Capitulo 23: Reynaldo y Diana estan localizados
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Capitulo 23: Reynaldo y Diana estan localizados
Capitulo 23 - Reynaldo y Diana estan localizados
Segundo día.
En la delegación.
Marcos viene a ver a Saúl. En la sala de visitas Pablo trae a Saúl.
PABLO: Tienen 15 minutos! (se retira)
MARCOS: ¡Hermano! (lo abraza)
SAUL: (lo abraza también) ¡Marcos! ¿Y mi papá? Cláro... yo núnca le he importado.
MARCOS: ¡No digas eso! Justamente vengo a decirte que voy a ser tu abogado. Haré hasta lo imposible para que salgas de este lugar.
SAUL: Si te mandó mi papá prefiero estar preso.
MARCOS: No me mando nadie. Vine solo. No puedo permitir que mi hermano esté preso.
SAUL: ¡Te juro que soy inocente! Otra persona estaba en el lugar de los hechos y esa persona fue quién disparó! Estoy seguro de eso!
MARCOS: ¿Tienes alguna prueba? Porqué la prueba de la parafina salió positiva. Tú tocaste el arma.
SAUL: (desesperado) Lo sé. Con esa arma forcejeamos, pero no fue el arma con la cuál se disparó. Te dije que en la oscuridad había alguien más.
MARCOS: Está bien. Te creo, hermano. Pero a mí me será un poco difícil demostrarlo, pero no imposible. ¡Te lo juro que te voy a sacar de aquí!
SAUL: ¡Gracías hermano!
Los dos se abrazan.
PABLO: ¡Ya han pasado los 15 minutos!
MARCOS: ¡No te desesperes hermano!
Marcos se va con Pablo.
PABLO: (a Saúl) ¡Tú espera aquí! Tienes otra visita!
Pablo se retira y hace pasar a Sofía.
SOFIA: ¡Mi amoor! (lo abraza fuertemente)
SAUL: ¡Sofía! (la abraza también)
SOFIA: ¡Perdóname! Perdóname por siquiera pensar que lo mataste! (bota unas lágrimas) Te creo ¡mi amor! Siempre estaré contigo pase lo que pase!
SAUL: (le coje la cara haciendo que se miren a los ojos) No tengo nada que perdonarte ¡mi amor! Estabas en todo tu derecho de pensar eso de mí. No me cree ni la policía. Sabes... estuvo hace rato mi hermano Marcos. Será mi abogado. Me cree, pero le será un poco difícil probar mi inocencia. Todo fue planeado de manera que me acusa.
SOFIA: ¡No te desesperes mi amor! Ya verás que pronto saldrás en libertad! De cierta manera me siento culpable...
SAUL: ¿Por qué dices eso mi amor?
SOFIA: Porqué si tú no me hubieras defendido nada de esto te hubiera pasado. (bota unas lágrimas)
SAUL: ¡No digas eso! Si no te hubiera defendido, ese imbécil de hubiese violado. En mi vida lo podía permitir! Primero muerto!
SOFIA: (lo abraza) ¡Gracías por haberme defendido! Y no te preocupes! Pronto vas a salir! ¡Te lo juro!
Los dos se abrazan. Saúl le besa dulcemente porqué ya extrañaba los besos de su amada. Éran lo único que lo mantenían vivo en esa pesadilla.
PABLO: ¡Ya pasó el tiempo de visita!
Los dos se separan poco a poco.
SOFIA: ¡Te amo! Jamás lo dudes.
SAUL: Yo también mi niña.
Sofía se va.
Saúl mira el anillo de compromiso. Cierra los ojos un instante y sus mejillas se inundan de lágrimas.
***
En la isla
Reynaldo y Diana están perdidos en la isla.
REYNALDO: Mi amor ¿qué tal si regresamos a la avioneta y así reviso si puedo establecer alguna conexión con la civilización?
DIANA: ¡Vamos mi amor! Te acompaño.
Reynaldo y Diana van a encontrar los restos de la avioneta.
Reynaldo encuentra los restos de la avioneta. Coje la estación de radio y la saca de la avioneta.
REYNALDO: Mm... tengo que arreglarla. ¡Aver!
Reynaldo intenta restablecer una conexión.
REYNALDO: ¡Torre de contról! ¡Base! Aquí Díaz-222!
Logra restablecerse la conexión y le viene la respuesta.
-Torre de Contról recepcionado! Díaz-222 ¿dónde te encuentras?
Reynaldo coje el microfóno y habla por la estación.
REYNALDO: Estamos perdidos en el medio de una isla en el Golfo de México.
-Enseguida mandamos refuerzos. ¡No pierdan la calma!
Reynaldo y Diana se ponen félices.
DIANA: Estamos a salvo ¡mi amor! (lo abraza)
Diana lo besa rodeando su cuello con sus brazos. Reynaldo la abraza y la besa.
REYNALDO: ¡Sí mi amor! ¡Lo logramos!
Reynaldo se deja encima de Diana dandole muchos besos.
***
Departamento de Cristal
Aníbal está acostado en la cama. Cristal lo abrazaba.
CRISTAL: Te noto preocupado mi amor... ¿qué te pasa?
ANIBAL: (suspira) Simplemente espero que muy pronto se lea el testamento de mi padre. Pero eso va a pasar cuando mi hermanastro Reynaldo llegue de su "luna de miel" (irónico) Bonito momento se escogió...
CRISTAL: Y si a Reynaldo le habrá pasado algo? Hace días ví en las noticias una avioneta que se cayó...
ANIBAL: ¡No invocas al demonio! (sonríe malvadamente) Si la avioneta que se cayó éra la de mi hermanastro, halagado sea el Diablo! (sonríe malevolamente)
CRISTAL: ¡Ay, pero que diabolico despiadado puedes ser! (se le pone encima) Pero así me gustas! (lo besa)
***
Mansión Díaz-Castro
En la puerta alguien suena al timbre. La nueva sirvienta va y abre. Doña Victoria estaba tomando su té en la sala. César entra y se acerca a ella.
SIRVIENTA: ¡Disculpe, señora, pero el señor vinó a verla!
VICTORIA: (se levanta, voltea y ve a César) ¿Tú aquí? Creí que fui muy clára la última vez que hablamos.
CÉSAR: No pienso regresar contigo, ni conquistarte, ni manchar el nombre de tu marido ¡que en paz descanse! (se hace el señal de la cruz). Sólo vengo a que me digas el nombre de mi hijo! O al menos saber dónde está!
VICTORIA: ¿De qué te sirve? ¡Tú núnca te interesaste ni por tus hijos, ni por mi!
CÉSAR: ¿Mis hijos? ¿Tuve dos ¿verdad?
VICTORIA: ¡A ti núnca te importaron ni tus hijos, ni yo! Así que no me vengas ahora en el papel de padre arrepentido que no te creo!
CÉSAR: Mira... si me quieres creer es tu problema! Sólo dime los nombres de mis hijos! Sólo los nombres y juro dejarte tranquila! Hasta me voy del país si quieres.
VICTORIA: Está bien, pero no digas tonterías! Tú no te vas a ir nuevamente!
CÉSAR: Mm... eso me suena a que quieres una reconciliación entre tú y yo. Me late que quieres que tú y yo volvamos. Pero ¡ya! Mejor ¡dime los nombres de mis hijos y me voy!
VICTORIA: ¿Tus hijos? Sí, tuvimos dos hermanos gemelos. Y ¡sí! Son Aníbal y Rodolfo. Pero no me recuerdas a ese maldito traidor. Ese idiota traidor de Rodolfo se fue con la sirvienta. Prefirió dejar todos los lujos para irse con esa zarapastrosa... Aníbal es un digno ejemplo mío.
CÉSAR: ¿Así que Rodolfo se fue de tu casa y renunció al dinero y a todo? (lo dijo susurrando mientras pensaba para él mismo)
VICTORIA: Si. (lo ve pensando) Espero no te vengan ideas!
CÉSAR: ¿Ideas? ¿Qué tipo de ideas?
VICTORIA: No sé... de ayudarlo tal vez. Porqué si ayudas a Rodolfo y a la sirvienta ¡termino todo tipo de relación contigo!
CÉSAR: ¡Ya tranquila! Ni pensaba en eso.
VICTORIA: Más te vale que así sea...
CÉSAR: Shh... (le coje la cara y la besa para callarla)
***
En la tarde.
Por la calle
Estrella salió de la clínica y camina por las calles buscando un hotel o algo para quedarse. Después de salir de la clínica donde todo estaba tan tranquilo, camina por las calles aglomeradas de la ciudad. Sin saber, pasa por enfrente de la mansión Suarez Gonzalez y le vienen recuerdos. Marcos viene en el coche y de dirije hacía la entrada de la mansión. Llevaba los ojos en unos documentos. Choca con Estrella y la agarra en sus brazos. Las hojas caen al piso.
MARCOS: ¡Perdón! De verdad ¡disculpeme! No prestaba atención... No sé como disculparme, señora.
ESTRELLA: ¡No te preocupes! (Pensamiento: La misma edad debe tener mi hijo!)
Marcos le nota que tenía el pelo lleno de canas blancas.
MARCOS: ¿Se siente bien señora?
ESTRELLA: Si... ¿por qué me lo pregunta? Necesito encontrar esta direccion! (le da un papelito)
MARCOS: (se asombra) Pos la casa está allá! Yo vivo en esa casa.
ESTRELLA: (Pensamiento: Él puede ser mi hijo! Mi hijo que el desgraciado de César me lo arrebató de mis brazos...) Quisiera hablar con el señor César Suarez Gonzalez.
MARCOS: Pos ¡entremos! ¡Permiteme! (coje su maleta) César es mi padre.
ESTRELLA: (Pensamiento: No cabe duda! Él debe ser mi hijo! Pero que grande está! Y ¡que guapo!)
Los dos entran en la mansión.
***
En la delegación
Saúl está quieto en su celda pensando. Entra el jefe de los prisioneros, El Tuerto. Le dicen así porqué tiene un ojo tapado.
TUERTO: ¡Ey, tú, nuevo!
SAUL: ¿Yo?
TUERTO: Noo... la Madre Teresa de Calcutta... (irónico) ¡Tú! ¿Quién más? ¿Tienes cigarrillos?
SAUL: ¡No! No fumo.
TUERTO: ¡No te pregunte si fumas o no!
El Tuerto se acerca a él, saca un cuchillo y se lo clava en el abdomen.
TUERTO: Para la próxima debes tener ¡eh!
El Tuerto se va. Deja a Saúl al suelo sangrando.
SAUL: (al suelo, se toca el abdomen como para parar la sangre) A-u-x-i-lio... (pierde la conciencia)
***
Mansión Suarez Gonzalez
Estrella siente que le falta el aire. Como estaba en el salón, toma asiento en el sofa y se toca el corazon. Marcos viene con unos vasos con refresco.
MARCOS: Le traje algo para refresca.... (la ve) ¿se siente bien señora?
ESTRELLA: (le pasa) ¡Sí, sí, gracías! Ya se me pasó. No sé... fue una sensación bastante extraña. Como si alguien muy cercano mío estaba en peligro... (coje un vaso con jugo) ¡Gracías! (bebe del refresco)
En la delegación, se enfoca a Saúl inconciente al suelo y sangrando.
Continuará...
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