Secretos de la abuela [Relato]

Con:

Maité Perroni como Maité



Zully Montero como La abuela Zullly



Lambda García como Lambda, el novio de Maité



Fernando Colunga como Fernando



Gabriela Vergara como Gabriela



Una noche, una oscura y fría noche, Maité y su novio Lambda fueron al cementerio local del pueblo. Recientemente el tío de Lambda había fallecido. Era un hombre que había pasado sus últimos días amargos, podrido en dinero. Nunca hizo obras de caridad y siempre estaba encerrado en su tétrica mansión; por ese motivo, sus vecinos decían todo tipo de leyendas de él, desde que era un vampiro hasta que tenía un pacto con el diablo. Al hombre lo habían sepultado con una costosa cadena y múltiples anillos colocados en sus dedos. Las alhajas valían muchísimo y Lambda tenía la intención de desenterrar el cadáver para robarlas, venderlas e irse de viaje con Maité muy lejos, viviendo una vida rodeada de lujos por un tiempo. Aunque a Maité no le agradaba la idea, se la acolitó a su novio por amor. Esa noche, mientras él hacía su labor, ella lo esperaba en la entrada del cementerio con una linterna, hecha un manojo de nervios, puesto que le aterraba la idea de que la policía los descubriera.

Maité se imaginó todo aquella noche, menos lo que estaba a punto de acontecer. Un grito desgarrador de Lambda la espantó. En aquel instante, una patrulla de policías se acercó. Eran dos hombres que también habían oído el grito. Maité les pidió ayuda y cuando se adentraron al cementerio, se encontraron con el petrificado cadáver de Lambda cerca a la tumba de su tío. Todo el mundo de Maité se derrumbó en esa sola noche. La única sospechosa del asesinato era ella y fue llevada a prisión durante un año.

Fue gracias a la falta de pruebas que Maité recuperó su libertad. La chica aún no podía recuperarse mentalmente de la muerte tan misteriosa de su novio y de lo que había tenido que padecer en la cárcel con sus compañeras: abusos laborales y sexuales.

Maité se había convertido en una persona retraída, desconfiada de quien la rodeara. Logró conseguir trabajo como empacadora en un supermercado a pesar de haber sido una ex presidiaria y vivió en el modesto cuarto de una pensión. Un día, recibió una llamada inesperada de su abuela Zully, que la había dejado abandonada en su terrible situación. Maité por supuesto no llevaba una buena relación con ella y de hecho nunca la habían tenido, pero decidió aceptar la propuesta que su abuela le había hecho: irse a vivir con ella una temporada para despejar su mente.

La casa de la abuela Zully era muy grande. Estaba ubicada en medio del bosque. Tenía un ambiente muy acogedor y fresco, pero la fachada de la casa daba otra impresión, que al llegar, Maité pudo notar al instante. La sensación que le producía era inexplicable, pero muy profunda; le producía desconfianza y algo de terror. El recibimiento no fue muy bueno por parte de sus dos primos Fernando y Gabriela, que con solo verla, la miraron con recelo. Por el contrario, Zully la recibió muy bien. La mujer ya se sentía algo enferma y estaba preparando todo lo relacionado con el testamento por esos días.

La primera noche, Maité no logró conciliar el sueño. Su cuarto estaba ubicado en el segundo piso de la casa, alejado de los otros. Sentía a cada instante un frío intenso, ni aunque se abrigara bien. Sentía que la miraban, que la observaban desde diferentes ángulos y la sensación de desconfianza aumentaba. Eso mismo pasó cada noche en que Maité habitó la casa. Poco a poco, las miradas ya no se limitaban en las noches frías, sino también que ya las sentía en el día sin importar en qué lugar de la casa estuviera, pero a pesar de eso, ella no mencionó nada y comenzó a pensar que era producto de su trastorno.

Un día, Maité estaba en la biblioteca, leyendo un libro y encontró en uno de los estantes un sobre. Ella en medio de su extrañeza lo abrió y leyó aterrada lo que decía: “La causa de la muerte de tu novio está más cerca de lo que crees”. Era un anónimo, que sin duda la había dejado perturbada, pero no fue el único que recibió. Cada día encontraba más sobres que decían lo mismo sobre su cama, firmados en sangre, sin embargo ella no entendía la relación que existía entre la muerte de su novio y que justamente los anónimos aparecieran en casa de su abuela.

En una noche de tormenta, otra noche en que la joven no lograba conciliar el sueño, escuchó desde su cuarto un ruido. Ella no dudó en levantarse para ver qué era y su impacto fue mucho al ver al final de las escaleras el cuerpo sin vida de su prima Gabriela con los ojos abiertos y sangrando. Maité aterrada, fue hasta el cuarto de su abuela para comunicarle lo que sucedía, pero entre más insistía, nadie le abría. Al devolverse, ya no encontró por ninguna parte a Gabriela, ni siquiera rastros de sangre.

Por supuesto, al día siguiente se reportó la desaparición de Gabriela a la policía. Zully empeoró de salud frente a eso. Por primera vez, Fernando le dirigió la palabra a Maité, pero sólo fue con ánimo de acusarla de la misteriosa desaparición de su prima, además de exigirle que se fuera de la casa, puesto que la veía como un obstáculo para ser el único heredero de las propiedades de Zully; esa era su más grande obsesión desde adolescente. Maité pudo sospechar en primer momento de él y lo relacionó con los anónimos y la desaparición de Gabriela, pero lo veía demasiado obvio.

Con el paso de los días, la tensión fue creciendo, pues Fernando ya no dejaba de intimidar a Maité y Zully fue enfermando cada vez más hasta el punto de no poder levantarse de su cama. Lo peor de la situación fue que Fernando no permitió que los empleados ni que mucho menos Maité llamaran a un médico para examinar a la anciana. Parecía que lo que él quería era acelerar la muerte de su abuela para heredar su parte correspondiente.

Esta situación sin duda ponía a prueba a Maité, pero al contrario de cómo se esperaba, ella mostró su capacidad para tolerarla y ser paciente, aunque en el fondo sabía que llegaría un límite en que ya no podría soportar más y precisamente eso fue lo que pasó con la repentina muerte de su primo Fernando, cuyo cadáver apareció putrefacto luego de dos semanas de desaparecido en el bosque. Justo el día en que fue sepultado, una misteriosa empleada puso en desconcierto a Maité. La mujer era bien misteriosa, a parte de que no estaba en sus cinco sentidos y se caracterizaba por decir incoherencias y cosas fuera de lugar. Cuando Maité se acercó al ático, la empleada se alteró en gran manera diciendo que ese era el lugar prohibido de la Sra. Zully, un lugar en el que había cosas feas. Por supuesto, Maité no se quedó con la incertidumbre de saber qué clase de misterio se había tornado en su vida y llegó a pensar que en el misterioso ático encontraría muchas respuestas a sus miles de cuestiones.

En esa noche de tormenta, a las doce y media, la joven entró a ese lugar prohibido sin miedos que la ataran. No encontró nada que pudiera serle útil, hasta que sin querer, descubrió una compuerta  muy pequeña y estrecha, que por suerte logró atravesar. Allí vio varias muñecas viejas y desbaratadas colgadas en el techo, papeles, basura, pero lo más impactante de todo fue ver guardado en un armario a Gabriela muerta, podrida, con un olor insoportable. La chica gritó aterrada y se encontró al dar vuelta con su abuela Zully, observándola con una mirada fría y penetrante y con un excelente estado de salud. Inmediatamente, la anciana la golpeó brutalmente en la cabeza con un candelabro.

Cuando Maité despertó, estaba en un hospital, con una enfermera cambiándole el suero. El doctor encargado de ella, le dijo que había estado en coma durante un mes, puesto que había tenido un terrible accidente automovilístico, del que milagrosamente sobrevivió. Fue después de unos días que se enteró que su abuela Zully había muerto exactamente en el mismo día en que ella cayó en coma. Por alguna razón, Maité recordaba el momento en que había entrado al ático, pero también recordaba el accidente. El estado se quedó con todas las propiedades y bienes de Zully.

Luego de pasado un año, a pesar de todo lo vivido, Maité logró reiniciar su vida desde cero. Se convirtió en una maestra de primaria, pero esa sensación fría y de desconfianza jamás de apartó de ella y sentía como cada noche era observada por alguien, aunque allí no estuviera presente nadie.

Wow 10 puntos por la presentación Aleja, luego con calma te leo y te cuento. Suerte.

Qué bueno, daba miedo, muy buena narración Aleja, al final la vieja era la asesina, y parecía la buena.

Maite casi se vuelve loca... pobrecilla.

Bueno que te comento... muy interesante el relato, narración casi perfecta, sólo una pega, repetiste otra vez lo del cementerio... tal vez deberías haber cambiado el lugar del suceso porque recuerda al relato anterior la primera parte. Por lo demás te felicito. Suerte

Guau y archirequetecontramegasuperultraextraguau, Aleja, me encantó!!!   

Qué buen relato!!! Me gustó mucho . Muy interesante y llamativo, también logré sentir algo de miedo. Muy buena la presentación también .

Yo más al rato presento el mío .

Pspain escribió:Qué bueno, daba miedo, muy buena narración Aleja, al final la vieja era la asesina, y parecía la buena.

Maite casi se vuelve loca... pobrecilla.

Bueno que te comento... muy interesante el relato, narración casi perfecta, sólo una pega, repetiste otra vez lo del cementerio... tal vez deberías haber cambiado el lugar del suceso porque recuerda al relato anterior la primera parte. Por lo demás te felicito. Suerte

Muchas gracias Pedro por tus palabras. Me alegra que te haya gustado el relato. Quise hacerlo lo más detallado, breve y conciso posible, además de transmitir el misterio en el quedó la historia, porque si la abuela Zully era la asesina, ¿qué intenciones o motivos tenía para haber matado a Lambda? ¿Por qué quería atraer a su nieta Maité a su casa?

Sí, jajajaj, creo que pude haber ambientado en lugar diferente al cementerio, pero no se me ocurrió en donde más.

Gloria escribió:Guau y archirequetecontramegasuperultraextraguau, Aleja, me encantó!!!     

Gracias mi Gloria. Me alegra que te haya gustado

Danni escribió:Qué buen relato!!! Me gustó mucho . Muy interesante y llamativo, también logré sentir algo de miedo. Muy buena la presentación también .

Yo más al rato presento el mío .

Muchas gracias Danni por el comentario. Me alegra que te haya gustado. Precisamente quise transmitir el miedo y el misterio que imprimí en el relato.

Espero tu relato más tarde.

Me encanta el relato. La presentación es perfecta además de que es bastante terrorífico también.

Gracias Joana. Me alegra que te haya gustado la presentación y el relato

Vaya relato. Para que luego digan que uno no puede descartar posibilidades por edad avanzada.

Gracias Fran. Sí, quedó la incógnita de saber si Zully era la asesina o no del relato