy apuesto, de hecho siempre lo estás (Le guiña un ojo seductoramente). ¿Nos vamos?

Andrew: Claro.

Los dos suben a sus respectivos asientos dentro del vehículo. Andrew enciende el auto.

Melisa: (sonriendo) Vamos a pasar una noche espectacular los dos solos.



Morticia: Querrás decir los tres solos mija.

Melisa voltea asustada y ve a Morticia en el asiento de atrás. La chica pega un grito aterrada al mismo tiempo de Morticia.

Andrew: ¡Ya, silencio! ¡Cállense las dos! ¡Silencio! ¡Cálmense! (Las dos callan).

Melisa (alterada): ¿Cómo puedes pedirme que me calme Andrew? ¿No lo ves? ¡Se metió una loca al auto! ¡Sácala!

Morticia: ¿Me estás llamando loca? Mira guapa, podrás tener una cara bonita, pero por encima se nota que eres una zorra marginal. Ya noté que te le quieres meter por los ojos a Andrew, como todas las de tu clase.

Melisa (sorprendida): ¿Pero qué significa esto? ¿Quién es esta vieja cacatúa Andrew? ¿Qué hace en el auto? Un momento… ¿Esta no es la loca que entrena a las modelos en la agencia?

Andrew: Disculpa que no la haya dicho antes Melisa. Efectivamente ella es Morticia Leblanc, la profesora que entrena a las modelos principiantes.

Melisa: ¿Y qué hace aquí?

Andrew: Le ocurrió una desgracia y acudió a mí. Ya ves que Morticia tiene sus años y no era conveniente que se quedara sola en mi apartamento. Por eso decidí traerla. Espero que no te moleste.

Morticia: (a Melisa) ¿Cómo lo ves muchachita?

Melisa: Yo no puedo creer esto Andrew. ¿Cómo esperas que no me moleste? Se trataba de una cita para los dos, para tú y yo solos (Se cruza de brazos molesta).

Andrew: Melisa, trata de comprenderme, por favor. ¿Qué hubieras hecho tú en mi lugar? Morticia es como una tía para mí. Yo la aprecio mucho. No creo que haya problema en que cene con nosotros.

Melisa suspira furiosa. Morticia la mira con unos enormes celos.

INT. / MANSIÓN JANSEN, COCINA / AL DÍA SIGUIENTE

Es de mañana en Dinamarca. Blanca está preparando el desayuno, mientras Hanna barre algo distraída. La chica observa el paisaje a través de la ventanilla ubicada en la cocina.



Blanca: ¿Te pasa algo Hanna? Te veo distante e ida.

Hanna: (reaccionando) ¿Me decías algo Blanca?

Blanca: (riendo) No, nada. Te preguntaba algo, pero ya me respondiste sin querer. ¿Qué te sucede muchacha? ¿Pasó algo ayer cuando fuiste a visitar al joven Oliver al hospital?

Hanna: Sí Blanca. Me pasó algo que no me esperaba, algo que me deja corta, sin saber qué hacer. Me siento perdida. Oliver me confesó algo que me tiene muy confundida.

Blanca (extrañada): ¿Y qué fue eso que te confesó si se puede saber? (Preparando el jugo de naranja).

Hanna: Oliver me dijo que me ama. Está enamorado de mí Blanca. Y nos besamos. No tengo idea de por qué le correspondí. Solo me dejé llevar. Tenía un sentimiento inexplicable de que ese momento nunca se acabara. Sentí que todo en mí se turbaba, me quería derretir en sus brazos.

Blanca: ¡Ay mi niña! Eso no puede ser otra cosa que amor. Tú también, aunque no lo reconozcas, te estás enamorando del joven Oliver. Por eso te sentiste así y le correspondiste cuando te besó

Hanna: No Blanca, eso no puede ser. Yo no estoy enamorada de Oliver. Yo sí lo quiero, pero de una manera diferente. Lo quiero como si fuera mi hermano (Dudosa).

Blanca: Sin duda veo que estás muy confundida, pero te daré un consejo. Nunca vayas le vayas a temar a lo que sientes. Sé libre. Con el tiempo, tú misma te darás cuenta qué es lo que sientes exactamente por el joven Oliver. Ya lo verás (le sonríe tierna).

En ese momento, Melisa entra a la cocina bastante altiva, como de costumbre.



Melisa: ¿Dónde está mi mamá Blanca? Fui a buscarla a su cuarto y la encontré.

Blanca: Ella salió muy temprano señorita. No me dijo a dónde iba. Sé que salió algo malhumorada, como con prisa.

Melisa se queda extrañada, al igual que Hanna.

INT. / APARTAMENTO DE DANIEL / DÍA

Daniel acaba de tener intimidad con una prostituta. La mujer sale del apartamento que está completamente vacío, en mal estado y cayéndose a pedazos. Daniel la acompaña hasta la puerta, sin camisa y con el jean desabrochado.



Daniel: (sonriendo) Vuelve cuando quieras mamacita (Le pega una nalgada).

La prostituta se va. Daniel cierra la puerta, pero a los segundos, alguien toca. Él sonríe creyendo que es la misma prostituta.

Daniel: ¡Vaya! ¡Qué rápido volvió!

Daniel abre la puerta, pero se asusta al ver a María Teresa, apuntándole con una pistola. María Teresa lleva puestas unas gafas de sol oscuras y una pañoleta.



Daniel (sorprendido): María Teresa…

María Teresa: (sonriendo) Hola Danielito. ¿No te agrada mi visita? ¿Qué pensaste? ¿Creías que era estúpida? (Cambia su expresión a una de seriedad).

Daniel (nervioso): Lo mejor es que bajes esa pistola, alguien puede resultar herido…

María Teresa: (riendo) No Daniel, eso no va a pasar. De verdad que eres un degenerado. ¿Cómo es posible que vivas en un lugar como éste para tener relaciones con prostitutas inmundas? Aunque no me sorprende. Vives como lo que eres. ¡Una rata miserable! Y de esa misma manera morirás.

Daniel: ¡María Teresa, no!

De repente, María Teresa aprieta el gatillo y le dispara en todo el corazón a Daniel. Él cae al piso, expulsando sangre por la boca.

María Teresa: ¡Te lo dije! ¡No sabías con quien te metías! ¡Imbécil! ¡A mí nadie me chantajea! ¡Púdrete! (Furiosa, le dispara dos veces más).

INT. / APARTAMENTO DE ANDREW / DÍA

Andrew está duchándose con agua caliente en el baño. Morticia lo espía con la puerta entreabierta.



Morticia: (saboreándose) ¡Por las santas calaveras! Pero si el Andrew está mejor de lo que yo pensaba, válgame Dios. ¡Qué biscocho! ¡Me lo comería todo enterito! Pero tienes que calmarte Morti, debes esperar el momento propicio.

Morticia continúa lasciva a Andrew. Él ignora la presencia de la profesora allí.

EXT. / CALLE / HORAS DESPUÉS

Hanna viene del mercado; acaba de comprar unas verduras para el almuerzo. Usa una pañoleta para cubrirse del sol, sostiene una canasta y viste sencilla. Por otra parte, en una carretera cercana, Andrew viene en su auto, hablando por celular.



Andrew: Sí Katherine, primero iré a recoger a Melisa a su casa y estaré en la agencia en dos horas como máximo. No te preocupes. Si Morticia te sigue molestando, hablaré con ella… Sí.

Hanna cruza la carretera por la que viene Andrew sin mirar a los lados. Éste cuelga el celular y acto seguido, frena para evitar atropellar a Hanna, aunque él no la reconoce. Del susto, Hanna deja caer la canasta de la que salen las cosas que compró en el mercado. Andrew se baja rápidamente para atenderla.

Andrew: ¿Se encuentra bien señorita?

Hanna: (dejando ver su rostro) Sí…

Andrew (sorprendido): ¡Hanna! Eres tú. Volvemos a encontrarnos (le sonríe). Me da mucho gusto verte de nuevo.

Hanna: Me gustaría decir lo mismo de usted si fuera en otras circunstancias, pero mire nomás. Las verduras, las frutas. Todo se arruinó (Frustrada).

Andrew (apenado): Te pido que me perdones, no fue mi intención. Venía hablando distraído por celular. Fue mi culpa, perdóname. Yo lo pago todo.

Hanna: ¿De verdad? (aliviada).

Andrew: Sí, es más. Yo mismo te llevaré al mercado para compres todo de nuevo y luego te llevaré de vuelta a tu casa. De todos modos, voy para allá. ¿Te parece?

Hanna: Me daría vergüenza, no lo sé…

Andrew: Por favor, no tienes por qué sentir vergüenza. El avergonzado soy yo. Déjame pagarte de alguna manera el accidente, por favor. Acepta.

Hanna: Está bien (sonríe).

Andrew le abre la puerta del copiloto a Hanna. Ella sube.

INT. / HOSPITAL, HABITACIÓN DE OLIVER / DÍA

Julián está visitando a su amigo Oliver. Oliver está sentado en la cama. Julián por su parte, está sentado en una silla al lado de la cama.



Julián: ¡Rayos! Esta vez te golpearon bien feo Oliver.

Oliver: Por Hanna sería capaz de esto y mucho más Julián. Ella es la única persona que ha sabido comprenderme, que me ha defendido, me ha levantado. Su ternura, su calidez, su esencia. Ella es tan indescriptible, tan hermosa…

Julián: ¿Y estás seguro que te enamoraste de tu propia hermanastra? Puede que sientas por ella otra cosa, afecto, cariño, no sé…

Oliver: No. Yo sé muy bien que siento. Yo amo a Hanna, la amo con toda mi alma. Esto no se trata de una simple atracción Julián, esto es algo más profundo, más especial… Hanna se convirtió en esa luz que me guía a través de un camino oscuro. Por ella soporto los maltratos de mi madrastra.

Julián: Bien, pues si tú lo dices, debe ser así. Pero ponte a pensar en algo. ¿Hanna siente lo mismo por ti? ¿Estás dispuesto a vivir amándola sin ser correspondido?

Oliver: Tal vez ahora no se dé cuenta, pero estoy seguro que ella también siente algo por mí. Lo sé, lo sentí cuando nos besamos…

Oliver sonríe con ilusión pensando en Hanna.

INT. / AUTO DE ANDREW / DÍA

Hanna está sentada en el asiento al lado de Andrew que conduce. Ya fueron al mercado para comprar los alimentos de nuevo y ahora se dirigen a la mansión.



Hanna: Muchas gracias por tu amabilidad Andrew. Tan solo nos conocemos de ayer y has sido muy bueno conmigo. Gracias.

Andrew: Todo lo hago con mucho gusto Hanna. Y me alegra que estés tomándome más confianza. Ya sabes que podemos ser muy buenos amigos.

Hanna: Claro (sonríe). ¿Y cómo le está yendo a Melisa en la agencia que manejas?

Andrew: Bien, sólo tiene que poner lo mejor de sí misma para corregir algunos detalles. Tu hermana tiene mucho potencial. ¿Te llevas bien con ella?

Hanna: No mucho. Somos diferentes en la forma de pensar. Lo único que tenemos en común es el gusto por el modelaje (Ríe).

Andrew (sorprendido): ¿En serio? ¿Tú también aspiras ser modelo?

Hanna: Sí, pero por mi parte, es un sueño difícil de realizar. Ahora no tengo los medios, ni los recursos para emprender como modelo. Al menos Melisa está entrenándose para ello y recibe clases de civismo y glamur con profesores particulares pagados por mi mamá. Ella tiene más futuro que yo.

Andrew: ¡Para nada! Tú eres una chica hermosísima Hanna, eres preciosa, encantadora... Tienes el perfil, el porte necesario para ser toda una modelo prometedora.

Hanna (emocionada): ¡Ay Andrew! Me siento halagada con esas cosas tan bonitas que dices de mí, pero como te acabo de decir ahora no dispongo de los recursos para ser modelo. Ese siempre fue mi sueño, ser reconocida, lucir ropa fina, ser admirada, pero las cosas no son tan fáciles (triste).

Andrew: Si de eso se trata, no te preocupes. Si tienes un sueño, una pasión hay que alcanzarlo y yo te daré las alas que necesitas para volar.

Hanna (extrañada): ¿Qué me quieres decir?

Andrew: Yo seré esa persona que te llevará a la cima Hanna. Te voy a apadrinar para que llegues a ser una top model reconocida. Vas a ser parte de mi agencia y en poco tiempo, con un  esfuerzo y buena preparación, serás la modelo más codiciada del país. Ya lo verás.

Esto deja completamente sorprendida a Hanna.

INT. / MANSIÓN JANSEN, DESPACHO / DÍA

María Teresa está sentada en el escritorio, revisando unos documentos. Conversa con Melisa, que está sentada al otro extremo, cruzando las piernas.



María Teresa: ¿Dices que no pudiste seducir a Andrew por la tal Morticia?

Melisa: Así es. No sabes la ira que me dio mamá. Con esa vieja entrometida no podía hacer nada de lo que tenía pensado. Y lo peor es que están viviendo juntos. ¡Vieja loca! ¿Mamá me estás escuchando?

María Teresa: Sí Melisa, te estoy escuchando, pero ahora me gustaría estar sola. Tengo cosas que hacer. ¿Por qué no esperas a que Andrew venga a recogerte para llevarte a la agencia?

Melisa (impaciente): Aún no llega. Se está demorando mucho. Hace media hora debía estar aquí.

En ese momento, Melisa escucha que un auto llega a la mansión. La chica se levanta a mirar por la ventana.

Melisa: ¿Y esto qué significa?

María Teresa: ¿Qué pasa ahora?

Melisa: Pasa que Andrew acaba de llegar con Hanna en su carro. Pero me van a tener que explicar...

Melisa sale furiosa del despacho. María Teresa sale tras Melisa. Las dos llegan a la sala de la mansión, encontrándose con Hanna y Andrew. Hanna sostiene la canasta.

Melisa: Hola Andrew. ¿Será que me puedes explicar qué hace Hanna contigo? ¿Por qué los dos llegaron juntos en tu auto?

Hanna: Yo lo puedo explicar...

Melisa: ¡A ti no te pregunté estúpida!

Andrew (sorprendido): ¡Melisa! ¿Cómo puedes tratar así a tu hermana? Cálmate. Por encima se nota que estás iracunda.

María Teresa: Disculpa a Melisa, Andrew. Está alterada porque pensó que te había pasado algo malo en el camino para que te hubieras demorado. ¿No es así Melisa?

Melisa: Sí, sí. Discúlpame Andrew. Me altero fácilmente.

Andrew: Deberías aprender a controlar ese tipo de emociones Melisa. Me demoré porque me encontré en el camino con Hanna. Ella venía del supermercado y yo por accidente, casi la arrollo. Por suerte no fue así y me ofrecí a traerla hasta aquí. Es todo.

María Teresa: ¿Lo ves Melisa? No tienes por qué precipitarte a pensar de la peor de las tragedias. Andrew está bien y Hanna también (sonríe falsa).

Melisa: (con ironía) Sí, qué alivio tan grande. Bien, pues ya que estás aquí Andrew, no perdamos más tiempo y vámonos para la agencia.

Andrew: Antes quiero comunicarles algo tanto a ti Melisa como a ti María Teresa. Es relacionado con Hanna. De ahora en adelante, ella también será parte de mi agencia y comenzará a tomar clases para entrenarse como modelo. Quiero convertirla en una de las modelos más sofisticadas del país.

La noticia deja sorprendidas a María Teresa y Melisa, quienes se miran entre sí. Hanna con timidez, agacha la cabeza.

Melisa: Pero Andrew, tú no puedes hacer eso. Hanna no merece ese tipo de atenciones. ¿En serio crees que puede llegar alto como modelo?  Todo lo que inviertas en ella se va a perder, date cuenta.

Andrew: Yo no lo veo de esa manera Melisa. Yo veo en Hanna el perfil, el carácter necesario y sobretodo, la disposición. Confío en que no me decepcionará. Al igual que tú, ella tiene derecho de realizarse, a superarse. ¿Tú qué opinas María Teresa?

María Teresa: La verdad no sé qué decir Andrew. Hanna no me había comentando antes que tenía esa aspiración (miente). Pero si ella quiere, no tengo ningún problema. De hecho, me parece una excelente idea para que se ocupe en algo productivo, con lo que pueda salir adelante.

Andrew: Perfecto, pues siendo así para mañana mismo Hanna comenzará a tomar sus clases en mi agencia. Pondré para ella los mejores profesores.

Hanna le sonríe tímidamente a Andrew, pero guarda silencio. Melisa los mira fulminantes, comienza a respirar agitada y decide irse de allí. La chica, inmersa en ira y celos se encierra en su cuarto donde comienza a tirar todos los objetos que encuentra a su paso.

Melisa: ¡Estúpida, desgraciada! ¡Te odio Hanna! ¡Te odio! Siempre me quitas todo lo que quiero. ¡Todo! Tú me arrebataste el amor de mi papá, pero no te lo voy a seguir permitiendo.

María Teresa entra al cuarto e intenta calmar a su hija.

María Teresa: ¡Ya Melisa! ¡Cálmate! ¡Cálmate de una buena vez! (La zarandea).

Melisa se derrumba a llorar en el piso.

María Teresa: ¡Mírate, por Dios! Te ves patética, a leguas se te notan los celos. Tienes que aprender a controlarte si no quieres meter la pata con Andrew.

Melisa: ¡Odio a Hanna! ¡Odio a esa mosca muerta! No sé cómo logró convencer a Andrew para que la metiera en la agencia. Y tampoco entiendo por qué lo permitiste.

María Teresa: ¿Eres estúpida? Tenía que hacerlo para que Andrew no pensara mal. Si me hubiera negado, habría pensando que tengo preferencias con mis hijas.

Melisa: ¡Yo no estoy dispuesta a compartir nada con Hanna, mucho menos mi profesión! ¡No quiero!

María Teresa: Si eso quieres, está bien. Ya veremos qué hacer más adelante para que Hanna desista de ser modelo. Además tampoco creo que llegue muy lejos, ni mucho menos que intente seducir a Andrew. Es una tonta a la que le falta decisión. No tienes por qué angustiarte.

La mirada de Melisa se torna a una llena de odio desmedido. Respira agitada. De esa manera, van pasando los meses. Se intercalan diferentes escenas. Hanna recibe todos los días clases de glamur en la agencia de modelaje. Las mejores profesoras le enseñan a mantener el equilibrio caminando con tacones y un libro sobre la cabeza, a mantener la barbilla altiva, el busto levantando y a caminar con elegancia. Entre esas profesoras, está Morticia Leblanc que se comporta muy amable con Hanna, mientras que a Melisa, la trata con severidad.

Hanna comienza una nueva vida como modelo. Poco a poco, comienza a hacer parte de importantes pasarelas nocturnas, luciendo elegantes y costosos vestidos de seda, hechos por los mejores diseñadores. Los fotógrafos no se hacen esperar para capturarla con sus cámaras. El rostro de la chica se hace popular en las más conocidas revistas fashion de Dinamarca, posa para sesiones de fotos, desbordando una enorme sensualidad y feminidad. Andrew la acompaña a varias de esas sesiones, mirándola con fascinación.

Por su parte Melisa, aún no triunfa como modelo, cosa que le frustra y enfurece al ver como su hermana es el centro de los medios de comunicación. Y aunque trata de seducir a Andrew, éste no le presta la menor atención.

Oliver sale de hospital, recuperándose satisfactoriamente de sus golpes, sin embargo nota el distanciamiento de Hanna.

CUATRO MESES DESPUÉS

INT. / CENTRO DE MODAS / NOCHE



Hanna está en una de sus tantas pasarelas. En esta ocasión, luce un vestido largo de color rojo, que descubre sus hombros y su cuello, marca sus caderas. El cabello lo tiene suelto, cepillado y brillante. Usa un antifaz, pero sus labios provocativos, pintados de rojo oscuro, se pueden ver. Su manera de caminar, de desenvolverse en la tarima es admirada por todos los asistentes al evento de modas. Entre esos asistentes, está María Teresa y Melisa, que son las únicas que miran muy disgustadas.



Melisa: ¡Ya no soporto estar un minuto más aquí mamá! Quisiera subir a esa tarima y darle lo que se merece a esa desgraciada.

María Teresa: (sonriendo forzada) Guarda compostura Melisa. Recuerda que este es un sitio público, hay fotógrafos y periodistas. No me hagas avergonzar.

Minutos después, el evento termina. Hanna ocupa su camerino, un camerino sólo para ella. Lleva puesta una bata blanca, sentada en una banca frente al espejo. En eso entra Andrew.



Andrew: ¿Se puede Hanna?

Hanna: (sonriendo) Claro que sí Andrew. Pasa.

Andrew: (adentrándose al camerino) Vine para varias cosas. Entre ellas para felicitarse. Como siempre estuviste fabulosa. Fuiste el alma del evento. Todos quedaron encantados. Tanto así que opacaste a las demás modelos.

Hanna: (riendo) Gracias Andrew, pero corrige eso de que opaqué a las demás chicas. Todas estuvieron excelentes, dando lo mejor de sí mismas.

Andrew: Sí, tienes razón. Hanna, la otra cosa por la que vine es porque quiero hacerte una propuesta, una propuesta única, que te va a abrir nuevos horizontes en tu carrera.

Hanna (extrañada): ¿Qué clase de propuesta es?

Andrew: Hay una marca de perfumes en Francia, una marca súper reconocida. Ellos han visto tu talento y quieren que seas la imagen de su próxima fragancia. ¿Te gustaría aceptar?

Hanna se queda sorprendida por esa propuesta.

CONTINUARÁ…

Al ratico que termine de leerla te comento   

Hanna ha triunfado como ella sola se lo merece, por su gran esfuerzo, talento, belleza y nobleza pero eso no se lo perdonarán ni su madre ni su hermana.

Ahora tiene la oportunidad de irse pero dejará solo a Oliver.

Qué risa con la Morti, espiando a Andrew cuando se baña jajaj

Cuando aparezca el cadaver del sobrino de Blanca, ojalá empiecen a sospechar de María Teresa ya que ella preguntó por su dirección.

En espera del siguiente capitulo que esto cada vez se pone mejor.

Muchas gracias por tu comentario Gloris. Efectivamente Hanna triunfó como modelo, pero esa será su perdición, porque de adelanto te digo que lo que se viene para Hanna no es nada bueno

Morti es una pedófila, por eso está tan encaprichada con Andrew

Le diste en un buen punto a la historia. Ya pasaron cuatro meses desde que María Teresa mató a Daniel, pero nunca le avisaron a Blanca de su muerte.

Morti una pedófila  jajaj  

Más tarde te leo

Cuando puedas Joana. Espero tus comentarios

Guao jejeje Hanna esta triunfando y la estupida de su hermana celosa jajajajaja. Lo unico malo es que a lo mejor Hanna acepte y deje a Oliver solo :ccc

Ya decia yo que la asesina de Maria Teresa mataria a Daniel jejejeje...

Me encanta en espera del proximo capitulo *--*

Muchas gracias por comentar Robert. Así es, Hanna con su belleza a inteligencia ha logrado llegar alto, cosa que a Melisa le molesta y ese odio que ella siente hacia su hermano, dará un giro en el siguiente capítulo.

Sí, María Teresa logró ingeniárselas para matar a Daniel. Esa es una subtrama que aún no termina.

Muy Bien me gusto mucho. Felicitaciones.

Gracias Efren. Me alegra tenerte de lector

Me gustó mucho este capítulo Oliver nota el distanciamiento de Hanna, cosa que hará que él se decepcione, ahora si Hanna acepta ir a Francia con Andrew, las cosas se terminarán de dañar Y la furia de Melisa crecerá

Será capaz María Teresa de matar a su propia hija? No lo dudo, es tan mala. Sin crueldad asesinó a sangre fría a Daniel, será que Blanca se irá a dar cuenta? Es probable, pues ella le pidió de repente la dirección . Ojalá si se descubra.

Es bueno que Hanna esté triunfando, pero a la vez malo, pues así el odio desmedido de Melisa no se acabará, aunque ella no tiene por qué odiarla y sentir celos, debería antes reconocer entonces que su hermana es mucho mejor modelo que ella, sin embargo obviamente Melisa no reconocerá eso. Ya veré lo que pasará.

Cuando pueda me paso al capítulo 5

Muchas gracias por tu comentario Danni, qué bueno que te gustó el capítulo. Sí, lo que pasa es que Hanna está temerosa de lo que siente por Oliver, por eso se alejó de él.

Sí, María Teresa es una mujer muy mala, es posible que tenga la sangre tan fría como para matar a Hanna como dices, quien sabe. Ya sabrás si en el próximo capítulo es posible que Blanca descubra que María Teresa mató a Daniel.

El triunfo de Hanna como modelo, será la razón por la que Melisa la odiará más.

Cuando puedas, pásate a leer el capítulo 5