Capitulo 40: Sofía recupera la memoria
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Capitulo 40: Sofía recupera la memoria
Capitulo 40 - Sofía recupera la memoria
Mansión Suarez.
Biblioteca.
Se escucha un disparo y el cuerpo inerto de César cae en el sillón, a su alrededor charcos de sangre. Afuera, las aves volaban intranquilas, haciendo ruido. Oyendo el disparo que viene de la biblioteca, las mujeres corren hacia allá. Doña Victoria llega primero, seguida por Estrella. Aníbal y Rodolfo también llegan con ellas. Irma se abrazaba a Rodolfo.
IRMA: (asustada) ¿Qué fue eso, mi amor?
RODOLFO: (preocupado) No lo se... se oyó de la biblioteca.
DOÑA VICTORIA: (golpeando la puerta que estaba cerrada) ¡César! ¡César, mi amor, abre!
ESTRELLA: ¡Abrenos!
(Lorenzo llega con ellos enfrente de la biblioteca.)
LORENZO: ¿Qué pasó? Se oyó un disparo...
ESTRELLA: Fue de la biblioteca!
DOÑA VICTORIA: (preocupada) Y César está encerrado allí!
LORENZO: ¡Con permiso!
(Lorenzo se acerca y rompe la puerta. Todos pasan dentro asustados. Doña Victoria se asusta más al ver a su marido caído, inerto, en un charco de sangre. Realmente, todos están asustados. Irma se abraza más a Rodolfo.)
RODOLFO: (abraza a Irma también) ¡Dios mío!
(Doña Victoria corre a abrazar a su marido sin importarle que estaba lleno de sangre. Estaba llorando un mar de lágrimas.)
DOÑA VICTORIA: ¡Mi amor, nooooo!!!
(Abrazaba el cuerpo inerto de su marido mientras lloraba mares de lágrimas.)
DOÑA VICTORIA: ¿Por qué lo hiciste?? (llorando mares de lágrimas) ¿Por queeeee??
(Los demás miraban espantados la escena.)
* * *
En la noche.
Mansión Suarez.
La familia estaba de luto. Esta noche están velando a Don César. En el salón principal, el ataúd está lleno de rosas blancas. Una foto de César tronaba a la base del ataúd. Doña Victoria está llorando apoyada en el ataúd de su marido. Estrella y Lorenzo se abrazaban mientras derramaban unas cuantas lágrimas. Irma y Rodolfo se abrazan igual. Su hijo Roberto está dormido sin saber siquiera por que tragedia está pasando la familia. Saúl era el único que desconocía de la muerte de su padre. Entra en la mansión y ve toda la agitación. Se acerca al salón principal, ve el ataúd con la foto de su padre y abre los ojos como platos. Se acerca a Estrella y a Lorenzo.
SAUL : (asombrado) ¿Qué pasó?
ESTRELLA : (triste) Murió, hijo… (lo abraza)
(Lorenzo abraza a Estrella.)
SAUL : ¿Quién murió, mamá? ¿Es mi papá?
(Estrella solo puede decir que ‘’si’’ con la cabeza.)
SAUL : (confundido) Pero… ¿cómo pasó? No entiendo… en la mañana estaba bien…
LORENZO : (suspira) Tu padre se suicidó en la biblioteca… ¡Lo siento mucho!
(Lorenzo abraza a Saúl, quien era imposible no derramar unas lágrimas.)
SAUL : ¡No! Algo tuvo que haber dejado. Él no se pudo quitar la vida sin ninguna razón!
(Saúl, diciendo eso, corre a la biblioteca. Estrella queda sin saber que decir. Lorenzo la abraza consolandola.)
ESTRELLA : Pero, hijo…
LORENZO : ¡Ya, dejalo, es normal que se sienta así! A nadie le es fácil asimilar lo que acaba de pasar!
(De ellos se acerca Aníbal, mirandolos de arriba abajo, con aire de superioridad y odio.)
ANIBAL : Mmm… ¡vaya! Espero después de la muerte del viejo agarren sus cosas y larguense, muertos de hambre!
(Al escuchar sus ofensas, Lorenzo se pone furioso.)
LORENZO : ¡Mira, muchachito! No se que clase de relación tengas que ver con mi hermano, pero lo único que se es que si se trata de que alguien se vaya de la casa, ese serás tú! Porqué fíjate que todo lo que vez aquí (hace un circulo con la mano) es mío! Yo soy el hermano de César por lo tanto después de su muerte dispongo de todo.
ANIBAL : Que rápido te salió lo gavilan ¿no? No esperas a que se enfría el cuerpo de mi padre para empezar a disponer de todo ¡eh!
LORENZO : ¡Mejor callate! Que ni sabes lo que dices! Yo también estoy dolido por la muerte de mi hermano. Pero la vida sigue. Y si Dios me dió una oportunidad, no la voy a desaprovechar! (a Estrella) ¡Vamos! Necesitas descansar después de todo esto! Aquí el aire como que está contaminado! (lo dijo mientras miraba a Aníbal)
(Sin decir nada, Aníbal se acerca a su madre quien estaba llorando frente al ataúd de su padre. La abraza y se queda a su lado.)
* * *
Biblioteca.
La sirvienta y la ama de llaves estaban limpiando la sangre en el piso y ordenando algunas cosillas. Saúl entra en la biblioteca y les pide que salga. Las sirvientas obedecen y cierran la puerta. Saúl se dirige al sillón, se sienta y empieza a abrir los cajones con la esperanza de encontrar algo, una carta de despedida, o alguna pista que pueda ayudarle a descifrar la muerte subita de su padre.
SAUL : ¿Por qué lo hiciste, papá? ¿Por qué?
(Sigue buscando hasta que encuentra un documento. Parecía ser un testamento.)
SAUL : ¡Esto me lo guardo! Voy a llevarlo con un abogado!
(Saúl sale de la biblioteca con el sobre amarillo en las manos. Se dirige hacía el salón principal.)
* * *
(En los pasillos se encuentra frente a frente con Aníbal, quien parecía ir a lo mismo : buscar pistas… o a lo mejor el testamento de su padre. Aníbal ve un sobre amarillo en las manos de Saúl. Lo detiene.)
ANIBAL : (silba para detenerlo) ¡Hey hey hey! ¿Adónde vas con tanta prisa? (ve el sobre amarillo en sus manos) ¿Qué es eso?
SAUL : (voltea y lo mira de arriba abajo) Esto… (enseñando el sobre) no es nada que a ti te importe!
ANIBAL : ¡Mira, imbécil, yo se que lo sacaste del despacho de mi padre! Así que o me dices lo que es o…
SAUL : (retandolo) ¿O qué?
ANIBAL : ¡No me retes que no sabes quien soy! Puede que un día de estos amanezcas muerto…
SAUL : ¡Deja de amenazarme! No eres mas que un pobre diablo! ¡Adiós! Tengo cosas más importantes que hacer!
(Saúl se va. Aníbal lo mira con odio, apretando los puños.)
ANIBAL : ¡Este imbécil no tendrá mucha vida! ¡Eso lo juro!
(Aníbal entra en la biblioteca. Cierra sigilosamente la puerta y se sienta en el sillón de su padre. Abre con cuidado cada cajón con la esperanza de encontrar algo.)
ANIBAL : ¿Qué mierda será lo que ese imbécil se llevó? Ojalá no sea lo que estoy pensando…
(Sigue buscando sin ninguna esperanza de encontrar algo.)
* * *
Segundo día, en la mañana.
Cementerio.
El segundo día, en la mañana, la familia entierra a Don César. La familia, los conocidos, todos estaban en el entierro. Doña Victoria parece ser la única que de verdad lamenta el dolor producido por la muerte de su esposo. Vestía de luto, aunque el luto lo llevaba por dentro. Aníbal estaba a su lado, vestido de negro, con gafas de sol negros. Éra sério y parecía no lamentar la muerte de su padre. Estrella y Lorenzo se abrazaban ante tal dolor. Irma y Rodolfo también. Diana y Doña Providencia también estaban compartiendo el dolor de la familia. Reynaldo abrazaba a Diana y platicaba con su suegrita. Doña Providencia recordaba la ‘’muerte’’ de Sofía. Antonio también estaba presente. Susana acompañaba a Saúl.
* * *
Meses después.
Casa de Melva.
Desde que se enteró que Sofía estaba viva Antonio no deja de ir a visitarla. Estos últimos días han sido de mucho dolor para Sofía. Y parece que hoy mismo terminan sus dolores porqué ya va a dar a luz. Melva regresa a la casita, y parece que Dios la trajo en el momento adecuado. Se encuentra en la entrada con Antonio. Sofía estaba en sus momentos finales por dar a luz.
MELVA : (preocupada) ¡Hija! ¿Qué pasa?
SOFIA : (respirando) Parece… que ya va a nacer…
MELVA : A ver, hija… calma…
(Melva estaba tratando de calmarla, pero ella estaba más nerviosa que Sofía. Al final, después de tantos esfuerzos y tanta dificultad Sofía da a luz.)
MELVA : ¡Empuja, hija! ¡Ya falta poco! ¡Ayuda a tu hijo nacer! ¡Vamos!
(Sofía grita por última vez y el bebé logra nacer. Es un hermoso niño. Mientras estaba dando a luz, por el gran dolor, Sofía logró recordar todo el pasado.)
RECUERDOS :
En la carretera.
Antonio y Sofía iban felices en la carretera, Antonio manejando.
ANTONIO : Sabes… soy el hombre más felíz del mundo por habernos casado. (abre el cajón del coche que estaba frente a frente con el asiento de al lado y saca un casette) Quiero que escuches esto! Te lo dedico a ti!
(Antonio pone la canción. Sofía acarisia el anillo que Saúl le había regalado. Aún no lo pudo olvidar. Antonio le coge la mano y se la besa.)
ANTONIO : ¡Te amo, mi corazoncito! Verás lo felices y lo bien que lo vamos a pasar en tu luna de miel. Te voy a dar una luna de miel muy especial.
(Pero ambos no se dan cuenta de lo que la vida les tenía preparado. El auto tiene que pasar por muchas curbas y tienen que reducir la velocidad. Es entonces cuando Antonio realiza que los frenos del carro no funcionan. Se asusta al pensar en la subita y rápida muerte que les espera. No quiere morir el mismo día de su boda.)
SOFIA : (asustada) ¡Antonio! ¿Qué pasa?
ANTONIO: (agitado) No lo se, corazoncito… los frenos no me hacen caso…
(Antonio intenta parar el auto presionando en el freno, pero el carro no le hace caso.)
ANTONIO: (agitado) ¡Tenemos que saltar! No nos queda de otra!
ANTONIO : ¡Te amo, Sofía!
(Después de decirle la ultima vez que la ama, Antonio abre la portilla del coche y se lanza para afuera. Cae al suelo, rodea unas cuantas veces y se detiene inconciente boca abajo enmedio de la carretera. Se enfoca el coche que sigue avanzando con Sofía aterrada adentro, hasta llegar en cierto punto donde se hace pedazos golpeandose de una piedra gigante. El auto se incendia de inmediato. )
FIN DEL RECUERDO.
(Antonio también estaba presente en el parto, aunque no podía ver al niño, lo sentía. Y aunque el niño no es suyo, no puede dejar de quererlo.)
MELVA : Hija… (le entrega el bebé a Sofía y ella lo abraza) naciste un hermoso varón. ¿Cómo se va a llamar tu hijo?
SOFIA : (mirando el bebé, le da un besito) Mi amor… es lindisimo! (mira a Melva) Se va a llamar Saúl, como su padre. Acaba de recordarlo todo!
(En ese momento, Antonio se entristece. Sabe que Sofía no lo ama, ni lo amó núnca.)
ANTONIO : (intrigado) Pero entonces… ¿cómo pasó que todos te creímos muerta, corazoncito?
(Sofía empieza a recordar lo que realmente pasó, y a la vez que recuerda les cuenta como realmente ocurrieron las cosas. En este tiempo está sentada en la cama con el bebé en sus brazos.)
RECUERDO :
Pero en realidad ocurrió otra cosa. Sofía, cuando tocaba el anillo, en realidad se lo quitó porqué quiería deshacerse del recuerdo de Saúl, y lo tiró por la ventana. Entonces, una mujer que estaba en la carretera lo cogió. Sofía, en realidad también saltó, tiempo antes de que Antonio lo hiciera. Saltó del coche y cayó rodando por la barranca hasta llegar a golpearse en la cabeza con una piedra. Allí quedó inconciente. El coche siguió su rumbo y explotó como ya se sabe. Esa mujer que apareció quemada, en realidad éra aquella mujer que encontró el anillo y cuando vió que el coche no tenía frenos decidió acercarse a ver lo que pasó, y el incendio la sorprendió allí. Melva encontró a Sofía, cuando estaba cosechando unas hierbas curanderas.
FIN DEL RECUERDO.
SOFIA : (mira a Antonio) ¿Qué sabes de él? De Saúl…
ANTONIO : (la mira trata de disimular la tristeza) Este… Sofía…
SOFIA : (preocupada) ¿Qué pasa?
ANTONIO : Saúl, bueno, al igual que todos nosotros, piensa que tú estás muerta. Y ahora está de novio con Susana… creo que se piensan casar…
SOFIA : (se entristece, no lo puede evitar, pero sabe que no tiene derecho a reclamarle nada) Bueno… es muy triste, lo se, pero no tengo derecho a reclamarle nada. Él está en todo su derecho de rehacer su vida. Piensa que yo estoy muerta, y no puede guardar luto toda la vida. Tiene derecho a ser felíz y yo no lo culpo.
ANTONIO : (se da cuenta de lo noble que su novia es) Eres muy noble y muy buena! ¡Te amo! (baja la cabeza) Ahora que recuperaste la memoria… ¿qué piensas hacer?
SOFIA : ¿Hacer de qué? Ps le estoy muy agradecida a Melva, pero quisiera ir también con mi mamá y mi hermana que las pobres deben de estar muy dolidas sufriendo por mí.
ANTONIO : ¿Y con el amor? ¿No se lo dirás a Saúl?
SOFIA : No… si está felíz con Susana no pienso arruinarle la felicidad.
ANTONIO : ¿Entonces? ¿Nosotros seguiremos casados?
SOFIA : (sonrie) Cláro. Y tú serás el padre de mi hijo.
ANTONIO : (emocionado) ¡Gracías, mi corazoncito!
(Antonio se sienta al lado de Sofía, acarisiando la cabezita del niño. El niño se parecía a Saúl, tenía sus mismos ojos.)
* * *
Mansión Suarez.
Susana visita a su novio. Saúl estaba en su habitación, mirando el sobre amarillo que cogió de la biblioteca. Piensa darselo a Reynaldo, quizás él puede averiguar de que se trata. Susana lo esperaba al jardín. En ese momento, Aníbal la ve por la ventana del salón principal que daba al jardín y va con ella. Llega y la abraza por detrás.
ANIBAL: Mmmm... ¿qué tal, cariño? ¿Me extrañaste en la cama?
(Con sus manos le acarisiaba las pompas.)
SUSANA: (intenta soltarse) ¡Sueltame, o grito!
ANIBAL: ¡Grita todo lo que te venga en gana! (le susurra al oído mientras le lame la oreja) ¡Ya se que el bebé que estás esperando es mío!
SUSANA: (asustada) ¡Shh! ¡Baja la voz! ¡No! No es tuyo. Es de Saúl.
ANIBAL: Jajaja... (sube sus manos y le acarisia los senos, Susana intentaba separarse) sabes que les pasa a las que me dicen cosas como eso? (lamiendole la oreja)
SUSANA: (intenta soltarse) ¡Sueltame! ¡Tú me violaste, desgraciado! (logra soltarse y le pega una cachetada) ¡Sueltame! ¡Jamás te me vuelvas a acercar o no respondo!
ANIBAL: (la vuelve a agarrar en sus brazos pegandola contra la pared, ella estando entre la pared y él) ¡Callate, perra! ¡Yo te voy a domar, yeguita! (la besa metiéndole la lengua)
(Susana no quiería, y para vengarse, le corresponde el beso y le muerde el labio hasta hacerlo sangrar. Aníbal se aleja.)
ANIBAL: ¡Ahh! ¡PERRA!
(Aníbal se agacha, tocandose el labio que le estaba sangrando. Susana se separa y se aleja de él. Aparece Saúl. Susana corre a abrazarlo.)
SUSANA: ¡Mi amoor! (lo abraza llorando)
SAUL: (abraza a Susana; mira con odio a Aníbal) ¿Qué pasa aquí?
SUSANA: Este desgraciado me quizo violar, mi amor...
ANIBAL: (al suelo; mirandolos con odio) Jajaja... quizás violarte otra vez! No olvides lo rico que lo pasamos juntos en la ducha!
SAUL: (enfurece y se abalanza contra Aníbal, quien se aleja) ¡Jamás vuelvas a ofender a Susana!
ANIBAL: Jajaja... ¡pobre cornudo! (rísas) Sí, es cierto, me acosté con tu novia. Y no sabes lo rico que lo pasamos.
(Susana está más que aterrada, ya que sus planes se irán por la borda gracias a Aníbal. Estaba más que furiosa con él, y con ganas de matarlo.)
SAUL: (furioso, apenas se detiene para no agarrarlo a golpes) ¡Callate, imbécil! ¡O te hago callar!
ANIBAL: ¡Voy a limpiarme esto! Si necesitas un verdadero hombre en tu cama, me avisas, cariño!
(Aníbal pasa por el lado de Susana, tocandole los labios y el pecho. Entra en la mansión. Susana detiene a Saúl para que no agarre a golpes a Aníbal.)
SAUL: ¡Dejame darle su merecido, mi amor!
SUSANA: No tiene caso, amor... mejor dame un beso!
(Susana se acerca a besarlo. Saúl le coge las manos y se separa.)
SAUL: ¡Un momento! Tú ¿te acostaste con éste?
SUSANA: (lo mira sin saber que decir) Este... mi amor, ps no tenía de otra. Me violó!
SAUL: ¡Júrame, pero júrame que es verdad lo que me estás diciendo!
SUSANA: ¡Te lo juro, mi amor! Cuando te fuiste en la oficina, él entró a nuestra habitación, yo me estaba bañando, y no lo pude sacar. (bota unas lágrimas) Fue entonces cuando me violó...
SAUL: (la abraza) ¡Ya, mi amor, te creo! ¡Tranquila!
* * *
Días después.
Mansión Díaz-Castro.
Saúl viene a ver a Reynaldo para mostrarle el sobre amarillo. Allí, en la mansión, vivía Antonio. Lo que no sabe es que justo ese día algo estará pasando. Porqué en esa mansión también vive Sofía con Antonio. Ella misma decidió alejarse de la vida de Saúl, sin decirle siquiera que está viva.
En el salón principal.
Reynaldo y Saúl están sentados al sofá, platicando. Por las escaleras baja Sofía con su bebé en los brazos para salir al jardín. Antonio baja detrás de ella, apoyado en el bastón.
Sofía se acerca al sofá, de manera que Reynaldo pueda ver a Sofía. Saúl estaba de espaldas y no la puede ver. El bebé estaba tranquilo, pero en cuanto Sofía termina de bajar las escaleras, el bebé comienza a llorar. Es entonces cuando Saúl voltea y mira a Sofía. Está sin poder creerlo.
SAUL: (se levanta) ¡Mi amor!
SOFIA: (mira con amor a Saúl, pero se decide irse al jardín) ¡Perdón!
(Sofía se va con el bebé al jardín.)
ANTONIO: ¡Esperame, mi amor!
(Antonio se va detrás de ella.)
SAUL: Pero... mi amor...
(Saúl está sin poder creerlo que el amor de su vida está viva. Esto desencadenará muchos eventos. ¿Será que ya no se va a casar con Susana?)
Continuará...
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