Capitulo 38: ¿Sofía está muerta?

Mansión Suarez.
En la biblioteca. Saúl abrazaba a Estrella, cuando siente algo al corazón. Se toca el corazón.
ESTRELLA : (asustada) ¿Qué pasa, mi amor?
SAUL : No lo se, mamá… es como un mal presentimiento… ¿Dónde está Sofía?
ESTRELLA : ¡Ya, mi amor, no te atormentes más! (lo abraza) Sofía ya se fue con Antonio en la luna de miel. ¡Tranquilo, mi amor!
(Saúl se abraza a su mamá.)
SAUL : ¡La amo, mamá! (llorando) ¡La amo y acabo de perderla!

* * *
En la noche.
Dentro de unas horas.
La ambulancia lleva el cuerpo de una mujer a la morgue y al hombre lo llevan a operar.
Al hospital, están Reynaldo, Diana, Saúl, Estrella, Irma, Rodolfo, César. Victoria no quizo acompañar a César y su hijo Aníbal tampoco.
Sale de la operación el médico.
DOCTOR : ¿Familiares del señor Antonio Villanueva?
REYNALDO : ¡Yo! Soy su mejor amigo. No tiene familiares.
DOCTOR: ¡Lo siento mucho! El paciente llegó muy grave. Aún está en Terapia Intensiva.
REYNALDO : ¿Lo podemos ver?
DOCTOR: Sí, pero solo una persona.
REYNALDO: ¡Voy yo! (a Diana) Ya regreso, mi amor, voy a ver como está Antonio.
DIANA: ¿Y mi hermana?
DOCTOR: ¡Lo siento mucho! ¡Acompañeme a reconocer si es el cuerpo de su hermana!
DIANA : ¡Noooooooo!!! ¿Mi hermana muerta? ¡No puede ser! ¡Noooo! (llorando)

SAUL: ¿Cómo? ¿Sofía está muerta?
DOCTOR : Si me acompaña a reconocer el cuerpo, saldrá de dudas. Puede tratarse de Sofía, como también de otra persona.
SAUL : Está bien. (a Diana) ¡Quedate tranquila! Voy a reconocer el cuerpo. No quiero que te impactes.
DOCTOR : ¡Venga, vamos!
(Saúl va con el médico. Entran en la morgue. Saúl siente el olor a muerto y se echa para atras.)
DOCTOR : ¡Venga porfavor!
(El médico se acerca al cuerpo que estaba cubierto por una sábana en la mesa. De ese cuerpo solamente se veía una mano. Saúl observa la mano y el anillo que él mismo se lo había regalado. Siente que se le cae el mundo encima.)
SAUL : ¡NOOOOOOOOOOO!!!
(Saúl abraza el cuerpo calcinado que estaba en la mesa, sin dejar de llorar mares de lágrimas. En ese momento entra Diana con Estrella. Se acercan a él.)
DIANA : (asustada) ¿Es mi hermana?
(Saúl solo puede decir que sí con la cabeza. Entonces Diana se abraza a él llorando.)
SAUL : ¿Por qué, Dios, por qué?? (llorando) ¡Noooooooo!!!
ESTRELLA : (los abraza a los dos) ¡Ya! (llora también) ¡Descanse en paz!
SAUL : (llorando más) ¡No me resigno haberla perdido, mamá!!!
(Se abrazan los tres, llorando.)


En el salón de Antonio.
Antonio está acostado en la cama del hospital. Despertó, pero tiene los ojos bendados. Reynaldo entra a verlo. Lo ve despierto. Se acerca a él.
REYNALDO : ¡Antonio!
ANTONIO : (mira hacia Reynaldo) ¡Reynaldo! ¿Dónde está? ¿Dónde está mi corazoncito? (agitado)
REYNALDO : ¡Tranquilo! Tienes que tomarlo con calma.
ANTONIO : (asustado) ¿Qué pasa? (se toca) ¿Por qué tengo esto en la cara? ¿Por qué? ¿Dónde está mi corazoncito?
REYNALDO : Tienes que tomarlo con calma. Tuvieron un accidente y Sofía está muerta.
ANTONIO : ¡NOOOOOOOOOOOOOO!!! ¡NOOOOOOO!!!
(Antonio llora agitandose.)
REYNALDO : ¡Tranquilo!
ANTONIO : ¡Quiero verla! (intenta levantarse) Me niego a creer que está muerta. ¡No puede estar muerta!
REYNALDO: ¡Ya! ¡Tranquilo!
(Reynaldo llama al médico para ponerle un calmante.)


* * *
Departamento de Cristal.
Cristal y Aníbal están en el baño, amandose en la tina llena de espuma y tomando champan.
CRISTAL : Lo logré, cielo! Logré deshacerme de Reynaldo! ¡Salud!
(Los dos brindan, pero Aníbal se mostraba esceptico.)
CRISTAL : Y a ti ¿qué te pasa?
ANIBAL : Se puede saber ¿cómo te deshiciste de mi ex cuñadito?
CRISTAL : ¿Cómo crees? Cortandole los frenos.
(En la televisora del baño daban la noticia del accidente dónde se veía perfecto que muere una mujer y un hombre que no es Reynaldo es herido.)
ANIBAL : Jajajaja… (rísas) ¡te falta inteligencia, belleza! Jajajaja
CRISTAL : Y a ti ¿qué te pasa que me vienes a insultar?
ANIBAL : Simplemente no mataste a Reynaldo como pensaste. Está vivito y coleando. Y si quieres (coge el célular) márcale y verás!
CRISTAL : (se pone palida) ¿Cómo sabes que no murió?
ANIBAL : ¿Tú no vez las noticias? Sí le diste, pero le diste a otro coche. Murió una mujer y hay herido un hombre, que por cierto, no es mi ex cuñadito.
(Cristal se pone palida.)
ANIBAL : ¡Ya, vente para acá!
(Aníbal la jala encima suyo y la besa apasionadamente.)


* * *
Segundo día.
En el cementerio.
Todo el mundo está presente en el funeral de Sofía. Saúl trataba de contener el llanto. Llevaba unas gafas de sol negras, y vestido de negro, al igual que todos. Estrella estaba allí para consolar a su hijo. Antonio también está presente, pero caminaba con un bastón y también llevaba gafas de sol para que no se vea que había quedado ciego. Susana viene para estar cerca de Saúl. Se acerca a él y lo abraza para darle consuelo de manera ipócrita.
SUSANA : ¡Lo siento mucho, mi amor!
SAUL : ¡Gracías!
(En ese momento, Antonio escuchó la voz de su aún esposa y volteó la cabeza en dirección de dónde se escuchó la voz. Saúl abraza a Susana.)
ANTONIO: (pregunta estando inseguro si se trata de ella o no) ¿Susana?
SUSANA: (a Antonio) Ahora eres estúpido ¿o qué? ¿No me reconoces?
REYNALDO: (se acerca a Susana y la toma por el brazo) Para tu información Antonio quedó ciego en el accidente.
ANTONIO : (lleno de odio) Para tu felicidad, entérate que quedé ciego!
SUSANA : (ipócrita) No lo sabía… perdón.
ANTONIO: A ti no te creo ni el ‘’Padre Nuestro’’!
(Antonio se aleja de Susana, caminando con el bastón. El entierro ha terminado y el cura se va. La gente poco a poco se retira.)
SAUL : (a Susana) ¡Disculpame, olvidé las flores en el auto!
SUSANA: ¡Te acompaño!
(Saúl y Susana se van los últimos. Antonio se agacha frente a la tumba de Sofía.)
ANTONIO : ¡Corazoncito! (acarisia la piedra funerar) ¡Núnca voy a dejar de amarte! Siempre estarás en mi memoria! ¡Siempre! Y en tu memoria, voy a dejar el rencor a un lado y hacer las paces con Saúl. Al fin y al cabo a los dos nos está uniendo el gran amor que te tuvimos. (llora) Te llevaste contigo mi corazón… pero también te llevaste nuestro tesorito… que aunque no éra mío, lo quiero como si lo fuera. ¡Dale un beso de mi parte a nuestro tesorito! (llora)
(En ese momento se acerca Saúl con el ramo de rosas blancas en sus brazos.)
SAUL : ¿De qué tesoro estás hablando?
ANTONIO : (se levanta, moviendo el bastón por el suelo) No… no hablo de ningún tesoro… oíste mal…
SAUL: Oí cláramente que decías que se llevó consigo un tesorito. ¿De qué tesoro hablas?
ANTONIO : (rápidamente se le ocurre una mentira) ¡De mi amor! Se llevó con ella todo mi amor.
SAUL : ¡Ahh! Sí… también se llevó con ella todo mi amor. No se si alguna vez podré amar a alguien como lo hize con ella.
ANTONIO : (mirando un punto fijo) Saúl… quiero platicar contigo de un asunto! Pero no aquí.
SAUL: Cuando quieras. Si quieres, voy a verte.
ANTONIO : (mirando un punto fijo) Ps mañana mismo ¿vale?
SAUL : Está bien, mañana paso a verte.
(Antonio se va caminando despasito y con cuidado con su bastón.)



* * *
Meses después.
Mansión Suarez.
Saúl trajo a Antonio a vivir a la mansión, ya que el pobre quedó ciego.
Éra un día asoleado y Antonio salió al jardín. Está sentado en un sillón respirando el aire fresco. De pronto, siente una presencia. Como no prestaba atención, y estaba tocando un libro (libro para ciegos), estaba tratando de concentrarse en las letras; no ve que alguien se acerca a la mesa, dónde estaban unas frutas y se las lleva. Cuando levanta la mirada y pregunta quien fue, nadie le contesta. Pero se enfocan unas frutas caídas en la mesa y al suelo. El ladrón, por la prisa, no pudo llevarse a todas.
ANTONIO : ¡Hey! ¿Quién anda allí?
(Nadie le responde, cosa que lo pone más nervioso. Aparece Saúl.)
SAUL : ¡Antonio! (lo ve parado) ¿Qué pasó?
ANTONIO : No lo se… sentí una presencia. Creo que entró algun ladrón… no se por donde agarró.
SAUL : (mirando para todos lados) ¡Voy a ver! ¡No te preocupes!
(La persona que entró llegó al muro que tenía que saltar hacía la mansión. Saúl escucha que algo cayó y mira en dirección hacía adónde oyó el ruido.)
SAUL : ¿Quién anda allí?
(Saúl se pone a correr, se acerca hacía por dónde saltó el ladrón y solo llega a ver que se afunde en un bosquesito. Se regresa.)
ANTONIO : ¿Viste algo?
SAUL : Sí… ví una sombra que entró al bosque. Ya mismo me pongo a investigar, no te preocupes! Aquí estás seguro.
ANTONIO : ¡Gracías!

* * *
En una cabaña, en el bosque.
Una persona entra corriendo y se mete en una camilla, tapandose. Una vieja negra, llamada Melva, se acerca a ella.
MELVA : ¡Ay! Te lo dije, Caracol! No es bueno andar de allá para acá así como estás!

* * *
Mansión Suarez.
Susana viene a ver a su novio. Muy pronto se van a casar. Como piensa que Sofía está muerta, Saúl piensa rehacer su vida con Susana. Al entrar, Susana da cara a cara con Aníbal. Éste le silba, mirandole el culo. Susana lo mira mal.
SUSANA : Y a ti ¿qué te pasa? ¿No viste mujer o qué?
ANIBAL : Mmm… ¿por qué tan arisca? (se acerca a ella, mirandola con morbo) Tú y yo la podríamos pasar riquísimo! (se muerde el labio)
SUSANA : (nota la forma en la cual la mira, y se acerca más a él, mirandolo de la misma forma) ¿Así? Mmm… a mí también me encantaría, pero ¿sabes? (lo nota bastante calentado y le pega en sus partes) ¡te recuerdo que estoy comprometida y me voy a casar con Saúl! Y ahora ¡con permiso!
(Susana va a buscar a Saúl. Aníbal se toca en sus partes.)
ANIBAL : ¡Maldita perra! ¡Esta me la pagas! ¡Tarde o temprano vas a caer! Y sino, ps a la fuerza vas a ser mía! ¡Pero tú no te me escapas!
(Aníbal se va.)



* * *
Habitación matrimonial de César y Victoria.
César está recostado en la cama, viendo las noticias. En la tele pasan la noticia sobre un asalto que pasó en un banco, y dónde hubo varios muertos.
CONDUCTORA : En la tarde, en el centro de la Ciudad de México, tuvo lugar el asalto de un banco. Hubo varios muertos, entre ellos Rafael Peréz, un hombre que durante mucho tiempo fue buscado por la policía. Y cosa del destino, murió en manos de la policía.
CÉSAR : ¿QUE? ¿Cómo mierda te dejaste matar, imbécil?
VICTORIA : (sale del baño) ¿Con quién hablas, mi amor?
CÉSAR : (suspira) Con nadie, mi amor. Estaba comentando las noticias. ¡Mira! Hoy asaltaron un banco.
VICTORIA : ¡Cuanta delincuencia! ¡Y todos andan sueltos!
CÉSAR: ¿Sabes? Lo pensé mejor y voy a cambiar el testamento! Ya la familia llegó a ser grande y hay que darles su lugar a todos.
VICTORIA : Mmm… me parece una decisión muy justa, mi amor!
(Victoria besa a César. Él voltea encima de ella y la besa.)
CÉSAR : Voy a hablar con el abogado y él se hará cargo de todo cuando yo no esté.
VICTORIA : ¡Ay, pero no hables de muerte, mi amor! Tú no te vas a morir!
(Algo ocurría con César. No éra el mismo de antes. Quien no lo conocía, diría que está gravemente enfermo.)


* * *
Segundo día.
Mansión Suarez.
Susana durmió con Saúl. Para la suerte de ella, tuvieron sexo casi toda la noche. En la mañana, Saúl se viste para ir a la clínica a traer a su tío Lorenzo, que hoy le dan de alta. Susana se mete al baño a ducharse.
SAUL: ¡Me voy a la clínica! ¡Luego regreso!
(Saúl coge el saco y sale. Aníbal se queda vijilando detrás de la pared y entra en la habitación cerrando la puerta con llave. Mira por allí y no ve a Susana, pero escucha el ruido del agua en el baño. Sonríe malevolamente y entra. Se acerca despasito a ella, ella aún no notó su presencia. Se mete debajo del agua así vestido como está y le toca las caderas pegandose a ella. Susana se asusta, pero él le tapa la boca.)
ANIBAL : ¡Ni se te ocurra gritar! ¡Encendiste la llama y ahora la vas a apagar!
(Aníbal la voltea y la besa apasionadamente. Susana, al principio se niega, pero después se deja. Aníbal se quita la ropa, dejandola caer en el agua, mientras la sigue besando con pasión debajo del agua. Le toca las pompas y el culo, mientras que con la otra mano le toca la feminidad. Susana saca un pequeño gemido y lo pega más a ella. Los dos terminan en un momento apasional en la ducha, bajo el agua que recorre sus cuerpos.)



* * *
En el bufete de abogados.
César entra en el despacho del juez Salvador Medina (Roberto Vander) para tramitar y cambiar el contenido de su testamento. Minutos después, sale del edificio y se dirige hacia su auto marchandose. Ultimamente está muy raro. Prácticamente desde que vió cara a cara a su hermano Lorenzo.

* * *
Empresa Díaz-Castro.
Saúl ya fue a la clínica para recoger a su tío Lorenzo. Juntos llegaron a la empresa Díaz-Castro para platicar con Reynaldo. Entran en el edificio y van al despacho de Reynaldo. Reynaldo está trabajando, escribiendo algo en la computadora, cuando entra Saúl acompañado por su tío Lorenzo.
REYNALDO : ¡Buenos días! (se levanta y acomoda su saco) ¡Hola, Saúl! ¿Qué tal?
SAUL : ¡Hola! (enseña a su tío Lorenzo) ¡Él es mi tío Lorenzo!
LORENZO : ¡Buenos días!
REYNALDO : ¡Buenos días! (va hacia la botella de whisky) ¿Le sirvo algo?
LORENZO : (mirando la botella de whisky, por un momento se siente débil, pero después está decidido en no aceptar la oferta) ¡No, muchísimas gracías!
SAUL : Mi tío recién salió de la clínica de rehabilitación.
REYNALDO : ¡Lo siento mucho, de verdad!
LORENZO: ¡No se preocupe!
SAUL : En verdad hemos venido para otra cosa. Necesito tus servicios como abogado!
REYNALDO: ¡Cláro, tú dirás! (les enseña unos sillones) ¡Sientense!
(Todos se sientan.)
SAUL : En verdad quiero ayudar a que mi tío recupere todo lo que es suyo. Mi papá, hace años, le robó la mansión, las cuentas del banco y todo. Lo despojó y luego lo botó a la calle.
REYNALDO : ¡No lo puedo creer! (a Lorenzo) ¡Lo siento mucho! Pero vamos a ver que podemos hacer!


* * *
En la noche.
Mansión Díaz-Castro.
Aníbal va a visitar a Cristal. Por suerte, Reynaldo no está en la casa. Aún sigue en la empresa. Cristal está en su habitación, con el bebé dormido en la cuna. Aníbal entra en la mansión como perro por su casa y va directamente a la habitación de Reynaldo y Cristal. Cristal se asusta al verlo, pensando que quizás Reynaldo llegué y los sorprenda. Aníbal se acerca a ella, se sienta en la cama a su lado y la besa.
ANIBAL : Mmm… ¿cómo está la mujer más fogosa?
(Aníbal la besa metiendole la lengua. Cristal se aparta.)
CRISTAL : ¡Sueltame! No estamos en mi departamento. Además el engendro duerme.
ANIBAL : ¡Reynaldo no está en la casa! Pero sabes… yo ya me cansé de esta situación! Así que o te vienes conmigo por las buenas o lo harás por las malas!
CRISTAL : Jajajaja… te volviste loco ¿verdad? Y el engendro ¿con quién lo dejo?
ANIBAL : ¡Dejaselo a Reynaldo! Como dijiste que lo quiere taanto… se hará cargo de él. ¡Mejor anda! ¡Dame un beso y piensalo!
(Aníbal se le pone encima de ella y empieza a besarla apasionadamente.)
* * *
(Afuera de la mansión, llega un auto y estaciona. Entra en el jardín y estaciona el coche en el garaje. Éra Reynaldo, quien ni idea tenía de lo que está pasando en su habitación. Reynaldo aparca el coche, se baja de él, y entra en la mansión. Aparece la sirvienta.)
SIRVIENTA : ¿Le sirvo la cena, señor?
REYNALDO : ¿Y mi esposa, Dora?
SIRVIENTA : Su esposa se acostó temprano. Tenía un dolor de cabeza.
REYNALDO : Está bien. ¡Sirvamelo en el comedor! Enseguida bajo.
SIRVIENTA : Está bien, señor.
(La sirvienta se retira. Reynaldo sube las escaleras.)

* * *
(Reynaldo sube al segundo piso para ir a la habitación. Se acerca a la puerta de la habitación y escucha unos ruidos. Se acerca poco a poco, toca el picaporte, pero aún no abre. Quizás está sospechando algo, porqué temía abrir la puerta. Pero, al final, coge valor y abre la puerta. Sus sospechas éran ciertas porqué lo que acaba de ver no es fácil para nadie : su esposa engañandolo con su ex-cuñado. Aníbal y Cristal se paran y miran en dirección a la puerta asustados. Reynaldo hierbe de coraje.)
REYNALDO : (mirando asqueado la escena) ¿Qué significa esto?
(Aníbal se levanta vistiendose. Cristal se tapa con la sábana.)
CRISTAL : Mi amor… no es lo que tú piensas…
REYNALDO : ¡Callate, maldita perra! Y ante el niño…
(Reynaldo mira a Aníbal, se acerca a él y le tira un puño en la cara tirandolo al suelo.)
REYNALDO : ¿Y tú, imbécil? ¿Cómo te atreviste a poner siquiera tus asquerosos ojos en la mujer de tu hermano?
ANIBAL : (al suelo, tocandose) ¡El imbécil serás tú! Si no supiste como cuidar a tu esposa por andar detras de esa muerta de hambre!
REYNALDO : ¡A Diana no la ofendas!
(Reynaldo ataca nuevamente a Aníbal tirandose encima de él en la cama y dandole más puños en la cara y en dónde encuentra. Cristal mira aterrada tal escena.)
CRISTAL : ¡Ya basta! (a Reynaldo) ¡Ps sí! Me enredé con Aníbal porqué el sí me da lo que tú no supiste darme por pensar en esa muerta de hambre!
REYNALDO : ¡Callate, perra! Pero ¿sabes qué? ¡En este mismo instante se largan los dos de mi casa! (a Cristal) ¡Y tú! ¡Preparate! Porqué quieras o no vas a firmar el divorcio! ¡Ah! Y mi hijo se queda conmigo! Así que ¡largo! ¡Fuera!
(Reynaldo coge del pelo furioso a Cristal y la saca afuera. Mira a Aníbal quien yacía al suelo, tocandose.)
REYNALDO : ¡Vamos! ¡Tú también! ¡FUERA!
ANIBAL : Jajaja… tengo derechos, eh, imbécil! ¡Delfino es MI hijo! ¡Mi hijo!
REYNALDO : ¡Vamos! ¡FUERA!
(Minutos después, Reynaldo logra sacar de su casa a Cristal y a Aníbal. Pero sí logró que Cristal salga tapada con la sábana. Por suerte, Aníbal venía en coche y la subió a su coche. Los dos partieron para la mansión Suarez. Ya éra demasiado tarde, pasado de media noche y todo el mundo estaba dormido. Reynaldo queda solo en la mansión. En su habitación, coge en brazos al niño quien estaba llorando aún por el escándalo y se sienta al suelo apoyandose en la cama, con el niño en sus brazos.)

REYNALDO : (recuerda las palabras de Aníbal) ¡Delfino es MI hijo! ¡Mi hijo! (llorando, abrazando al niño) ¡No me importa que seas el hijo de esa escoría! ¡Para mí eres mi hijo! Y nadie nos va a separar!
(Reynaldo abraza al niño, llorando. El niño deja de llorar. Quizás siente el amor de su padre.)