Capitulo 13: El odio de Anibal

Celda de Aníbal.
Doña Victoria viene a verlo.

ANIBAL: ¡Mamá!
VICTORIA: (le toca las manos) ¡Hijo! ¡Jurame! Jurame que todo es mentira y no lo mataste! Jurame que no mataste a tu padre!
ANIBAL: ¡Te lo juro mamá! (Pensando: Esa maldita sirvienta y el maldito de Gabriel lo van a pagar muy caro! Muy caro!)
VICTORIA: Entonces ¿por qué te declaraste culpable hijo? ¿Por qué lo hiciste?
ANIBAL: (suspira) Por imbécil mamá... Me tienen que sacar de aquí, mamá! Si sigo aquí me voy a volver loco.

Llega Pablo.

PABLO: Eso lo habías pensado antes de matar a tu propio padre. La visita acabó. Se puede retirar señora!
VICTORIA: ¡Cuidate hijo!
ANIBAL: ¡Adiós mamá!
Doña Victoria se va.


***

En la celda de Irma.
Marcos viene a visitarla.

MARCOS: ¡Irma! (le toca las manos)
IRMA: ¡Marcos! Te juro que soy inocente!
MARCOS: Lo sé. Voy a hacer lo imposible por sacarte de aquí. No te preocupes!
IRMA: No quiero que mi hijo nazca en este lugar.
MARCOS: Eso no va a pasar. ¡Tranquila!

***

Enfrente de la delegación.

RAFAEL: (ve salir a Doña Victoria) ¡Ahora! ¡Siguela!
Saúl arranca y siguen el coche dónde estaba Doña Victoria.

***

Celda de Anibal.
Lo visitan Reynaldo y Gabriel.

PABLO: Tienen 5 minutos! (se va)
REYNALDO: (se acerca mirandolo con odio) ¡Así que fuiste tú! Si no estuvieran estas rejas te rompería la cara!
GABRIEL: (lo agarra) ¡Tranquilo hermano! (mira también con odio a Aníbal)
ANIBAL: ¡Yo no maté a mi padre! La que lo hizo fue la maldita sirvienta!
GABRIEL: (furioso agarra las rejas sin poder llegar a él) ¡NO LE DIGAS ASI! Yo sé la verdad y voy a hacer que te pudras aquí! Eso se merecen las ratas como tú!
REYNALDO: (agarra a Gabriel) ¡Tranquilo hermano!


Llega Pablo.

PABLO: Acabó la visita!
Gabriel furioso enseña con el dedo a Aníbal. Reynaldo y Gabriel se van.

***

Celda Irma.
Viene Octavio.
OCTAVIO: ¡Ya acabó la visita!
MARCOS: No te preocupes. Te voy a sacar de aquí!
Marcos se va. Irma queda llorando.

***
SEGUNDO DIA.
Mansión Diaz-Castro.
Don Cesar va a la mansión de su mujer. Baja Doña Victoria.

VICTORIA: (ve a Cesar) ¿Tú aquí??
CESAR: (voltea y aparta el puro de la boca) ¡Victoria! (felíz de verla)
VICTORIA: (baja las escaleras y se acerca a él) ¿Cómo supiste mi dirección? ¿Por qué me buscas despues de tantos años?
CESAR: Como lo sé no importa. Te busqué porque aún te amo. Nunca te he olvidado.
VICTORIA: ¿Y no te preguntaste si tengo marido, hijos... ?
CESAR: Muchas veces. No pude dejar de pensarte... (se acerca a ella y la coje por la cintura pegandola a él)
VICTORIA: (se derrite al sentirse abrazada por el único hombre que amó) ¡Ahh! yo también te amo y siempre te amé...
CESAR: (se acerca a sus labios) ¡Por fín! ¡Por fín lo reconoces! (la besa) ¿Que vas a hacer con tu familia?
VICTORIA: No sé... no lo sé... Uno de mis hijos está preso.
CESAR: (Pensando: ¿Así que por eso estaba en la delegación? ) ¿Que pasó? ¿Que hizo?
VICTORIA: Nada... una maldita sirvienta asesinó a mi marido y le echó la culpa a mi hijo. Pero por suerte ella tambien se encuentra detenida ¡gracías a Dios! (Pensando: Alomejor sería bueno que Cesar sepa de sus hijos!)
CESAR: Ohh... ¡que pena! (Pensando: Así que está viuda... ) ¿Eres viuda? (medio sonriendo)
VICTORIA: Sí... por desgracia. (notando su sonrisa)
CESAR: No lo puedo creer que dejaste de amarme.
VICTORIA: ... hace mucho. (Pensando: ¡No! ¡Núnca te olvidé!) ¿Podrías ayudar a mi hijo Aníbal?
CESAR: Apostaba que me pidieras eso. (sonrie malevolamente) ¿Y yo que gano a cambio?
VICTORIA: Pideme lo que quieras. Por mi hijo doy hasta mi vida.
CESAR: JaJaJa (rísas)... tú núnca has sido tan maternal chulita!
VICTORIA: No me digas así, que odio eso!
CESAR: Ok... entonces dame mi ganancia y saco a tu hijo de la carcel.
VICTORIA: (Pensando: Si supieras que también es tu hijo, perdido!) Ok... (suspira) pideme lo que sea!
CESAR: (coje a Victoria por la cintura y la pega a él) ¡A tu cuarto... (la besa) ahora mismo!

Victoria se deja llevar.
Cesar la coje y la lleva a su cuarto.


***

Mansión de Don Cesar.
Llega Marcos a buscar a su padre, pero tiene un encuentro con sus gorilas.
MARCOS: ¿Dónde está mi padre?
RAFAEL: No sé... (fumando)
MARCOS: ¡Deja esa cara de tarado y dímelo!
RAFAEL: ¡Ya calmate hombre! Don César no me dijo adónde fue.
MARCOS: ¡Perfecto! Lo espero. (se echa en su silla)
RAFAEL: (Pensando: Muy pronto seré el dueño de todo esto y te voy a botar como a un perro!) ¡Haz lo que te plazca!
Rafael se va.


Continuará...